La Universidad Pedro de Valdivia estuvo al borde de la quiebra, por lo que tuvo que realizar un plan de recuperación financiera, al igual como han hecho otras casas de estudio fiscalizadas por la Superintendencia de Educación Superior (SES).

El plantel finalmente cambió a U. del Alba, la cual en su plan de recuperación logró dar el cumplimiento total a los requerimientos de la SES, marcando el precedente de ser la primera universidad en revertir sus complicaciones financieras.

Hace unos meses, de hecho, el presidente de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), Andrés Bernasconi, daba cuenta de cómo el sistema de educación superior se reduciría debido a las mayores exigencias interpuestas a las universidades, perjudicando sobre todo a las más pequeñas. Por esto, desde la U. del Alba celebran el hecho.

El rector de la U. del Alba, Rafael Rosell, dice: 'Nos enorgullece mucho el trabajo realizado', ya que 'la gestión de la U. del Alba demuestra que en el fondo, con un buen trabajo de administración, sí es posible levantar y mantener el proyecto en el tiempo. Hoy la universidad tiene un patrimonio que supera los $10 mil millones (...). Es importante sentir que un órgano externo reconozca el trabajo realizado y, más importante, que certifique que somos sostenibles al corto y mediano plazo'.

También detalla sobre la rigurosidad del proceso, que se extendió desde 2020: 'Exigió que la Superintendencia nos supervisara durante más de dos años y también el trabajo colaborativo que tuvimos con ellos con informes cada tres meses y seguimiento preciso de los avances que íbamos teniendo', y opina que 'esto implica, por lo tanto, que hay una consolidación de el sistema de educación superior'.

La casa de estudios, además, representa el contraste con otros planteles que están siendo investigados actualmente, como la U. La República, que también lleva dos años de investigación por la SES, aunque en su caso se les ha rechazado el plan de recuperación en distintas ocasiones, y estarían a un paso del cierre definitivo.