Pais:   Chile
Región:   Atacama
Fecha:   2022-11-14
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   2-3
Sección:   Tema del Día
Centimetraje:   32x48

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el relave del sector ojancos que aparece en la investigación.

los lugares que se visualizaron en el estudio.
El Diario de Atacama
Estudio revela la necesidad de una planificación territorial ante altas concentraciones de metales
COPIAPÓ. Se detectaron altos niveles de mercurio, arsénico, cobre y plomo en los suelos. Se apunta a la presencia de relaves en la zona cercana al área urbana.
El Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS) de la Universidad Católica y la Universidad de Concepción desarrollaron una investigación que consideró la situación ambiental para efectuar una planificación territorial en las ciudades mineras, considerando a Copiapó, donde queda de manifiesto la contaminación de los suelos y la necesidad de establecer políticas públicas para la salud de la población.

Según el texto, entre los problemas ambientales que afectan a las ciudades mineras, una de las más graves es la exposición crónica de la población a metales a través del aire, del suelo o aguas. En 2016, el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) evaluó numerosos sitios con potencial presencia de contaminantes (CENMA, 2016), entre ellos los "relaves urbanos", e identificó múltiples sitios con contaminantes metálicos, concluyendo que existen carencias de información con respecto al contenido de metales en los suelos urbanos y periurbanos en la zona de estudio, la ciudad de Copiapó.

RIESGO PARA LA SALUD

El Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS) realizó un diagnóstico de la condición ambiental de Copiapó, para luego estimar de forma preliminar el riesgo a la salud de la población debido a la ingestión de polvos de calles y suelos enriquecidos con metales. Las concentraciones de metales medidas en suelos y polvos de calles en Copiapó indicaron altos valores para arsénico y cobre. Para ambos elementos se superan en más del 90% de las muestras con respecto a la norma de referencia para suelos urbanos de Canadá.

El documento hace referencia a casos puntuales de concentraciones que superan las normas de referencia internacionales para cobalto, mercurio y plomo.

Respecto al levantamiento de información, el trabajo de campo determinó una línea base o background de metales para suelos de Copiapó (condiciones naturales para 14 elementos) a través de 59 muestras de zonas naturales. Ello arrojó que 40 de las muestras poseen concentraciones de arsénico sobre los valores de referencia establecidos para el caso de Polimetales de Arica (20 mg/Kg, según regulación de UE) (Secretaría Regional Ministerio de Salud, 2011); las concentraciones basales de hierro y manganeso corresponden a más del doble de las reportadas por estudios con mediciones similares realizadas en otros países y que en el caso del cobre es más de siete veces.

Esta información es coincidente con la alta presencia de yacimientos mineros y con que, geológicamente, la zona presenta un elevado contenido de metales en el suelo. Por otro lado, debido a la deposición atmosférica de emisiones industriales, se observó una mayor concentración de metales en la parte superficial (entre 0 y 5 cm de profundidad) de los suelos en zonas naturales cercanas al área minero-industrial. Por ejemplo, las concentraciones de arsénico aumentaron en promedio 268% en las muestras superficiales más cercanas a la fundición de cobre versus las profundas (más de 20 cm de profundidad). Así, el polvo que llega a la ciudades de las zonas aledañas es rico en metales debido a las condiciones naturales de la zona y además por la actividad industrial presente en la misma.

La investigación da cuenta que los valores altos implican alto aporte no natural. Diferentes metales relacionados a la actividad minera presentan factores de enriquecimiento por sobre la condición natural, como el caso del arsénico con un 24%, el cobre con un 79%, el mercurio con un 63% y plomo con un 75% de las muestras de polvo de calles enriquecidas. Dentro de la ciudad, el enriquecimiento depende del lugar en donde fue tomada la muestra. En el caso del mercurio, existe un enriquecimiento leve en todo Copiapó, pero intensificado en sectores cercanos a relaves ricos en mercurio, como el relave Ojancos, ubicado en el centro de la ciudad, y el relave Santa Blanca, cercano a la zona agrícola de San Fernando, ambos provenientes de la actividad extractiva de oro.

