El Gobierno Regional de Santiago convocó a los municipios a participar en un programa de prevención y control de la escasez hídrica, en conjunto con la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático de Corfo. El gobernador metropolitano, Claudio Orrego, planteó que luego de 13 años secos, el déficit de agua es el principal desafío para la sustentabilidad.

Expertos y organismos técnicos han alertado que el mayor nivel de precipitaciones en el reciente invierno no resuelve bajo ningún punto de vista el prolongado escenario de megasequía; de allí la urgencia de consensuar, por un lado, una estrategia pública y privada de largo plazo en materia de conservación y protección del recurso, nuevas infraestructuras, desarrollo de fuentes alternativas y mayor eficiencia en la distribución, y, al mismo tiempo, una combinación de incentivos y de restricciones a la demanda de las personas y los sectores productivos.

Hay experiencias que resulta oportuno examinar, aunque sean a escala diferente, en términos financieros y de capacidades públicas. Un reciente reportaje ha descrito la realidad en California; el estado más poblado de EE.UU. enfrenta el cuarto año de una aguda sequía, que ha obligado a adoptar duras medidas de regulación de la demanda.

En este contexto, el gobierno estatal, junto con invertir US$ 8.800 millones en construcción de represas, embalses, mejoría de redes y nuevos acuíferos, ha puesto en marcha el plan de 'construcción de resiliencia para el futuro', uno de cuyos componentes es el programa Ahorra Nuestra Agua, de educación cívica para el consumo responsable, con una inversión deUS$ 75 millones. Aunque la autoridad se propuso en 2021 el objetivo de bajar el uso de agua en 15%, solo lo consiguió en un 4%, pero en relación con 2020 la demanda se ha reducido en 10,5%. El gobierno local ha prohibido el riego del pasto no funcional o decorativo en el comercio y la industria, y obliga a las empresas sanitarias a restringir el flujo a los hogares con consumos excesivos. Algunos condados han establecido también 'patrullas del agua', fiscalizadores que revisan que no haya riego encubierto de jardines. En su momento, varios municipios de la capital informaron cambios en los horarios de riego y el reemplazo paulatino de césped por especies de clima semiárido; no hay registro del nivel de cumplimiento de esos anuncios.

California apunta a reducir la demanda diaria per cápita de 208 litros a 178 litros en 2025, y 159 litros desde 2030; en Chile, el consumo por persona alcanza a 172 litros, aunque en la Región Metropolitana es más alto (196). Es superior, de cualquier forma, al promedio europeo y con diferencias de cuatro o cinco veces entre comunas.

El déficit en California también ha afectado la producción agrícola: más de 200 mil hectáreas no se han podido cultivar. De acuerdo con el Banco Mundial, 70% de la disponibilidad de agua se utiliza en la agricultura; en Chile, ese rango es similar —aunque, en la RM, el consumo residencial representa hasta un 40% del total—. El peso del agro en la demanda justifica la importancia de mejorar la gestión productiva, la regulación legal, la eficiencia del riego y la modernización tecnológica. En este sentido, la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, explicó ayer que el Gobierno impulsará este año los consejos de cuencas y luego un proyecto de ley para ordenar la gobernanza del agua, hoy diluida en diversos organismos.

Una estrategia consistente para afrontar la megasequía no solo debe considerar el aumento o sustitución de las fuentes de oferta de agua, sino también la reforma de las pautas de consumo individual y productivo; la disminución de la demanda, a través del ahorro, la innovación técnica, el uso racional y la transformación de conductas tiene un efecto en la sustentabilidad del recurso. Las nuevas infraestructuras y las reformas institucionales se deben articular con una cultura de responsabilidad social del agua que atienda su carácter de bien natural cada día más escaso.