Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2023-03-05
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   B4
Sección:   ECONOMÍA Y NEGOCIOS DOMINGO
Centimetraje:   51x27
El Mercurio
El economista estadounidense se refiere al proceso constitucional
James Robinson: “No creo que haya ninguna comparación entre el proceso en Chile y todos estos otros llamados gobiernos de izquierda”
El coautor de 'Por qué fracasan los países' estará la próxima semana en el país para participar del primer McKinsey Forum Chile. Robinson califica la situación actual de Latinoamérica como 'el momento más democrático en su historia' y opina que de rechazarse una nueva propuesta constitucional 'es el proceso democrático en acción' y que 'solo hay que intentarlo de nuevo'.
James Robinson, economista y coautor del libro 'Por qué fracasan los países' estará en nuestro país la próxima semana para participar del primer McKinsey Forum Chile. El director del Instituto Pearson para el Estudio y la Resolución de Conflictos Globales de la Universidad de Chicago, se especializa en los estudios de economía y política comparada y ha seguido la evolución política y económica del país. En conversación con 'El Mercurio', se refirió al nuevo proceso constitucional que enfrenta Chile, los cambios que atraviesa el país y el momento que vive Latinoamérica.

—¿Cuál es su visión sobre Chile?

'Están en medio de tratar de encontrar un nuevo modelo de crecimiento y desarrollo. Una de las cosas que encuentro más llamativas, es que Chile es un país muy exitoso, pero si miras los datos de la encuesta Latinobarómetro, es más probable que los chilenos digan que las instituciones son, en cierto sentido, injustas, más que cualquier otro latinoamericano, más que en Guatemala o El Salvador. Eso es extremadamente desconcertante, porque Chile es una sociedad mucho más justa que la de Guatemala'.

'Creo que las aspiraciones de la gente son extremadamente altas en Chile. Creo que eso es muy emocionante, porque la gente exige mucho y eso es lo que crea el éxito. Presiona al gobierno y al sector privado para que cumplan. En ese proceso de crear un modelo diferente, hay mucha reorganización de la sociedad, las prioridades y redefinir cuál es el rol del gobierno. Para mí el problema que tiene Chile es una especie de ajuste de la realidad a estas aspiraciones'.

—¿A qué modelo económico debe apuntar Chile para no fracasar?

'Creo que los chilenos desarrollarán su propio modelo. Chile tiene un potencial increíble en muchas dimensiones, en términos de energía eólica, de recursos naturales. Chile puede transformarse en una economía verde de una manera que ninguna otra sociedad en Latinoamérica podría. Hay tanto potencial, en términos de energía verde. Los chilenos tienen que encontrar su propio modelo que funcione. El desafío es que muchos de los problemas que tienen la mayoría de los países latinoamericanos ya se han superado en Chile, en términos de construir instituciones, del gobierno y del sector privado. Por supuesto que siempre hay espacio para mejorar'.

'No tengo una versión estándar de ese modelo. Hay muchas oportunidades en Chile, es tan rico en recursos naturales y potencial. Qué tipo de inversiones se requieren, qué tipo de apoyo se necesita del gobierno para que eso suceda, hay que tener esa discusión. No en lo ideológico, no se trata de neoliberalismo o no, o de socialismo o no. Pero son los chilenos los que tienen que saber, no me corresponde a mí decir qué es lo que deben hacer. Los chilenos lo van a resolver'.

—¿Cómo ven en otros países a Chile, ahora que estamos en este proceso de ajuste?

'Yo creo que la gente entiende. Estuve en México y la gente comentaba sobre los gobiernos de izquierda, como Maduro, López Obrador o Boric. Dije, eso es completamente ridículo, no hay comparación entre el gobierno de Venezuela o México y el gobierno de Chile. El presidente López Obrador está tratando de destruir las instituciones electorales nacionales para poder consolidar su partido político en el poder. Nada de eso está sucediendo en Chile. Como dije, hay diferentes modelos en Chile, hay desacuerdo sobre cómo debería ser el futuro y eso lo tiene cualquier sociedad. Pero los chilenos tienen formas legítimas de discutir y de deliberar, tratando de encontrar compromisos. No creo que haya ninguna comparación, honestamente, entre el proceso en Chile y todos estos otros llamados gobiernos de izquierda'.

