Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2022-10-10
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   A9
Sección:   Educación
Centimetraje:   31x27

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La visión de la educación 4.0 que plantea el BID supone una gestión más eficiente de los procesos de monitoreo y toma de decisiones, involucrar más a los estudiantes en el aprendizaje y contar con más opciones de enseñanza personalizada. Siempre que se capacite a los profesores y se tome en cuenta el contexto al que se aplica cierta innovación, la tecnología puede ser un gran aliado.
El Mercurio
Seminario 'Una educación para el siglo XXI' abordó cómo sacarle mayor provecho:
La pandemia trajo la oportunidad de reconstruir el sistema educativo de la mano de la tecnología
Bien utilizado, lo digital puede ser un aliado más a la hora de disminuir la carga de los docentes, monitorear aprendizajes y hasta generar contenido personalizado según cada estudiante.
A principios de 2020 los profesores de la Escuela Emilia Lascar, de Peñaflor, decidieron hacer uso de las herramientas que habían adquirido para el taller de periodismo del establecimiento. Debido a la crisis sanitaria, este no había podido desarrollarse y las cámaras, computadores y una mesa de sonido estaban en desuso.

Los docentes comenzaron a grabarse y transmitir en vivo a través de Facebook. Desde esta plataforma, entregaron consejos a los papás que, de un minuto a otro, debieron transformar sus casas en un lugar de estudio. El proyecto fue tan bien recibido que, con el tiempo, se abrieron más espacios de conversación con invitados externos, cápsulas enfocadas en reciclaje y hasta alumnos generando contenido desde su hogar: mientras unos enseñaban ejercicios para mantenerse en forma, otros se filmaban dando tips de cocina.

La iniciativa de esta escuela —hoy una experiencia bautizada como Emilia TV— fue el ejemplo que Martín Cáceres, director del Centro de Innovación del Mineduc, entregó para dar cuenta de cómo la tecnología puede usarse como un aliado a la hora de mejorar aprendizajes.

Lo hizo durante el seminario 'Una educación para el siglo XXI' que hace unos días organizó la Asociación Gremial de Empresas de Tecnologías en Educación de Chile (Agetech) en colaboración con Microsoft, Amazon Web Services, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y con patrocinio del Mineduc.

Gamificación

Durante el encuentro, Cáceres indicó que 'nos queda mucho por recorrer para aprovechar todo el potencial de las tecnologías en el ámbito de la educación', aludiendo a la necesidad de contar con mayores conexiones y en el caso de muchos profesores, capacitaciones. A pesar de estas trabas, destacó que la pandemia supone una oportunidad.

'Hay que aprovechar la coyuntura histórica, bien inédita. No es algo que estemos planteando nosotros nomás: un informe Unesco que salió hace poco habla de lo mismo: sobre cómo reconstruimos los sistemas educativos desde una perspectiva diferente, transformadora, porque a nivel mundial, los sistemas educativos no están siendo capaces de afrontar los desafíos que estamos presentando'.

Siguiendo esta idea de avanzar con apoyo de lo digital, Sebastián Miranda, presidente de Agetech, recordó que 'cuando la tecnología educativa es bien elegida e implementada, se pueden lograr grandes avances. Por ejemplo, en la personalización de la enseñanza o en la adaptación de las rutas de aprendizaje. Hoy día, para un docente que tiene 30 a 40 estudiantes en un aula, es súper complejo gestionar una situación con tantos intereses, ritmos y brechas'.

En ese sentido, un buen software educativo permite no solo adaptar contenido según el progreso de cada estudiante, sino que ayuda a los profesores a 'tomar decisiones basadas en datos', señaló Valeria Capetillo, profesora de la red de colegios Cognita, quien participó en un panel en donde representantes de distintas escuelas comentaron sobre sus experiencias con la tecnología (ver recuadro).

Considerando que el burnout (agotamiento) de los docentes ha ido en alza en los últimos años, alivianar su carga es clave, coincidieron los expositores.

Entre quienes presentaron estuvo Elena Arias, especialista sénior de Educación y Tecnología del BID. Durante su charla, la experta destacó que cuando es bien empleada, la tecnología permite generar instrucciones diferenciadas, reportes automáticos y personalizados, además de monitoreo en tiempo real.

Asimismo —y recordando que Latinoamérica tuvo uno de los cierres de escuelas más prolongados del mundo, lo que incidió en el abandono del sistema educativo de muchos jóvenes de la región—, Arias también resaltó que lo digital puede generar en los estudiantes alta motivación gracias a la gamificación, concepto que alude a usar elementos lúdicos para educar.

Un ejemplo que nombró fue el caso de ConectaIdeas, una plataforma creada desde la U. de Chile y que hoy se aplica en otros países de la región, como Perú.

A medida que van completando ejercicios de matemáticas, los niños van ganando diferentes distintivos virtuales, al mismo tiempo 'que se hace todo un reporte para los docentes. Por niños y por tema', explicó Arias.

Financiada por el BID con apoyo de otras universidades, fundaciones y ministerios de la región, el ejemplo sirvió para que la especialista también traspasara la importancia de que en tecnología educativa no se deje de lado la colaboración público-privada.

Recuadro
Profesores resilientes

Durante un panel en el que representantes de colegios daban a conocer sus experiencias con lo digital, Celia Alvariño, de los colegios Dunalastair, destacó la importancia de no imponer el uso de cierta tecnología en el aula sin antes haberla enseñado y probado con los docentes a los que se les pide aplicarla.

'Lo que nos muestra la experiencia y la investigación educativa es que los profesores somos resilientes a cómo nos enseñaron. O sea, repetimos los modelos educativos con los cuales nos enseñaron a nosotros. Y si no pasa por nuestro cuerpo la experiencia de aprender, es muy difícil que enseñemos con esa metodología. Nos pueden hacer muchas charlas, pero no se va a aplicar mucho en la sala de clases mientras no lo experimentemos como algo que nos pasa a nosotros', comentó.

Franco Núñez, del Liceo público de Catemu, complementó esta idea diciendo que antes de aplicar cierta innovación en una escuela, es importante conocer el contexto en el que se está empleando. Por ejemplo, poco sirve implementar un software en comunidades donde la conectividad todavía es baja.

'La innovación no se puede hacer desde una oficina y solo después ver cómo funciona en el contexto (al que se aplica). Muchas veces eso nos pasó', indicó.

Valeria Capetillo, de la red de colegios Cognita, hizo un llamado a generar alianzas y compartir experiencias entre distintos establecimientos, mientras que Valentina Arévalo, de la Scuola Italiana e IdeoDigital, de la Fundación Kodea, abogó por 'conversar con los colegas y trabajar más interdisciplinariamente'.
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MARGHERITA CORDANO-