Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2023-05-02
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Tipo: Suplemento
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Página(s): 12-13-14
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Sección: Suplemento
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Centimetraje: 29x62
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Encuesta Nacional Bicentenario UC:
Hacia dónde va la identidad de los chilenos
La familia, cuidar una mascota y tener una vida saludable, por sobre los amigos, son algunos de los aspectos clave acerca de nuestra identidad que reveló la última Encuesta Nacional Bicentenario UC. Sobre definir qué es ser chileno, uno de los investigadores a cargo asegura: 'Existen distintas perspectivas de qué debiese significar 'ser chileno', y eso suele ser motivo de disputa y conflicto. Pero ser chileno no es una cosa fija'.
La identidad de los chilenos no siempre parece evidente. Este año, por primera vez, la Encuesta Nacional Bicentenario de la Universidad Católica incluyó un capítulo sobre 'Identidad' entre sus puntos de estudio. Después de los últimos años, con el estallido en 2019 y la pandemia de covid-19 en 2020, explica la coordinadora de la investigación, Lyuba Yez, era particularmente importante.
—Desde el estallido quedó claro que hay personalidades distintas con sus propias demandas en el país. Todo lo que ha pasado en Chile, incluyendo el proceso constituyente, apuntaba a que no todos somos iguales. Pero en ese escenario, ¿qué nos une entonces? —explica Yez y asegura que esa fue la principal motivación de estudiar el tema en la encuesta.
Para Héctor Carvacho, profesor de la Escuela de Psicología UC y parte del equipo que realiza la encuesta, es importante destacar que las identidades no son estructuras fijas:
—Se están permanentemente actualizando, recreando, y hay muchos elementos que inciden en que esta se mueva. También existen distintas perspectivas de qué debiese significar 'ser chileno', y eso suele ser motivo de disputa y conflicto. Pero ser chileno no es una cosa fija.
Parte de los cambios importantes en la identidad chilena vienen por los efectos de la globalización. Ignacio Irarrázaval, director del Centro de Políticas Públicas UC, explica que ese cambio se visualiza más evidentemente en los jóvenes:
—La pertenencia a un pueblo está cuestionada y es mucho más fácil entenderse como parte de la civilización occidental en general. Podemos ver una dilución de la identidad nacional, aunque esos elementos, como la nacionalidad, siguen presentes en la identidad chilena. Y hay elementos propios de la cultura chilena, ¿es acaso el huaso en el rodeo? Probablemente esa figura nos identifica menos que antes, aunque llama la atención que sigue siendo popular según encuestas previas.
Los nuevos tipos de identidades que han surgido en los últimos años, como las relacionadas con el género o el veganismo, podrían haber cambiado el panorama nacional:
—Queríamos saber si estos nuevos conceptos han ocupado el espacio de las identidades tradicionales del siglo XX. Nos encontramos con que aunque han emergido nuevas identidades, y algunas otras se han actualizado con el tiempo, las más tradicionales siguen resistiendo.
Al ser consultados sobre los puntos más importantes para su identidad, los participantes en la Encuesta Nacional Bicentenario UC catalogaron a la familia en el primer lugar con 91 puntos. Le siguen el género (79 puntos), la nacionalidad (73), el lugar donde viven (72) y la ocupación (71). En los puestos más bajos están la generación (67), creencias religiosas (48), orientación política (29) y la pertenencia a un pueblo originario con 27 puntos.
Para Héctor Carvacho, estos resultados son una clara indicación de que la vida privada se ha vuelto más importante en la identidad chilena que los aspectos más colectivos, como la religión y la política:
—Hay un movimiento hacia cuestiones que están más en la esfera de lo privado. Pero para mantener mi vida tranquila en la casa necesito una sociedad que me garantice una cierta estabilidad, eso explica que a la familia en las cifras le sigan cosas como la nacionalidad o la ocupación.
—¿Es un efecto de las cuarentenas y el mayor tiempo en casa?
