Señor Director: El IPC reportado por el INE mostró que la inflación avanzó un 2,1% en el primer período del año y un 9,9% en los últimos 12 meses. ¿Buena noticia? Es que generalmente las personas no miramos los precios en períodos anuales, sino que nos preocupamos de cómo estos se van incrementando en el tiempo.

Desde el inicio de la pandemia, en 2020, la inflación ha aumentado un 25,1% y, en el mismo período, las remuneraciones nominales crecieron en una proporción similar a la inflación, con lo cual los trabajadores están, desde el punto de vista de su poder adquisitivo, en una situación similar a hace tres años. Si miramos aún más atrás, en los años anteriores, las remuneraciones reales –es decir, la capacidad real de compra porque se ajusta a la inflación– crecían en un promedio de 7,5% en tres años. Este escenario de alguna forma explica la presión que ha habido por aumentar el sueldo mínimo y lleva a la gran pregunta respecto de qué cambios necesitamos implementar en el país para que las remuneraciones reales vuelvan a crecer. La clave es aumentar la productividad, para lo cual la solución es una mayor y mejor capacitación laboral. El mundo privado debiese fomentar iniciativas en ese sentido. Y hay muy buenos ejemplos al respecto, como el Proyecto Cauce, donde la CPC con Inacap se unieron para apoyar a estudiantes en su formación y vinculación con la empresa. Ese es el camino.