—¿Cómo ve este nuevo proceso constitucional?

'Creo que lo que sabemos es que hay concesiones al escribir una Constitución. El primer proceso fue muy inclusivo, especialmente en contraste con la Constitución promulgada bajo los militares. Creo que los chilenos querían algo donde se pudiera escuchar a mucha gente, pero luego evaluaron que eso no funcionó, no era el modelo correcto para hoy. Entonces necesitas probar algo más. Creo que eso es democracia'.

—¿Qué errores no se debieran volver a repetir en este proceso para tener éxito en escribir una nueva Constitución?

'No sé si hubo errores. La gente tiene diferentes imágenes del futuro de Chile. Tienen diferentes modelos de la sociedad. Entonces tienes que encontrar el equilibrio. No estoy seguro que hablar de errores sea el lenguaje correcto. No sé exactamente qué problemas se ajustarán. Pero supongo que ninguno de nosotros lo sabe. Creo que está bien, reequilibrar y tratar de encontrar una especie de mezcla que sea satisfactoria para el chileno promedio'.

—¿Ve esto como una recalibración para encontrar lo que la gente realmente quiere para Chile?

'Sí, absolutamente. Creo que es saludable. Quiero decir, deshacerse de la Constitución militar es algo bueno, pero no me sorprende que lleve tiempo llegar a algo nuevo'.

—Si esta propuesta de Constitución es rechazada nuevamente, ¿qué significaría para Chile?

'No creo que signifique nada. Ese es el proceso democrático en acción. Entonces, solo tienes que intentarlo de nuevo'.

—¿Cómo evalúa el mandato del Presidente Boric, a casi un año de su instalación?

'Honestamente, no estoy lo suficientemente seguro de que sea un experto para poder evaluarlo'.

—¿Cómo ve el hecho de que el Presidente Boric tenga que gobernar con propuestas distintas a las que tenía cuando era diputado o estaba en campaña? Por ejemplo, no era partidario del TPP11 y ahora ha tenido que resaltar sus beneficios.

'Creo que eso es política. Una cosa es estar en la oposición y otra cosa es ser presidente de un país. Tienes que hacer compromisos y construir coaliciones. No creo que haya nada sorprendente en eso y no creo que diga nada malo sobre él en absoluto. El gobierno quiere lograr cosas y entonces tiene que hacer tratos y compromisos'.

—Uno de los focos de este gobierno es la reforma tributaria. ¿Elevar impuestos a los sectores de mayores ingresos es necesariamente contrario a una mayor inversión?

'Creo que depende de lo que hagas con los recursos. Si usas los recursos para invertir en bienes públicos y en educación, eso es valioso para los empleadores, ellos necesitan trabajadores educados, necesitan infraestructura. Es difícil evaluar el efecto de los impuestos en el crecimiento económico sin tener en cuenta qué se hará con esos ingresos fiscales'.

—Latinoamérica ahora tiene varios gobiernos de izquierda, ¿cree que en la próxima ola de elecciones se verá un nuevo giro hacia la derecha?

'Creo que es más complicado que eso. ¿El presidente López Obrador es de izquierda? Bueno, fiscalmente, es increíblemente austero, es muy religioso, es socialmente conservador. No estoy seguro de que aclare mucho hablar sobre la izquierda y la derecha. A mi manera de pensar, América Latina es más democrática que nunca. Mira las últimas elecciones colombianas, más personas en Colombia expresaron sus preferencias que nunca antes. Lo mismo ocurre con el presidente López Obrador, hay muchos problemas con su modelo, pero la gente se siente representada en México en una forma que no lo han hecho antes'.

'Creo que el problema de un momento como este, una especie de democracia mucho más profunda, es que trae muchos problemas a la mesa. Si miras la historia de la democracia, en los países occidentales, ves que la democracia permite que surja gente nueva. Hay mucha más libertad. Se necesita tiempo para aprender a manejar eso y se necesita tiempo para que el sistema se asiente en formas más estables e institucionalizadas. Así es como veo este momento, en lugar de izquierda y derecha'.

