Una serie de autoridades de las empresas involucradas en la construcción de la desaladora de Codelco para el Distrito Norte, visitaron ayer las obras que desarrolla el consorcio Aguas Horizonte, compuesto por las firmas Marubeni Corporation, y Transelec.
Se trata de un esperado proyecto de la estatal, que inició sus obras en mayo y que cruzará las comunas de Tocopilla, María Elena y Calama, para abastecer de agua a las operaciones de Chuquicamata, Radomiro Tomic y Ministro Hales, operando por osmosis inversa, con una capacidad inicial de 840 litros por segundo y con potencial de expandirse a 1.956 litros por segundo.
La construcción de la planta incluye obras marítimas y un ducto subterráneo (sistema de impulsión de agua) que recorrerá más de 160 kilómetros hacia la cordillera.
Las obras consideran que el agua de mar sea captada a 700 metros de la costa y, luego del proceso de desalinización, la salmuera se restituirá a 500 metros de la costa, garantizando un impacto mínimo en el ecosistema marino.
El presidente del directorio de Codelco, Máximo Pacheco, afirmó que “ante la emergencia climática que se vive a nivel global, para Chile es urgente que la gran minería del cobre deje de utilizar el 3% de aguas continentales que requiere para sus procesos, del cual Codelco usa aproximadamente la mitad”.
Por su parte el gerente general de Aguas Horizonte, Alex Miquel, destacó que “nuestros esfuerzos están enfocados en llevar a cabo la fase de construcción de aquí hasta fines del año 2025 sin accidentes laborales, y siempre cuidando la relación con nuestros vecinos de la comuna de Tocopilla. Ya hemos dado los primeros pasos incluyendo a más de 15 empresas proveedoras y prestadores de servicios de Tocopilla en nuestra cadena de valor, e incorporar a los primeros 25 trabajadores de Tocopilla en nuestra fuerza laboral”.
De acuerdo con los planes del consorcio la construcción se espera que entre en operación el primer trimestre de 2026, y empleará alrededor de 2.700 personas en su punto máximo de actividad, entre personal propio y subcontratistas, privilegiando la contratación de proveedores y mano de obra de la región para su puesta en marcha, mientras que la vida útil del proyecto es de casi 30 años.
INVERSIÓN
Se estima que el proyecto requiere de desembolsos por US$ 1.000 millones.