—Es muy probable, aunque no podemos probarlo. Y no solo la pandemia, también el estallido, puede que hayan ordenado las prioridades de la gente. Que después de lo que ha pasado, la gente diga, 'después de todo, hay cosas que quedan'. Después de que la vida pública entra en crisis, sanitaria o política, se mantiene el mundo privado y la familia. La pandemia hace que se vean las cosas de manera distinta.
Otra muestra de este cambio hacia lo individual se encuentra en la encuesta al momento de catalogar la importancia de diferentes actividades para el encuestado. Cuidar una mascota quedó en el primer lugar con 74 puntos, en el mismo lugar que un estilo de vida saludable y el contacto con la naturaleza. Pasar tiempo con amigos obtuvo 53 puntos. En el último lugar quedó participar de movimientos sociales con 28 puntos.
Ignacio Irarrázaval asegura que esto puede demostrar un cambio en lo que hoy se entiende por familia:
—No tenemos un estudio, pero el perro hoy es parte de la familia. Encuestamos el término 'mascota' por ser el más usado, pero para muchos es un hijo más. No sé si en la definición de familia cabe la mascota, yo pensaría que no, pero puede que para otros sí lo sea.
—¿No es una contradicción encontrar importancia en lo privado pero mantener altos conceptos como la nacionalidad?
—Todos somos contradictorios. Puedo percibirme como amable y después gritar. Intencional o no, todos somos así. La familia también podría considerarse como un elemento más tradicional en la identidad de las personas, pero ¿qué es la familia? O si hablamos de la ocupación, también hay nuevas ocupaciones que antes no existían.
Eso está cambiando. También catalogan alto el estilo de vida saludable y hacer deporte. La motivación de eso puede ser individual o colectiva.
El género es el segundo elemento más importante para la identidad de las personas según la Encuesta Nacional Bicentenario UC. Tiene 79 puntos, solo superado por la familia. Una posible explicación, dice Lyuba Yez, se encuentra en las discusión sobre el tema en los últimos años:
—Esto es intuitivo, pero creo que se debe no solo al feminismo, sino también a las distintas formas de vivir el género y que no se entiende como algo binario. Puede haber un reflejo de eso en esta cifra, pero en esta muestra hay personas de todas las comunas y edades. Pero desde 2018 y 2019 para adelante hemos visto demandas de equidad de género y fin a los abusos contra las mujeres como parte de movimientos sociales como el estallido.
Esta importancia en el género para la identidad no se transforma necesariamente en diferencias entre géneros. Al ver el desglose por género en las respuestas, hombres y mujeres evaluaron de manera similar en la mayoría de las preguntas sobre identidad. Y cuando hay diferencias, son muy bajas. Ignacio Irarrázaval asegura que aquí se ve una conclusión importante:
—Estamos todos muy metidos en la discusión de género. Pero hay muchas cosas en las que no hay tanta diferencia. Donde sí se encuentra una mayor discriminación es en términos de la mirada respecto al trabajo, el empleo y el trabajo doméstico. Nuestro país, en ese sentido, no tiene la división de los países desarrollados y es una carga laboral superior para la mujer.
Para el equipo a cargo de la Encuesta Nacional Bicentenario UC, una de las preguntas que arrojan un resultado más interesante de analizar es qué tan parecidos a los demás chilenos se consideran los encuestados. El resultado global parece equilibrado, 37% se considera muy parecido, 26% está en el medio y 36% se considera muy distinto.
—Con eso obligas a las personas a que te digan si se sienten parecidos o distintos. Lo interesante es que si vas a la literatura sobre identidad, el concepto debe resolver un problema de equilibrio entre pertenecer y distinguirse. Cuando perteneces a un grupo y te identificas con él también hay diferenciación. Estás diciendo que no eres lo otro —explica Héctor Carvacho y destaca que hay dos grupos que llaman la atención por considerarse a sí mismos diferentes al resto, los jóvenes de entre 18 y 24 años y el grupo socioeconómico alto.
—¿Influye el acceso a internet y a viajar?
