La manera de trabajar ha cambiado para los chilenos, sobre todo desde la gran disrupción que provocó la pandemia, por ejemplo, masificando prácticas como el trabajo remoto o la modalidad híbrida

La Encuesta Nacional Bicentenario 2022 realizada por la Universidad Católica da cuenta de estos cambios. En su capítulo dedicado al trabajo, el estudio aplicado entre el 14 de octubre de 2022 y el 13 de marzo de 2023 a una muestra de 1.906 personas, muestra tendencias evidentes.

Por ejemplo, que 32% de las personas dice preferir el trabajo remoto, una modalidad que genera interés sobre todo en las mujeres y en estratos sociales más altos.

Ángeles Morandé, investigadora del Centro de Políticas Públicas UC, señala que el trabajo remoto fue una herencia de la pandemia, y que entregó nuevas herramientas como 'el uso de las tecnologías, y la mayor flexibilidad laboral y conciliación entre trabajo y vida familiar o personal tan anhelada por la ciudadanía, y que se reflejaron también en el debate del proyecto de ley de las 40 horas'.

El profesor del Instituto de Sociología y Escuela de Gobierno UC, Eduardo Valenzuela, concuerda con este punto de vista y agrega que la pandemia 'estimuló el trabajo independiente y estimuló la flexibilidad laboral; como se observa, esta cifra aumenta respecto a horarios flexibles, que tiene que ver con el trabajo remoto o combinaciones, entonces vino a reorganizar un poco nuestra percepción del lugar donde se trabaja'.

Ser mi propio jefe

Pero quizás el cambio más notable que arroja el estudio es cómo ha aumentado el porcentaje de personas que dicen preferir emprender o ser independientes, versus quienes se interesan más por el camino tradicional de ser trabajadores dependientes en una empresa.

En 2013, ambas fórmulas estaban casi equiparadas: 46% prefería ser dependiente y 53% se inclinaba por la independencia laboral. En 2022, esta segunda opción saca una enorme ventaja (69% versus solo el 29% que prefiere el empleo asalariado tradicional.

Valenzuela afirma que este cambio es de naturaleza compleja. Explica que 'no es un efecto generacional, no es que los jóvenes quieran más trabajo independiente que los mayores, la distribución es bastante plana. Tampoco es un efecto de clase; incluso, las personas de nivel socioeconómico más bajo tienen una preferencia ligeramente mayor por el trabajo independiente'.

Morandé sostiene que esta realidad 'está más en la línea de las tendencias actuales de las nuevas formas de trabajar que con las ganas de emprender'.

Valenzuela cree que 'muchas veces significa no solo emprendimiento, sino más bien la capacidad que tiene uno de manejar su propio trabajo, cuánto, dónde y cuándo lo haces. Esa es mi hipótesis general, pero hay varios factores'.

Este cambio va aparejado de otro que lo apuntala: en 2013, el 69% prefería un trabajo 'estable con horario fijo de ocho horas diarias', cifra que, aunque sigue siendo mayoritaria, cae a 54% en 2022. En paralelo, subió de 29% a 43% la proporción de quienes se decantan por un trabajo 'flexible, pero inestable'.

Para el experto, este dato es clave: 'Son los dueños de su propio tiempo, el emprendedor puede organizar su trabajo de una manera más libre, yo creo que eso nos está diciendo la gente: ‘yo quiero trabajar, pero quiero tener mayor control sobre la forma en la que trabajo''.

Para Morandé, con 'las condiciones actuales del mercado laboral y los vaivenes de los últimos años, la tendencia a preferir el trabajo independiente y flexible encuentra un alto nivel de deseabilidad'. Sobre todo entre jóvenes y mujeres, que 'muchas veces ven en trabajos independientes o flexibles mayores opciones de inclusión laboral'.

Como se aprecia en el gráfico, las personas parecen estar satisfechas con su trabajo, ya que los niveles de estrés o tensión laboral no han aumentado en la última década. 'Las personas están satisfechas con el clima laboral de sus trabajos, no piensan tanto en cambiarse, y no hay grandes tensiones o preocupaciones producto de su trabajo', sostiene Morandé.