Separar a los niños de las pantallas se ha convertido en una eterna batalla para muchos padres y en vacaciones se pone peor: las actividades diarias son menos variadas, los amigos no se ven todos los días y los padres no tienen períodos de descanso tan largos como sus hijos. Entonces, ¿qué se puede hacer?

Claudia Guerra, matrona y CEO del espacio digital dedicado a la maternidad y crianza Dreamoms, dijo a este medio que "lo más importante para hacer que los niños se separen de las pantallas por un buen rato es que nosotros como adultos, como padres, nos separemos de las pantallas por un buen rato también".

"No podemos pretender que los niños estén sólo una hora al día frente a la pantalla si nosotros estamos 20 horas al día conectados a la pantalla", añadió la profesional.

En ello coincidió la psicóloga infantojuvenil de RedSalud, Pamela Encina, quien explicó que "hay que darles el ejemplo y reducir el uso de dispositivos para priorizar el tiempo en familia".

"Se pueden también definir reglas como que las pantallas sean en ciertas horas del día y en espacios comunes, de esta manera se puede controlar lo que hacen los niños frente a la pantalla y el tiempo que destinan a la misma", añadió la experta en salud mental.

Informar sus efectos

De acuerdo con Encina, otro punto clave para conseguir que los niños dediquen menos tiempo a dispositivos electrónicos es que los padres se informen del efecto que tienen las pantallas en el cerebro y se lo expliquen a sus hijos: "En la medida que el niño o niña tenga conocimiento de lo que le pasa, también va a comprender y se va a auto cuidar", sostuvo.

"En ocasiones, cuando les cuesta dejar las pantallas, el padre o madre puede describir, sin juicios ni consecuencias, qué efectos tienen en su cerebro o incluso a nivel familiar, porque al estar tantas horas frente a una tablet no quieren conversar o no participan de otras actividades", comentó la psicóloga.

"Entonces, plantear también qué se les ocurre a ellos, qué podría hacerse para sólo jugar ciertas horas en el día y hacerlos parte de la solución, puede ser beneficioso. Al fin y al cabo, lo planteas de una forma que no es invasiva, sin cuestionamientos, sin que el niño se sienta criticado, sino que comprendido. Pero siempre desde la base que tienen que haber límites", subrayó Encina.

Planificar el día

Planificar diferentes actividades durante el día para que los niños sepan qué harán también puede ser muy positivo. "Pueden ser actividades tanto en casa como fuera, desde cocinar en familia, salir a la piscina, repaso de lectura, hacer deporte, juegos de mesa, entre otros", dijo Encina.

Para los más pequeños, las actividades más recomendadas por la psicóloga fueron incentivar a los niños a hacer actividades que no suelen hacer cuando están en clases y en las cuales pueden interesarse.

"Por ejemplo, tomar alguna clase, cocinar, hacer deporte, pintar, cuidar huertos, porque de alguna manera puede ser útil para el futuro y desarrollar una pasión o amor por lo que hace", afirmó la profesional de la psicología.

Lo más motivante

"Las actividades entretenidas y motivantes van a hacer las que hagan con sus padres cuando son más pequeños, las que hagan con sus pares cuando son preadolescentes y las que les vayan generando un poco más de adrenalina cuando ya son adolescentes o más grandes. En general, las actividades para los más pequeñitos tienen que ver con lo que despierte su curiosidad, en donde pueda tocar distintas texturas, en donde pueda disfrutar de la naturaleza, pero siempre lo va a hacer si alguien más lo está haciendo con él o con ella. Por lo tanto, una vez más hay que tomar conciencia y poder compartir estas actividades con los más pequeños y con estos preadolescentes, de repente actividades más adrenalínicas, que tengan que ver con la playa, con el agua, con la piscina, con juegos que les generen un poco esto de altura y compartiendo con sus pares también", comentó, en tanto, Guerra.