—Son justamente los grupos donde lo cosmopolita se constituye en un elemento articulador de la identidad. Efectivamente, tienen más acceso a un cosmopolitismo. Pero internacionalmente se ha demostrado que los grupos socioeconómicos más bajos tienen una perspectiva más de colectividad y los grupos altos, una valorización más de la autonomía y la meritocracia, porque pueden construir la vida que quieren independiente de lo que pase con sus pares.
Ignacio Irarrázaval destaca, en ese sentido, la forma en que los jóvenes chilenos pueden sentirse diferentes y que se ha visto reflejada en el último tiempo:
—Algo de esto pudimos ver en el período de la Convención Constitucional con símbolos como la bandera. Para los viejos es un ícono importante, casi intocable, pero los jóvenes tienen un sentimiento distinto, porque nacieron en un mundo globalizado, con internet, y pertenecen a otro mundo. Pueden sentirse genuinamente distintos a la mayoría de los chilenos.
Los jóvenes, explica Héctor Carvacho, son un grupo más educado que el que se encontraba en el pasado, y esto podría explicar en parte sus diferencias.
—Esta es una generación que permite más búsquedas. Y una de esas búsquedas parece estar relacionada con la identidad.
—¿Es un cambio generacional real o se puede atribuir a la etapa de la juventud?
—No podemos contestar eso completamente. Habría que esperar que ellos envejezcan. Pero las generaciones desarrollan estos cambios cuestionando lo que existía.
Hemos visto efectivamente un cambio generacional, pero probablemente no sea de la magnitud más intensa de unos años atrás y va a disminuir a medida que se consoliden los cambios. Por ejemplo, esta generación está marcada por el movimiento feminista, y no creo que muchos de los cambios que trajo eso vayan a revertirse.
El desprecio percibido por identificarse con algunos conceptos fue en general bajo en la encuesta. Todos los resultados están entre el 5% y 11%, siendo los más altos el género y el lugar donde viven los encuestados. Lyuba Yez dice que parte de esta baja cifra podría explicarse por la subjetividad de la pregunta:
—Está vinculado a la experiencia. Al preguntar por el menosprecio, solo puedes responder por tu experiencia, no lo que hayas escuchado o visto en otras personas, y puede que incluso las personas hayan vivido situaciones que no califican como menosprecio personalmente. Está la idea de que somos una sociedad que menosprecia bastante, pero al menos en esta muestra no hubo un alto volumen que lo demuestre.
Parte de lo que puede hacer llamativo los bajos números, dice Ignacio Irarrázaval, es que en la prensa se destaquen problemas de casos de discriminación:
—En buena hora, los casos más significativos llaman la atención sobre estos problemas, pero pueden alterar la percepción. Lo mismo ocurre en otros temas, donde cerca del 80% cree que hay un exceso de migración en el país, pero muy pocos, menos del 10%, declaran un problema con un migrante. Pareciera que nos autoflagelamos diciendo que somos discriminadores y parece que no lo somos tanto. Al menos no en los grandes números.
—¿Puede estar subrepresentada la cifra?
—Siempre puede haber un sesgo. Pero creo que la gente tiende a victimizarse más que la realidad. Pensaría que si es que hay un sesgo, sería en la dirección contraria, a aumentar la cifra más que bajarla. Si sientes un menosprecio, aunque fuese pequeño, tenderían a declararlo.
Aunque esta es la primera vez que la Encuesta Nacional Bicentenario UC trabaja el tema de la identidad, Lyuba Yez explica que es probable que en el futuro se siga monitoreando:
—Ya estamos trabajando en la edición 2023 y no está decidido nada, pero la idea es que estos datos no queden guardados y se puedan comparar en el tiempo, y así podamos ver cuánto hemos cambiado.
Recuadro
- 'No tenemos un estudio, pero el perro hoy es parte de la familia. Encuestamos el término 'mascota', por ser el más usado, pero para muchos es un hijo más', dice Ignacio Irarrázaval, director del Centro de Políticas Públicas UC.
