Un nuevo proyecto para impulsar el desarrollo de la industria del hidrógeno verde es el que se está dando en la Región de Antofagasta. Luego de un trabajo de más de dos años, se espera que durante el segundo semestre ingrese a evaluación ambiental el proyecto Volta, que producirá hidrógeno y amoníaco verde.
La iniciativa está siendo impulsada por MAE, una empresa fundada por inversionistas locales e internacionales que provienen del ámbito de la energía y de nuevas industrias vinculadas a la descarbonización.
“La compañía surge de la experiencia de nuestro grupo en el desarrollo de plantas de energía solar con la empresa DPP, que totaliza proyectos por más de 300 MW en el norte de Chile”, explica el gerente general de MAE, Gonzalo Moyano. Detalla que la firma ha realizado diversos estudios de prefactibilidad y ha desplegado un plan de socialización a nivel territorial, con diálogos que incluyeron autoridades, comunidades y organizaciones sociales durante los dos últimos años.
El proyecto consta de dos etapas de desarrollo de 290 mil toneladas al año de producción cada una, y la construcción de un parque solar de al menos 600 MW de capacidad instalada para abastecer de energía limpia a la planta de hidrógeno y amoníaco verde. En cuanto al suministro de agua, la empresa está trabajando en el desarrollo de un sistema de abastecimiento eficiente y sustentable.
Todas estas obras consideran una inversión de US$ 2.500 millones, los cuales, para la etapa de desarrollo inicial del proyecto, se financiaron a través de los socios fundadores. Posteriormente, para la fase de construcción y operación, se considera financiamiento bancario estructurado de largo plazo, junto con aportes de capital adicional.
“Consciente de la emergencia climática que enfrenta el planeta, queremos desarrollar un proyecto de hidrógeno y amoníaco verde en Mejillones que sea un aporte tangible para la descarbonización nacional y mundial y, a su vez, que contribuya a la estrategia nacional de hidrógeno verde. La planta, a plena capacidad, aportará con la disminución de más de un millón de toneladas por año de emisiones de CO2. Las consecuencias del cambio climático se perciben en todo el mundo, incluyendo Chile, y el hidrógeno y amoníaco verde representan una opción real para contribuir de manera decisiva a la descarbonización de muchas industrias”, asegura Moyano.
Respecto a los plazos de tramitación que seguirá la iniciativa, se decidió hacer un Estudio de Impacto Ambiental (EIA), de modo que se incluya un proceso de participación ciudadana que permita a la comunidad ser parte del proceso de evaluación ambiental. En esa línea, se espera que se ingrese el EIA a tramitación durante el segundo semestre de este año.
“Creemos que es fundamental ser un aporte en Mejillones, por lo que también desde hace meses iniciamos un relacionamiento comunitario temprano, aún en curso, para presentarnos como empresa, dar a conocer el proyecto y atender las preguntas de la comunidad. En cuanto a la construcción, esperamos iniciar las obras en 2025, para entrar en operación durante el año 2027”, comenta Moyano.
Con todo, desde la compañía detallan que a partir del hidrógeno verde que se generara en la planta, se producirá amoníaco verde, uno de los químicos más utilizados en el mundo, y que ante sus diversos usos y aplicaciones, representa un enorme potencial para descarbonizar distintas industrias.
El amoníaco verde sirve, entre otros, para la producción de fertilizantes, productos químicos y combustible marítimo. Adicionalmente, gracias a sus características fisicoquímicas, el amoníaco es una de las alternativas más eficientes para almacenar y transportar hidrógeno verde.
En cuanto a lo que falta para seguir desarrollando esta incipiente industria, desde MAE apuntan a que es fundamental contar una visión país que oriente las políticas y regulaciones sectoriales. “Para materializar esta oportunidad y desarrollar una industria que contribuya al progreso del país y sus regiones, es clave además que se geste una coordinación entre los distintos ministerios y servicios, y que se establezca un marco regulatorio que entregue certezas, reconozca la diversidad de la industria e incentive la inversión. Uno de los desafíos fundamentales en este sentido es contar con una estrategia para lograr un abastecimiento eficiente y competitivo de energía eléctrica. Ello involucra aspectos regulatorios, operacionales y de infraestructura que requieren una acción coordinada y de largo plazo por parte del Estado”, sentencia Moyano.