Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2023-03-28
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): B4
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Sección: Economía y Negocios - Análisis
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Centimetraje: 24x14
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La desdichada eficacia de los bancos de alimentos
Del 2017 a la fecha los bancos de alimentos en el mundo han crecido un 69%, y el número de personas atendidas ha aumentado sobre el 400%. Los bancos de alimentos son organizaciones sin fines de lucro que se encargan de recuperar los excedentes de alimentos producidos por la sociedad. Surgieron en Estados Unidos en 1967 como forma de dar vida útil a alimentos en buen estado, pero desechados debido a excedentes de producción o cosecha, defectos en el envasado o cercanía de su fecha de vencimiento.
Aunque ayudar a las personas que carecen de alimentos es su objetivo principal, hoy los bancos de alimentos cumplen una función mucho más amplia e insospechada.
Por una parte, los alimentos que terminan en vertedero o relleno sanitario, al pudrirse producen metano, gas de efecto invernadero más potente que el dióxido de carbono. Según cifras del WWF, el desperdicio de alimentos genera aproximadamente el 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el ser humano. Por lo tanto, la misión de los bancos de alimentos es más crucial que nunca. Además de satisfacer una necesidad primaria como el hambre, ayudan a reducir las emisiones de gas metano y, por lo tanto, la contaminación ambiental.
Este fue uno de los temas analizados recientemente en el congreso anual del Global Food Banking Network en Ciudad de México al que asistí como miembro del directorio global de esa red. En menos de un mes nuestro país será sede de la Reunión Ministerial de Agricultura, cuya agenda se centrará en la alimentación sostenible, y cómo prevenir el desperdicio de alimentos con la consiguiente generación de metano. La Red de Alimentos de Chile es reconocida como uno de los mejores bancos del mundo, que hasta febrero de 2022 había rescatado más de 4.159 millones de alimentos y evitado la emisión de 150.071 toneladas de CO2 equivalente gracias a su gestión. A eso debemos sumar el gran trabajo del Global Methane Hub, liderado por Marcelo Mena, asociación público-privada compuesta por más de 100 países con el objetivo de reducir en 30% las emisiones de metano para 2030 y que está logrando poner el tema en el centro de la agenda global.
En México se hizo patente otro rol cada vez más relevante de los bancos de alimentos: servir de mecanismo de auxilio en emergencias como la guerra en Ucrania o incendios como los ocurridos en el sur de Chile. Los bancos de alimentos conocen los territorios como pocos, e incluso en países como China son capaces de entender y atender necesidades urgentes mucho mejor que otros actores públicos o privados.
Hablamos de la desdichada eficiencia de estas entidades, porque a su rol histórico, se suma ahora su tremenda efectividad en situaciones de crisis, y el fabuloso impacto en la agenda climática. Al trabajar directamente con la pobreza, están demostrando su potencial como protectores del medio ambiente y del bienestar. Promover su labor y sumar a más empresas y organizaciones a la colaboración conjunta con los bancos de alimentos es una manera concreta de ayudar a la sociedad y aportar a las metas climáticas de mediano y largo plazo.
Otro notable caso en que la sustentabilidad logra transformar un problema en oportunidad.
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Gonzalo Muñoz Cofundador de Manuia y miembro del directorio del Global Foodbanking Network -
Nex Prensa Escrita
La desdichada eficacia de los bancos de alimentos
Del 2017 a la fecha los bancos de alimentos en el mundo han crecido un 69%, y el número de personas atendidas ha aumentado sobre el 400%. Los bancos de alimentos son organizaciones sin fines de lucro que se encargan de recuperar los excedentes de alimentos producidos por la sociedad. Surgieron en Estados Unidos en 1967 como forma de dar vida útil a alimentos en buen estado, pero desechados debido a excedentes de producción o cosecha, defectos en el envasado o cercanía de su fecha de vencimiento.
Aunque ayudar a las personas que carecen de alimentos es su objetivo principal, hoy los bancos de alimentos cumplen una función mucho más amplia e insospechada.
Por una parte, los alimentos que terminan en vertedero o relleno sanitario, al pudrirse producen metano, gas de efecto invernadero más potente que el dióxido de carbono. Según cifras del WWF, el desperdicio de alimentos genera aproximadamente el 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el ser humano. Por lo tanto, la misión de los bancos de alimentos es más crucial que nunca. Además de satisfacer una necesidad primaria como el hambre, ayudan a reducir las emisiones de gas metano y, por lo tanto, la contaminación ambiental.
Este fue uno de los temas analizados recientemente en el congreso anual del Global Food Banking Network en Ciudad de México al que asistí como miembro del directorio global de esa red. En menos de un mes nuestro país será sede de la Reunión Ministerial de Agricultura, cuya agenda se centrará en la alimentación sostenible, y cómo prevenir el desperdicio de alimentos con la consiguiente generación de metano. La Red de Alimentos de Chile es reconocida como uno de los mejores bancos del mundo, que hasta febrero de 2022 había rescatado más de 4.159 millones de alimentos y evitado la emisión de 150.071 toneladas de CO2 equivalente gracias a su gestión. A eso debemos sumar el gran trabajo del Global Methane Hub, liderado por Marcelo Mena, asociación público-privada compuesta por más de 100 países con el objetivo de reducir en 30% las emisiones de metano para 2030 y que está logrando poner el tema en el centro de la agenda global.
En México se hizo patente otro rol cada vez más relevante de los bancos de alimentos: servir de mecanismo de auxilio en emergencias como la guerra en Ucrania o incendios como los ocurridos en el sur de Chile. Los bancos de alimentos conocen los territorios como pocos, e incluso en países como China son capaces de entender y atender necesidades urgentes mucho mejor que otros actores públicos o privados.
Hablamos de la desdichada eficiencia de estas entidades, porque a su rol histórico, se suma ahora su tremenda efectividad en situaciones de crisis, y el fabuloso impacto en la agenda climática. Al trabajar directamente con la pobreza, están demostrando su potencial como protectores del medio ambiente y del bienestar. Promover su labor y sumar a más empresas y organizaciones a la colaboración conjunta con los bancos de alimentos es una manera concreta de ayudar a la sociedad y aportar a las metas climáticas de mediano y largo plazo.
Otro notable caso en que la sustentabilidad logra transformar un problema en oportunidad.
Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2023-03-28
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): B4
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Sección: Economía y Negocios - Análisis
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Centimetraje: 24x14
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