Pie de pagina
JUAN TORO. ILUSTRACIÓN: FRANCISCO JAVIER OLEA-
Nex Prensa Escrita
Encuesta Nacional Bicentenario UC:
Hacia dónde va la identidad de los chilenos
La familia, cuidar una mascota y tener una vida saludable, por sobre los amigos, son algunos de los aspectos clave acerca de nuestra identidad que reveló la última Encuesta Nacional Bicentenario UC. Sobre definir qué es ser chileno, uno de los investigadores a cargo asegura: 'Existen distintas perspectivas de qué debiese significar 'ser chileno', y eso suele ser motivo de disputa y conflicto. Pero ser chileno no es una cosa fija'.
La identidad de los chilenos no siempre parece evidente. Este año, por primera vez, la Encuesta Nacional Bicentenario de la Universidad Católica incluyó un capítulo sobre 'Identidad' entre sus puntos de estudio. Después de los últimos años, con el estallido en 2019 y la pandemia de covid-19 en 2020, explica la coordinadora de la investigación, Lyuba Yez, era particularmente importante.
—Desde el estallido quedó claro que hay personalidades distintas con sus propias demandas en el país. Todo lo que ha pasado en Chile, incluyendo el proceso constituyente, apuntaba a que no todos somos iguales. Pero en ese escenario, ¿qué nos une entonces? —explica Yez y asegura que esa fue la principal motivación de estudiar el tema en la encuesta.
Para Héctor Carvacho, profesor de la Escuela de Psicología UC y parte del equipo que realiza la encuesta, es importante destacar que las identidades no son estructuras fijas:
—Se están permanentemente actualizando, recreando, y hay muchos elementos que inciden en que esta se mueva. También existen distintas perspectivas de qué debiese significar 'ser chileno', y eso suele ser motivo de disputa y conflicto. Pero ser chileno no es una cosa fija.
Parte de los cambios importantes en la identidad chilena vienen por los efectos de la globalización. Ignacio Irarrázaval, director del Centro de Políticas Públicas UC, explica que ese cambio se visualiza más evidentemente en los jóvenes:
—La pertenencia a un pueblo está cuestionada y es mucho más fácil entenderse como parte de la civilización occidental en general. Podemos ver una dilución de la identidad nacional, aunque esos elementos, como la nacionalidad, siguen presentes en la identidad chilena. Y hay elementos propios de la cultura chilena, ¿es acaso el huaso en el rodeo? Probablemente esa figura nos identifica menos que antes, aunque llama la atención que sigue siendo popular según encuestas previas.
Los nuevos tipos de identidades que han surgido en los últimos años, como las relacionadas con el género o el veganismo, podrían haber cambiado el panorama nacional:
—Queríamos saber si estos nuevos conceptos han ocupado el espacio de las identidades tradicionales del siglo XX. Nos encontramos con que aunque han emergido nuevas identidades, y algunas otras se han actualizado con el tiempo, las más tradicionales siguen resistiendo.
Al ser consultados sobre los puntos más importantes para su identidad, los participantes en la Encuesta Nacional Bicentenario UC catalogaron a la familia en el primer lugar con 91 puntos. Le siguen el género (79 puntos), la nacionalidad (73), el lugar donde viven (72) y la ocupación (71). En los puestos más bajos están la generación (67), creencias religiosas (48), orientación política (29) y la pertenencia a un pueblo originario con 27 puntos.
Para Héctor Carvacho, estos resultados son una clara indicación de que la vida privada se ha vuelto más importante en la identidad chilena que los aspectos más colectivos, como la religión y la política:
—Hay un movimiento hacia cuestiones que están más en la esfera de lo privado. Pero para mantener mi vida tranquila en la casa necesito una sociedad que me garantice una cierta estabilidad, eso explica que a la familia en las cifras le sigan cosas como la nacionalidad o la ocupación.
—¿Es un efecto de las cuarentenas y el mayor tiempo en casa?