Exposición en McKinsey Forum
El McKinsey Forum Chile 2023 se realizará el próximo 9 de marzo. El evento contará con James Robinson como uno de los principales expositores y estará centrado en analizar las perspectivas para Chile en un contexto de volatilidad global. Además, busca reflexionar sobre las oportunidades para catalizar un crecimiento sostenible e inclusivo.

En este contexto, la presentación del economista estadounidense estará enfocada en el rol del sector privado y las instituciones hacia un crecimiento sostenible.

—¿Qué significa para usted venir a Chile?

'Es un momento muy emocionante. Es el momento más democrático en la historia de América Latina, que tiene un enorme potencial subutilizado. Una de las implicaciones de mi investigación es que no hay razón por la cual los países latinoamericanos no deberían tener los mismos niveles de vida que en América del Norte. La razón por la que no han tenido eso es porque han tenido décadas o siglos de instituciones extractivas. Si América Latina puede hacer esa transición hacia una sociedad más inclusiva, entonces, la perspectiva es décadas de crecimiento increíblemente rápido y prosperidad en la sociedad'.

Recuadro
'Chile es un país muy exitoso. Pero si miras los datos de la encuesta Latinobarómetro, es más probable que los chilenos digan que las instituciones son injustas, más que cualquier otro latinoamericano, más que en Guatemala o El Salvador. Eso es extremadamente desconcertante'.

La perspectiva de James Robinson sobre el mercado laboral
Sobre los modelos de trabajo híbridos y remotos, James Robinson comenta que 'a la gente le gusta la flexibilidad, pueden trabajar en casa igual de bien. Y como empleadores descubrimos que la gente no necesita estar en la oficina. Lo único que importa es que el trabajo se haga'. Sin embargo, el economista señala que 'mi única preocupación es que es algo que solo afecta a algunos tipos de trabajadores, probablemente a aquellos más educados y calificados. Está beneficiando a algunas personas mucho más que a otras'.

Respecto de la posibilidad de implementar una semana laboral de cuatro días en Inglaterra, y si esto es posible en Latinoamérica, Robinson advierte que 'uno de los grandes problemas en América Latina es que tienes estos enormes sectores informales. Es difícil implementar algo así en un país como Perú y Colombia, donde nunca se aplicará a la mayoría de la gente que está luchando por llegar a fin de mes en el sector informal. Por supuesto, esto es menos cierto en Chile, que en Perú y Colombia'.

—En Chile existe un proyecto de ley que busca reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas. Esto, sumado al trabajo remoto, también beneficia solo a quienes trabajan en el mercado formal. ¿Esto no refleja una mayor desigualdad?
—'Es un sector relativamente educado de la fuerza laboral que se está beneficiando de esta flexibilidad adicional, y también se beneficiará de estas regulaciones sobre las horas de trabajo. No las personas pobres que están trabajando en el sector informal. Estoy de acuerdo en que es una fuente de desigualdad'.

Por otro lado, Robinson aclara que 'lo que impresiona de estos datos en la encuesta Latinobarómetro es que no son tantas las percepciones sobre la desigualdad en la sociedad como las percepciones sobre la injusticia en las instituciones. No se trata de este tipo de desigualdad que estamos discutiendo, sino, de alguna manera, la percepción de que las instituciones no funcionan de manera justa'.

—¿Y cómo encaja la inteligencia artificial en los cambios en el mercado laboral?
—'Creo que hay una enorme cantidad de incertidumbre al respecto. Los últimos 250 años, comenzando con la Revolución Industrial en Inglaterra, todo se ha tratado de sustituir el trabajo humano por el trabajo de las máquinas. La gente ha profetizado que habría fatalidad y desastre como consecuencia de esto, y ahora estamos entrando en otra ronda de personas que profetizan fatalidad y desastre, pero hasta ahora no ha sido así. No sucedió eso; de hecho, sucedió lo contrario: las máquinas liberaron a las personas de tareas que realmente no les gustaban y las liberaron para hacer otras cosas y crearon una gran cantidad de prosperidad. Entonces, soy relativamente optimista al respecto'.
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Catalina Muñoz-Kappes-