La nueva versión de la Encuesta Bicentenario, realizada por el Centro de Políticas Públicas de la UC, dejó en evidencia un aumento en la percepción de un conflicto social entre chilenos e inmigrantes, que pasa de 64% en 2021 a 71% en 2022, y es el único de los ocho escenarios de conflictividad —políticos, económicos, sociales y territoriales— presentados en el sondeo que registra un alza respecto del año anterior.
La medición refleja que la tendencia ha aumentado en el país, a pesar de que en el ámbito personal solo un grupo minoritario de las personas consultadas (7%) declara haber tenido frecuentemente malas experiencias con los migrantes.
'La preocupación de la población está especialmente centrada en la inmigración ilegal o desordenada. La mayoría de la población que entrevistamos dice que los migrantes, si tienen todos sus papeles al día, si tienen su situación legal al día, sí deberían tener acceso a derechos y beneficios igualmente que todos los chilenos', explica Roberto Méndez, académico de la Escuela de Gobierno de la UC que trabajó en la encuesta.
La encuesta —que preguntó sobre diversas temáticas del debate público— fue realizada mediante entrevistas cara a cara, en hogares de casi todas las comunas del país, a mayores de 18 años chilenos o residentes en Chile. Se realizó entre el 14 de octubre de 2022 y el 13 de marzo de este año y se encuestó a 1.906 personas; 737 de la RM, 509 de la zona sur, 431 de la zona centro y 229 de la zona norte. El margen de error es de ± 2,2 puntos porcentuales y tiene un nivel de confianza del 95%.
Tendencia
Al abordar la percepción sobre la inmigración en el país, el estudio también detectó un alza significativa en la proporción de encuestados que considera que la cantidad de inmigrantes en el país es 'excesiva', que pasó de 78% a 82% en el último año.
Méndez comenta que 'existe información sobre una pregunta muy parecida que se ha hecho en otros países', y que Chile queda entre las naciones que considera más 'excesiva' la cantidad de migrantes, en comparación con Estados Unidos, Italia, España o Francia. 'Es un número bien importante para entender lo que los chilenos están viviendo, comparativamente con otras sociedades que han experimentado fenómenos de inmigración en los últimos tiempos', acota.
Y respecto de la sensación de un conflicto, dice que 'si uno toma los últimos cinco o seis años, se ve la aparición de un conflicto y de una sensación de presencia de inmigrantes que es muy importante y muy rápida (...). Es uno de los conflictos más graves que estamos viviendo, y con esta explosión de seguridad que hemos vivido estos últimos meses, a lo mejor 2023 podría ser peor'.
Otra arista que menciona el académico es que se mantiene un porcentaje importante de personas que creen que la migración tiene un efecto económico perjudicial: 'Un 37% piensa que la presencia de inmigrantes dificulta la posibilidad de encontrar trabajo a la población chilena', pero que 'es muy diferente por estratos socioeconómicos. En los grupos socioeconómicos más bajos se percibe mucho más este tipo de conflicto'.
No obstante, Méndez subraya que 'hay una actitud de diferenciación' frente a quienes están de forma irregular en el país, lo que 'causa temor por el tema delictual', y quienes ingresaron de manera legal. 'Eso es importante destacarlo, porque no es una especie de rechazo masivo o fobia de persecución. Es un temor, una conflictividad hacia la migración ilegal', añade.
Para el exdirector del Servicio Nacional de Migraciones Álvaro Bellolio, estos resultados se generan por tres factores: 'El rápido cambio demográfico, donde un millón de extranjeros llegaron en menos de 5 años, la gran mayoría como turistas y, en el último tiempo, ingresando clandestinamente', el 'aumento de delitos de mayor connotación social por parte de bandas extranjeras, como motochorros, sicariatos y asesinato de carabineros, y considerar que hoy el 12% de la población penal es extranjera', y 'la facilidad del ingreso clandestino y trabajar sin autorización, ante la pasividad de autoridades que se enfocan en identificar al extranjero, pero no en hacer cumplir la norma para evitar que ingresen, devolverlos o expulsarlos'.
Para la investigadora del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), Carolina Stefoni, estas cifras se deben a que 'en el discurso público se ha instalado un conflicto con el fenómeno migratorio en sí (...). Cuando se habla de inmigración se habla solo de cosas negativas: delincuencia, irregularidad, ilegalidad, tráfico... Eso va generando en la población la sensación de que la migración es un problema. La misma encuesta dice que el porcentaje de gente que ha tenido experiencias negativas con migrantes es bajísimo, pero al instalarse este discurso que asocia y vincula la migración con una serie de otros problemas, se crea esta sensación de que la inmigración es grave y materia de conflicto'.