Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2023-03-22
Tipo:   Internet
Sección:   Consumo y produccion
URL:   Link
Autor:   Natalia Heusser
Paiscircular.cl

Uso de aguas grises en la agricultura surge como una solución a la escasez hídrica
Para enfrentar la profunda sequía que afecta a Chile, hace unos días el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y Cambio Climático (CMSyCC) se mostró a favor de presentar al Congreso una iniciativa que busca aprovechar estas aguas provenientes del lavamanos, ducha o lavadoras de ropa para el riego de árboles frutales y cereales, entre otros. Si bien a todas luces este proyecto podría ser beneficioso, expertos coinciden en que falta precisar aspectos esenciales como los parámetros con los que debe contar el recurso para volver a ser utilizado, su tratamiento y cómo evitar que colapse el sistema de gestión de aguas
Chile cumplió 14 años consecutivos de sequía, probablemente la más larga y severa en mil años, según el informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) “El estado del clima en América Latina y el Caribe 2021”.
En febrero pasado el boletín N°538 de la Dirección General de Aguas, informaba que los embalses presentaban un déficit de volumen de 33,2% respecto a sus promedios, presentando la cifra más preocupante los embalses dedicados al riego, con un 61,1%.
En este contexto adverso, al conmemorarse hoy el Día Mundial del Agua se releva la necesidad de impulsar acciones que ayuden a paliar, en parte, la crisis hídrica. Así, el viernes pasado -17 de marzo- el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y Cambio Climático (CMSyCC) –que preside el ministerio del Medio Ambiente y está integrado por otros doce ministerios – se mostró a favor de una iniciativa que busca modificar la Ley 21.075, aprobada en 2018, para aprovechar las aguas grises en la agricultura, o sea, aquellas aguas provenientes de los lavamanos, duchas y lavadoras de ropa. La idea es utilizarlas para el riego de árboles frutales, cereales, viveros, cultivos industriales y cultivos agrícolas, a excepción de frutas y verduras que crezcan a ras de suelo o se consuman crudas.
“Este proyecto de ley permitirá hacer un uso más eficiente de este recurso sin poner en riesgo la salud de las personas”, aseguró Maisa Rojas, ministra del Medio Ambiente y presidenta del CMSyCC. Hay que recordar que todo esto ocurre mientras aún se espera que salga a la luz el reglamento que dé cumplimiento a la Ley 21.075 el que, durante cuatro años, ha tenido congelada la normativa para reúso de aguas grises
Entonces, ¿qué tan efectiva podría ser la nueva normativa que se presentará al Congreso? Los expertos coinciden en que ayudaría. Sin embargo, hay que reparar en aspectos esenciales. “Me parece una buena noticia, pero tiene que ir de la mano con el avance del reglamento de la ley, que es el que finalmente determina los parámetros y le da cuerpo. Si no existe el reglamento, costará mucho que la ley se pueda ejecutar, porque no hay cómo regularla”, dice Ignacio Vargas, investigador asociado del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable de la Pontificia Universidad Católica y la Universidad de Concepción (CEDEUS) y profesor asociado al Departamento de Ingeniería Hidráulica y Ambiental de la Escuela de Ingeniería UC.
El docente precisó que la iniciativa significará un desafío importante para la coordinación de los distintos entes que trabajan en el tema, los que deberán garantizar que se resguarde la salud de la población. “Es importante que el tratamiento de las aguas grises entregue seguridad a la gente y se sepa que se trata de agua lo suficientemente limpia para el propósito que se quiere”.
Para Pablo Garcia-Chevesich, hidrólogo, académico de Colorado School of Mines y miembro del programa Hidrológico Intergubernamental de UNESCO, aprovechar las aguas grises es un gran avance para el país, y además cree que cada casa de Chile debería contar con un sistema de desviación de aguas grises, para el uso en la producción de alimentos y para el riego de árboles ornamentales. “Con los nutrientes contenidos en las aguas grises, los árboles crecen frondosamente, dando sombra a las calles. Estamos aún en pañales en esta temática, pero sin duda es un inmenso paso”, dijo.
En tanto, Gerardo Díaz, Jefe de Proyectos de Fundación Chile (FCh), a cargo de la iniciativa de reúso de aguas residuales de la gerencia de Sustentabilidad de dicha institución, también destacó la incorporación de nuevas fuentes de agua a la matriz productiva, capaces de reemplazar el agua potable para riego de jardines o árboles frutales, pero fue crítico al señalar que el plan podría generar externalidades negativas, debido a la concentración de aguas negras (las que fluyen por el sistema de alcantarillado).
¿Qué pasa entonces? Díaz explicó que, al extraer las aguas grises -que corresponden al 60% o 70% del total de aguas servidas-, las negras quedan muy concentradas y los sistemas de tratamientos no son capaces de eliminar los contaminantes porque están acondicionados y construidos para tratar las aguas servidas en su totalidad (grises y negras). “Eso ya lo hemos visto en sistemas sanitarios rurales, donde se aprovechan las aguas grises con las comunidades y las aguas concentradas llegan a las plantas de tratamiento rurales. Eso produce taponamiento del alcantarillado, que el sistema de tratamiento no dé abasto y, por lo tanto, que esas aguas no sean tratadas y sean descargadas prácticamente crudas o que tengan que ser diluidas, perdiendo el ahorro que se generó anteriormente”, aclaró.
Junto a esto, afirmó que la sequía ha avanzado de manera tal que las mismas comunidades han elaborado mecanismos para enfrentarla, adelantándose a las leyes, como ocurre en la región de Coquimbo, donde servicios sanitarios están haciendo reúso de aguas residuales –tratadas con Decreto Supremo 90, tabla 1 (D.S90), que establece los niveles de contaminantes descargados a aguas superficiales, que aplican las plantas de tratamiento urbanas– para el riego de jardines, árboles y, además, se le entrega agua a la misma comunidad para que pueda regar sus jardines.