—Es muy probable, aunque no podemos probarlo. Y no solo la pandemia, también el estallido, puede que hayan ordenado las prioridades de la gente. Que después de lo que ha pasado, la gente diga, 'después de todo, hay cosas que quedan'. Después de que la vida pública entra en crisis, sanitaria o política, se mantiene el mundo privado y la familia. La pandemia hace que se vean las cosas de manera distinta.
Otra muestra de este cambio hacia lo individual se encuentra en la encuesta al momento de catalogar la importancia de diferentes actividades para el encuestado. Cuidar una mascota quedó en el primer lugar con 74 puntos, en el mismo lugar que un estilo de vida saludable y el contacto con la naturaleza. Pasar tiempo con amigos obtuvo 53 puntos. En el último lugar quedó participar de movimientos sociales con 28 puntos.
Ignacio Irarrázaval asegura que esto puede demostrar un cambio en lo que hoy se entiende por familia:
—No tenemos un estudio, pero el perro hoy es parte de la familia. Encuestamos el término 'mascota' por ser el más usado, pero para muchos es un hijo más. No sé si en la definición de familia cabe la mascota, yo pensaría que no, pero puede que para otros sí lo sea.
—¿No es una contradicción encontrar importancia en lo privado pero mantener altos conceptos como la nacionalidad?
—Todos somos contradictorios. Puedo percibirme como amable y después gritar. Intencional o no, todos somos así. La familia también podría considerarse como un elemento más tradicional en la identidad de las personas, pero ¿qué es la familia? O si hablamos de la ocupación, también hay nuevas ocupaciones que antes no existían.
Eso está cambiando. También catalogan alto el estilo de vida saludable y hacer deporte. La motivación de eso puede ser individual o colectiva.
El género es el segundo elemento más importante para la identidad de las personas según la Encuesta Nacional Bicentenario UC. Tiene 79 puntos, solo superado por la familia. Una posible explicación, dice Lyuba Yez, se encuentra en las discusión sobre el tema en los últimos años:
—Esto es intuitivo, pero creo que se debe no solo al feminismo, sino también a las distintas formas de vivir el género y que no se entiende como algo binario. Puede haber un reflejo de eso en esta cifra, pero en esta muestra hay personas de todas las comunas y edades. Pero desde 2018 y 2019 para adelante hemos visto demandas de equidad de género y fin a los abusos contra las mujeres como parte de movimientos sociales como el estallido.
Esta importancia en el género para la identidad no se transforma necesariamente en diferencias entre géneros. Al ver el desglose por género en las respuestas, hombres y mujeres evaluaron de manera similar en la mayoría de las preguntas sobre identidad. Y cuando hay diferencias, son muy bajas. Ignacio Irarrázaval asegura que aquí se ve una conclusión importante:
—Estamos todos muy metidos en la discusión de género. Pero hay muchas cosas en las que no hay tanta diferencia. Donde sí se encuentra una mayor discriminación es en términos de la mirada respecto al trabajo, el empleo y el trabajo doméstico. Nuestro país, en ese sentido, no tiene la división de los países desarrollados y es una carga laboral superior para la mujer.
Para el equipo a cargo de la Encuesta Nacional Bicentenario UC, una de las preguntas que arrojan un resultado más interesante de analizar es qué tan parecidos a los demás chilenos se consideran los encuestados. El resultado global parece equilibrado, 37% se considera muy parecido, 26% está en el medio y 36% se considera muy distinto.
—Con eso obligas a las personas a que te digan si se sienten parecidos o distintos. Lo interesante es que si vas a la literatura sobre identidad, el concepto debe resolver un problema de equilibrio entre pertenecer y distinguirse. Cuando perteneces a un grupo y te identificas con él también hay diferenciación. Estás diciendo que no eres lo otro —explica Héctor Carvacho y destaca que hay dos grupos que llaman la atención por considerarse a sí mismos diferentes al resto, los jóvenes de entre 18 y 24 años y el grupo socioeconómico alto.
—¿Influye el acceso a internet y a viajar?
