En entrevista con Diario El Día, el rector de la Universidad del Alba, Rafael Rosell Aiquel, destacó el proceso de formación de sus estudiantes que llevan adelante como casa de estudios, la cual está inserta, no sólo en un terreno puramente académico, sino también, viene acompañada de un sustento valórico que refuerza el aprendizaje de los futuros profesionales.

Asimismo, la autoridad académica relevó la reciente acreditación con la que hoy cuenta la institución, la cual dijo, es un reconocimiento a la calidad de la enseñanza impartida por la universidad.
-¿En qué pie diría que se encuentra la Universidad del Alba en estos momentos?

'El 22 de marzo la CNA nos entregó la acreditación de la universidad. Eso significa muchas cosas valiosas, un reconocimiento externo a la calidad de la universidad y la posibilidad de que nuestros estudiantes puedan tener beneficios del Estado. En este minuto cerca de 1.300 estudiantes pidieron CAE y eso creo que es un aporte importante para ellos y las familias'.

-¿Cuál es el principal énfasis que ponen en la formación de profesionales?

'Los principios, los cuales son tres: solidaridad, inclusión y humanidad. La formación de nuestros profesionales en todas las áreas y lo que tenemos en la región - Medicina, Derecho, Psicología -, están vinculados con estos valores. Creemos que hoy la sociedad chilena necesita de la solidaridad y de la inclusión y, por cierto, tan importante como es la humanidad. Nuestros estudiantes, nuestros egresados han rescatado eso y tiene una característica especial, porque es muy heterogéneo el perfil de ingreso, lo que hace que haya diferentes grupos humanos dentro de la universidad. Creo que van a tener la posibilidad de poder manejarse mejor en este mundo que estamos creando desde la perspectiva de la propia diversidad. Al encontrarse con otro, va a ser más fácil'.

-¿Cuál es el sello que busca imprimir la casa de estudios para su vida laboral?

'Justamente con este sello de la humanidad, de la solidaridad. Eso es lo que nosotros queremos que nuestros estudiantes tengan cuando salgan. También una mirada diversa, que permite conversar con diferentes mundos, pues ellos no van a tener un mundo determinado. Hay universidades a los que ingresan los mismos (estudiantes) de un colegio, se van conociendo entre ellos y se van formando ghettos también. La idea de nuestros jóvenes en la universidad es justamente lo contrario a eso, que ellos tengan la posibilidad de convivir lo diferente y el Chile de hoy nos plantea también esas diferencias. Por lo tanto, desde esa perspectiva va a ser más fácil para ellos relacionarse con otros y servir'.

-¿En qué grado se han sumado a la gratuidad?

'Nosotros no nos hemos sumado a la gratuidad. Primero, porque hay que tener una acreditación de tres años, pero no estamos seguros si es pertinente para nosotros. La razón es la siguiente: tenemos un sistema de admisión diferente al resto de las universidades. El nuestro es un sistema de admisión que no requiere la PAES (Prueba de Acceso a la Universidad), y tenemos cuatro test diferentes a ésta para el ingreso. Uno, es un test que se llama de inteligencia fluida que permite a quien postula demostrar que a pesar de no tener conocimientos previos puede resolver problemas, pues ello es vital para el mundo universitario. Tenemos otro que nos mide las formas de aprendizaje que tiene el estudiante, lo que nos permite guiarlos en su camino dentro de la universidad. Tenemos una carta que deben hacer los estudiantes señalando por qué quieren estudiar esa carrera determinada y, además, por qué quiere estudiar en nuestra universidad, además de una entrevista que la hace algún directivo o profesor. Este sistema permite que chicos sin PAES y con talentos puedan ingresar a la universidad. La gratuidad requiere un puntaje determinado de la PAES, por lo tanto, si queremos buscar los talentos que no están allí, no creo que sea conveniente que nos planteemos el ingreso a la gratuidad'.

-Ustedes se propusieron ser la primera universidad en aplicar la jornada de 40 horas semanales. ¿Cómo han avanzado en eso?

'Al mes de marzo ya están todas las personas de la universidad con sus 40 horas. Aquí tiene que haber un compromiso de parte de nuestros colaboradores y de nuestros académicos, de cumplir efectivamente las 40 horas y el compromiso nuestro de otorgarles todas las facilidades para que eso se produzca. Esto ha permitido un mayor contacto con la familia, mejorar la calidad de vida de nuestros colaboradores y académicos. Creo que ha sido oportuno y positivo para nosotros, porque somos una universidad, por lo tanto, lo que otorgamos es un servicio, lo que permite perfectamente manejarse con las 40 horas'.

-Paralelamente tienen otros beneficios para los académicos como magíster de educación sin costo. ¿Qué buscan con estos beneficios?

'Nosotros tenemos varios profesores que son profesionales de una rama determinada y, por lo tanto, desde la perspectiva de la pedagogía no tienen por qué estar al tanto. Por lo tanto, un abogado, un ingeniero, un médico no tiene por qué saber pedagogía. A través de este magíster en docencia universitaria queremos que aprendan técnicas para poder desarrollar el proyecto educativo con nuestros estudiantes. Uno como abogado, por ejemplo, repite lo que aprendió de sus profesores y probablemente no está haciendo bien la mirada desde la docencia y en el magíster entregamos herramientas para que puedan cumplir con ese objetivo de mejor forma'.

-¿Que los diferencia de otras universidades similares?

'Primero, el sistema de ingreso que es distinto. Tenemos jóvenes que tienen una diversidad cultural y social grande, hacemos efectivamente movilidad social y eso nos gusta mucho. La otra diferencia es la cercanía que tienen nuestros profesores y directivos con nuestros estudiantes. Cuando ingresan a la Universidad del Alba, ingresan a una familia'.

-¿Cómo analiza el poco interés de estudiar pedagogías?

'Vengo insistiendo hace mucho tiempo en el tema de las pedagogías. Tenemos que estudiar ese tema, pues hay un déficit país de profesores que se ha ido incrementando y para el año 2025 va a ser muy grande. Hoy día estamos concentrados en aumentar los puntajes para el ingreso a pedagogías convencidos de que el aumento de puntajes va a terminar con buenos profesores y eso no es así. Creemos que en nuestro proceso de formación pedagógica falta algo muy importante que es la vocación'.

-¿Cómo superaron el ataque a su sede de Vicuña Mackenna, en Santiago, el 8 de noviembre de 2019?

'Fue una experiencia muy dura la que vivimos. Yo llegué cuando ya estaba el incendio desatado. El tercer piso quedó encima de mi escritorio que estaba en el primer piso. Fue muy terrible, porque fue quemada, entendámoslo como consecuencia de la revuelta social que se produjo en octubre. Tuvimos que cambiarnos de sede y hoy día tenemos el campus en Ejército, donde están todas las carreras. La sede Vicuña Mackenna no era nuestra, era del Comité Olímpico Chileno, así que terminamos el contrato de arriendo y nos fuimos a otro lugar, con una pérdida patrimonial para Chile inmensa, al perder una casa de 1915'.