La pregunta es qué podría provocar la exposición a altas concentraciones de metales pesados en los suelos como arsénico, cobre, manganeso que se encuentran en los suelos copiapinos. Sandra Cortés, investigadora CEDEUS, explicó que "la exposición a metales, entre ellos el arsénico u otros, actúan como factores de riesgo ante diversas enfermedades crónicas, especialmente alteraciones cardiovasculares o respiratorias, ya que estos metales pueden estar biodisponibles en el material particulado o bien en el polvo que se resuspende desde las calles. Sin embargo, estas alteraciones también se pueden relacionar con otras condiciones de riesgo, especialmente la obesidad o el tabaquismo. Es muy difícil obtener una relación causal directa.Ademá, el arsénico está relacionado con el aumento de la ocurrencia de cánceres a pulmón y riñón, por lo cual debe trabajarse para reducir la exposición tanto como sea posible".

MINERÍA Y RELAVES

El estudio revela un aporte natural de metales, pero también de las fuentes cercanas. En este caso, se identificaron seis fuentes cuyas actividades aportan metales a los polvos de calles y suelos de la ciudad: entre ellos los relaves ricos en mercurio, los relaves de la minería del cobre, los procesos mineros realizados por la minería activa en la zona, las emisiones del tráfico, agricultura y el polvo originado en los suelos naturales de la región.

Tres de estas fuentes tienen relación con actividades mineras.Según el análisis de los investigadores, los procesos mineros son la principal fuente de cobre, arsénico y zinc en el área; los relaves ricos en mercurio son el principal origen de este metal en la ciudad y los relaves de la minería del cobre entregan además elementos como vanadio, hierro y cromo.
Consumo involuntario

El aporte de los procesos mineros activos es homogéneo en toda la ciudad, con mayores niveles en las zonas industriales.Por otro lado, polvos de calles de las zonas cercanas a los relaves Santa Blanca y Ojancos, presentan una mayor concentración de mercurio. Mientras que los relaves de la minería del cobre se ubican en la zona agrícola e industrial al sur de la ciudad, en donde se centran sus impactos. Este escenario sugiere una potencial fuente de exposición a las personas debido al consumo involuntario de metales a través de alimentos producidos localmente, tal como verduras allí cultivadas.

Uno de los relaves nombrados en el análisis fue el de Ojancos. Consultada Alejandra Precht, investigadora CEDEUS, señaló que "cualquier fuente fija puede ser potencialmente emisora de contaminantes de interés sanitario, entre ellos, material particulado con trazas de metales. Si éstos tienen contacto con personas, especialmente niños, puede haber inhalación, contacto dérmico e incluso ingestión de suelo o de polvo de calle".

Ante esta realidad "se debe avanzar en desarrollar estrategias que fomenten el distanciamiento de las personas hacia los relaves. Para ello son de utilidad opciones para su estabilización física y química, establecer alertas o definir perímetros de seguridad".

Según la investigadora en Copiapó dentro de su zona urbana y periurbana existen más de 30 relaves activos, inactivos y abandonados. En este estudio se analizaron 9 relaves para As, Co, Cu, Fe, Mn, Pb y Zn. y 7 relaves para Hg. Se destaca Ojancos y Santa Blanca, por su alto contenido de Hg (sobre o cercano a recomendaciones internacionales para suelos industriales).

Explicó que además de los nombrados, existen otros relaves relevantes, "por ejemplo los relaves Victoria y Planta Matta poseen altas concentraciones de arsénico; el relave Victoria se encuentra en la ribera del río Copiapó, donde se ha emplazado el parque Kaukari. Otro relave que destaca es el relave Porvenir ubicado en la población El Palomar. Hoy este relave es de libre acceso y las personas realizan actividades deportivas y recreativas con contacto directo al relave, aumentando aún más su potencial riesgo a la salud".

También hay otros relaves identificados por Ministerio de Medio Ambiente y Sernageomin.
Riesgos

Según los estudios, si la sustancia tiene un potencial tóxico y está en una concentración sobre el límite de exposición estimado que se considera seguro para la salud, podría relacionarse con daños a la salud a nivel poblacional, especialmente cuando esta exposición ocurre por largos periodos de tiempo, presentando un riesgo carcinogénico, o no, según sus perfiles toxicológicos.

Es importante también considerar las características de las personas expuestas por las diferentes vías (aire, agua, suelo, alimentos).

La pregunta sobre qué tan expuestos están niños y adultos también dependerá de la biodisponibilidad del metal en el medioambiente.

Según la definición de la ATSDR (Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades) "la biodisponibilidad es el porcentaje de la cantidad total de una sustancia química que se absorbe en el torrente sanguíneo, donde solo la cantidad absorbida de la sustancia química puede producir algún daño".