—Son justamente los grupos donde lo cosmopolita se constituye en un elemento articulador de la identidad. Efectivamente, tienen más acceso a un cosmopolitismo. Pero internacionalmente se ha demostrado que los grupos socioeconómicos más bajos tienen una perspectiva más de colectividad y los grupos altos, una valorización más de la autonomía y la meritocracia, porque pueden construir la vida que quieren independiente de lo que pase con sus pares.
Ignacio Irarrázaval destaca, en ese sentido, la forma en que los jóvenes chilenos pueden sentirse diferentes y que se ha visto reflejada en el último tiempo:
—Algo de esto pudimos ver en el período de la Convención Constitucional con símbolos como la bandera. Para los viejos es un ícono importante, casi intocable, pero los jóvenes tienen un sentimiento distinto, porque nacieron en un mundo globalizado, con internet, y pertenecen a otro mundo. Pueden sentirse genuinamente distintos a la mayoría de los chilenos.
Los jóvenes, explica Héctor Carvacho, son un grupo más educado que el que se encontraba en el pasado, y esto podría explicar en parte sus diferencias.
—Esta es una generación que permite más búsquedas. Y una de esas búsquedas parece estar relacionada con la identidad.
—¿Es un cambio generacional real o se puede atribuir a la etapa de la juventud?
—No podemos contestar eso completamente. Habría que esperar que ellos envejezcan. Pero las generaciones desarrollan estos cambios cuestionando lo que existía.
Hemos visto efectivamente un cambio generacional, pero probablemente no sea de la magnitud más intensa de unos años atrás y va a disminuir a medida que se consoliden los cambios. Por ejemplo, esta generación está marcada por el movimiento feminista, y no creo que muchos de los cambios que trajo eso vayan a revertirse.
El desprecio percibido por identificarse con algunos conceptos fue en general bajo en la encuesta. Todos los resultados están entre el 5% y 11%, siendo los más altos el género y el lugar donde viven los encuestados. Lyuba Yez dice que parte de esta baja cifra podría explicarse por la subjetividad de la pregunta:
—Está vinculado a la experiencia. Al preguntar por el menosprecio, solo puedes responder por tu experiencia, no lo que hayas escuchado o visto en otras personas, y puede que incluso las personas hayan vivido situaciones que no califican como menosprecio personalmente. Está la idea de que somos una sociedad que menosprecia bastante, pero al menos en esta muestra no hubo un alto volumen que lo demuestre.
Parte de lo que puede hacer llamativo los bajos números, dice Ignacio Irarrázaval, es que en la prensa se destaquen problemas de casos de discriminación:
—En buena hora, los casos más significativos llaman la atención sobre estos problemas, pero pueden alterar la percepción. Lo mismo ocurre en otros temas, donde cerca del 80% cree que hay un exceso de migración en el país, pero muy pocos, menos del 10%, declaran un problema con un migrante. Pareciera que nos autoflagelamos diciendo que somos discriminadores y parece que no lo somos tanto. Al menos no en los grandes números.
—¿Puede estar subrepresentada la cifra?
—Siempre puede haber un sesgo. Pero creo que la gente tiende a victimizarse más que la realidad. Pensaría que si es que hay un sesgo, sería en la dirección contraria, a aumentar la cifra más que bajarla. Si sientes un menosprecio, aunque fuese pequeño, tenderían a declararlo.
Aunque esta es la primera vez que la Encuesta Nacional Bicentenario UC trabaja el tema de la identidad, Lyuba Yez explica que es probable que en el futuro se siga monitoreando:
—Ya estamos trabajando en la edición 2023 y no está decidido nada, pero la idea es que estos datos no queden guardados y se puedan comparar en el tiempo, y así podamos ver cuánto hemos cambiado.
- 'No tenemos un estudio, pero el perro hoy es parte de la familia. Encuestamos el término 'mascota', por ser el más usado, pero para muchos es un hijo más', dice Ignacio Irarrázaval, director del Centro de Políticas Públicas UC.
Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2023-05-02
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Tipo: Suplemento
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Sección: Suplemento
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Centimetraje: 29x62
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