Señor Director:
A primera vista, parece razonable la pretensión de los empleados públicos de extender la aplicación de las 40 horas semanales a dicho sector. Sin embargo, en los últimos meses hemos tenido ejemplos de sobra para constatar que el "buenismo" no es suficiente a la hora de hacer políticas públicas, menos en materia laboral.

En este caso, la aplicación de las 40 horas en los trabajadores públicos choca con la realidad. En el sector privado sí es posible, pues hay un control muy eficiente de los ingresos y salidas de los empleados, cosa muy difícil de lograr en la otra vereda, donde lo común es figura de eternos boleteos o cargos de confianza, sin horas fijas. Potencialmente, además, hay muchos espacios para el mal uso y abuso, pues es clave contar con un control estricto de las horas efectivamente trabajadas.

En suma, parece otro "proyecto piloto" que sería desastroso.