Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2023-06-19
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): 9
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Sección: Opiniones
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Centimetraje: 27x6
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Isaac Asimov, el autor de ciencia ficción, imaginó en la novela “Los propios dioses” una civilización extraterrestre en donde existían individuos cuya biología era preferentemente racional y otros individuos esencialmente emocionales. Los humanos no podríamos ser más diferentes, pero ¿por qué pareciera que nos tratamos entre nosotros como si estuviésemos en ese planeta ficticio?
Los resultados del Simce 2022 resultan duros de procesar. Como es de esperar, la pandemia no ayudó a que Chile cerrara sus brechas. Nuestro país se ha mantenido, en pruebas internacionales, bajo la media desde hace más de una década. Según el ministerio, presentamos pérdidas de aprendizaje post covid similares a Argentina, Colombia o Uruguay. Si bien todos y todas estamos de acuerdo en que esto debe cambiar, los énfasis son lo que preocupa. La evidencia muestra que el aprendizaje depende fuertemente de la experiencia socioemocional de nuestros niños, niñas y adolescentes (NNA). Ya en 1994 un estudio mostró que los logros de aprendizaje están determinados, en primer lugar, por el plano emocional, por las relaciones con la escuela y en el aula, y que la intervención en el plano emocional tiene efecto positivo en el aprendizaje cognitivo (Casassus, 94). La doctora Myrna Shure, creadora del programa ICPS, que la Fundación San Carlos de Maipo implementa para el desarrollo socioemocional de niños y niñas en educación parvularia, señalaba en la década de los 80 que la formación en habilidades de resolución de problemas sociales tendría impacto en las funciones ejecutivas de los alumnos y alumnas. Los resultados del Simce 2022 muestran que las escuelas con mejores resultados son aquellas que se hacen cargo de las emociones de sus NNA.
Vivimos un momento crítico en la recuperación de los efectos de la pandemia. Si para ello lo que pensamos hacer es más matemáticas, más lenguaje, más aprendizaje cognitivo, es probable que no sea suficiente. El paso que debemos dar no es otro que el necesario para entender a nuestros NNA como personas que no dejan sus emociones en la puerta de las escuelas. El respeto se aprende tal como se aprende a sumar: las habilidades emocionales deben formarse junto con las cognitivas para formar a las personas que construirán el Chile del futuro. De lo contrario, si que estaremos en otro planeta, uno en el que no sé si queramos vivir.
Pie de pagina
Raúl Perry
Fundación San Carlos de Maipo
Nex Prensa Escrita
Isaac Asimov, el autor de ciencia ficción, imaginó en la novela “Los propios dioses” una civilización extraterrestre en donde existían individuos cuya biología era preferentemente racional y otros individuos esencialmente emocionales. Los humanos no podríamos ser más diferentes, pero ¿por qué pareciera que nos tratamos entre nosotros como si estuviésemos en ese planeta ficticio?
Los resultados del Simce 2022 resultan duros de procesar. Como es de esperar, la pandemia no ayudó a que Chile cerrara sus brechas. Nuestro país se ha mantenido, en pruebas internacionales, bajo la media desde hace más de una década. Según el ministerio, presentamos pérdidas de aprendizaje post covid similares a Argentina, Colombia o Uruguay. Si bien todos y todas estamos de acuerdo en que esto debe cambiar, los énfasis son lo que preocupa. La evidencia muestra que el aprendizaje depende fuertemente de la experiencia socioemocional de nuestros niños, niñas y adolescentes (NNA). Ya en 1994 un estudio mostró que los logros de aprendizaje están determinados, en primer lugar, por el plano emocional, por las relaciones con la escuela y en el aula, y que la intervención en el plano emocional tiene efecto positivo en el aprendizaje cognitivo (Casassus, 94). La doctora Myrna Shure, creadora del programa ICPS, que la Fundación San Carlos de Maipo implementa para el desarrollo socioemocional de niños y niñas en educación parvularia, señalaba en la década de los 80 que la formación en habilidades de resolución de problemas sociales tendría impacto en las funciones ejecutivas de los alumnos y alumnas. Los resultados del Simce 2022 muestran que las escuelas con mejores resultados son aquellas que se hacen cargo de las emociones de sus NNA.
Vivimos un momento crítico en la recuperación de los efectos de la pandemia. Si para ello lo que pensamos hacer es más matemáticas, más lenguaje, más aprendizaje cognitivo, es probable que no sea suficiente. El paso que debemos dar no es otro que el necesario para entender a nuestros NNA como personas que no dejan sus emociones en la puerta de las escuelas. El respeto se aprende tal como se aprende a sumar: las habilidades emocionales deben formarse junto con las cognitivas para formar a las personas que construirán el Chile del futuro. De lo contrario, si que estaremos en otro planeta, uno en el que no sé si queramos vivir.
Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2023-06-19
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): 9
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Sección: Opiniones
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Centimetraje: 27x6
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