'Siempre he sido consumidora de drogas. Un mes antes del parto, en una especie de pipa, fumé pasta base de cocaína. Consumía una vez a la semana o cada dos semanas… Después que falleció la niña, el mundo se me vino abajo y seguí consumiendo con la misma frecuencia'. Esa es una parte del testimonio de una mujer de 37 años, sentenciada por el Tribunal Oral en Lo Penal de Viña del Mar a una pena de 15 años y un día de presidio por el delito de parricidio consumado, luego que su hija recién nacida falleciera por intoxicación química por cocaína metabolizada en el proceso de amamantamiento. Según la acusación de la Fiscalía, el caso se remonta al 22 de enero del 2017, cuando la imputada -madre de cinco hijos- dio a luz en el hospital Gustavo Fricke a una niña que pesó 3 kilos y midió 46,5 centímetros.

En una prueba realizada en ese centro asistencial, estableció el Ministerio Público, la pequeña dio positivo a cocaína, por lo que el Juzgado de Familia dispuso que quedara hospitalizada y no fuera entregada a su madre, a quien se le impuso un tratamiento para impedir la lactancia. No obstante, al día siguiente -sin el alta médica- se fue con la niña a su casa. 'Me fui del hospital porque sabía que el examen iba a salir positivo, me imaginé que me la iban a quitar y llevarla al Sename. Esos días paseamos, fuimos a la playa y a los juegos', declaró la mujer durante el juicio en el estrado. El 26 de enero la pequeña amaneció en su casa sin signos vitales. Los padres la llevaron hasta un SAPU donde se constató el deceso. En el Servicio Médico Legal la autopsia determinó que sufrió 'fallo multiorgánico compatible por intoxicación por cocaína'.

Su defensa En el juicio, la mujer aseguró que en los días que tuvo a la pequeña le dio relleno y no la amamantó. Sin embargo, agregó que 'nadie me dijo que era peligroso que le diera pecho a mi bebé', 'no sabía que una madre consumidora de drogas está impedida de dar leche'. Además, dijo que cuando estuvo embarazada de sus hijos anteriores 'también me drogué y a los niños no les pasó nada'. El fiscal de la causa, Lionel González, expuso que 'la sangre cardiaca del bebé fallecido arrojó la presencia de un metabolito que proviene exclusivamente de un consumidor de cocaína. La imputada consumió cocaína momentos antes y luego amamantó a su hija a sabiendas del peligro que ello representaba', remarcó.

Los jueces concluyeron que la mujer actuó con dolo. 'En base a la evidencia científica –detallaron en el fallo- quedó absolutamente demostrado que la niña falleció a causa de la ingesta de leche materna proveniente y suministrada por una madre consumidora de cocaína. Esta sustancia, dada su condición de infante de cuatro días de vida, constituyó para ella un veneno que acabó con su corta vida'. La defensa de la mujer, a cargo de la Defensoría Penal Pública, no comentó el fallo. Quien sí lo hizo fue Claudia Guerra, matrona de CEO Dreamoms (que asesora los procesos de maternidad), quien dijo que 'los efectos son menos graves o más graves en relación con la cantidad y el tipo de droga que se consuma' y que en estos casos 'los bebés van a experimentar síntomas de adicción o de abstinencia al momento de nacer y los primeros días'.

La profesional añadió que cuando el consumo durante el embarazo es más esporádico, 'puede que no existan consecuencias fatales, pero en los lactantes pueden desencadenar riesgos como convulsiones o alteraciones en el desarrollo del sistema nervioso'. La cocaína, agregó, 'puede provocar bebés prematuros, con menos peso y talla, un perímetro cefálico más pequeño, infecciones, riesgos en el desarrollo y, como en este caso, la muerte'.