La estimación preliminar de la biodisponibilidad para el plomo en muestras de suelo, polvos de calles y relaves de Copiapó indicó que, en promedio, la biodisponibilidad es de 84% en relaves, 72% en suelos y 69% en polvo de calles.

Según el estudio de los investigadores, "en palabras simples, por ejemplo, si un niño consume un puñado de relave que contiene plomo, y luego consume un puñado del mismo tamaño y con la misma concentración de plomo, pero de polvo de calle, el plomo que estaría ingresando a su cuerpo será mayor en el caso del relave que con el polvo de calle".

En el estudio se sugiere que considerando la distribución de las concentraciones de los metales, su enriquecimiento y la estimación de riesgo teórico para la salud, en este análisis se establecieron cinco áreas que deberían ser priorizadas en futuros estudios de evaluación de riesgo o de daño a la salud de la población (no jerarquizadas). "Dos corresponden a zonas residenciales: una en el centro de la ciudad (Área B) y la otra en la población El Palomar en la ribera sur del río Copiapó (Área C). En estas áreas se sugiere establecer un monitoreo ambiental y una caracterización integral del estado de salud, especialmente en niños y niñas para caracterizar adecuadamente la zona y establecer la importancia de los determinantes ambientales y sociales que influyen en el estado de salud de la población", dice el documento.

Sandra Cortés,investigadora CEDEUS, respecto a este punto señaló que "para obtener un apropiado diagnóstico de salud en la infancia se requiere al menos de 2 años para recolectar la información necesaria y relevante al escenario de exposición a contaminantes más importantes. Siempre es apropiado, además, considerar la importancia que tienen los factores de riesgo vinculados a las características sociales del entorno del niño y su familia, así como condiciones propias de los hogares y de su ciudad".

Para la investigadora CEDEUS Alejandra Vega y el asistente de investigación Pablo Moya "el principal paso para disminuir el riesgo a la salud de la población es disminuir la exposición, por ejemplo limitar el acceso a estos relaves mediante enrejado, definir perímetros de seguridad y señalética informativa. Otra opción es el encapsulado o retiro del material de relave, cuidando remediar el suelo que queda en el sector. Existen diversas técnicas para esto: desde el encapsulamiento con cemento, bio-remediación y otros".
Planificación urbana

Para la investigadora Alejandra Precht, "el presente estudio, que CEDEUS pone a disposición de la comunidad y de las autoridades, presenta en varías áreas de Copiapó concentraciones de metales que pueden ser utilizados para fijar "áreas de riesgos" en los instrumentos de planificación territorial, de modo de inhibir la construcción de viviendas en dichas áreas.

Sin embargo, las muestras no abarcan toda la comuna por lo que puede ser necesario tomar nuevas muestras. Para ello, el estudio de CEDEUS también proporciona una metodología simple y de menor costo que puede ser utilizada. Además el Ministerio de Medio Ambiente y otros entes también han identificado áreas que pueden ser catalogadas como "áreas de riesgo", de modo que no se utilicen para viviendas o lugares públicos (v.g plazas) sin previa remediación o control del riesgo".

Asimismo explicó que desde la perspectiva de esta investigación, en la planificación territorial se debería considerar que la calidad del suelo sea apta para el uso que se le dará. Definiendo áreas de riesgo en zonas que lo ameriten, en las cuales se debe tomar acciones antes de su uso. Y a futuro, constantando con normas de uso de suelo que pueden ser propuestas por el Instituto Nacional de Normalización (INN) (al igual como se hizo para la norma de agua potable), los valores de esas normas podrían ser incorporados a la Ordenanza de Urbanismo y Construcciones para los usos residencial, área verde y espacio público".

Recuadro
-"La exposición a metales, entre ellos el arsénico u otros, actúan como factores de riesgo ante diversas enfermedades crónicas, especialmente alteraciones cardiovasculares o respiratorias, ya que estos metales pueden estar biodisponibles en el material particulado o bien en el polvo que se resuspende desde las calles. Sin embargo, estas alteraciones también se pueden relacionar con otras condiciones de riesgo, especialmente la obesidad o el tabaquismo. Es muy difícil obtener una relación causal directa". Sandra Cortés, Investigadora Cedeus
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Pamela Vásquez/Redacción-