Pais:   Chile
Región:   Bío Bío
Fecha:   2023-07-20
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   2
Sección:   Opinión
Centimetraje:   14x20
Diario Concepción
Asalto a la inocencia
Listos para comenzar un nuevo semestre se apresuraban en cruzar la calle hacia su colegio, de la mano de su mamá que arreglaba su mochila antes de llegar a la puerta. Iban contentos, verían a sus compañeros y a la tía después de algunos días de descanso. De pronto, un lanzazo y unos golpes, a pocos metros otros niños, mientras la educadora se levantaba sin poder entender -aún- lo que pasaba. Con la fuerza y rapidez de un torbellino, arrebataron celulares, bolsos y hasta colaciones, peor aún, robaron ese instante feliz del reencuentro infantil, la seguridad de una madre que no pudo hacer nada, la impotencia de las educadoras acostumbradas a la prepotencia de quienes dominan los entornos.

Porque no ha sido sólo hoy, otras veces, por un funeral narco, por las balas locas, han tenido que cerrar el colegio o han terminado en el suelo cantando con los niños. Esta vez eran niños atacando a otros niños, en una banda que impune salió victoriosa, afanándose en mancillar el lugar que abandonaron hace tanto tiempo. Peligrosamente se va normalizando el triunfo de quienes con la fuerza van arrebatando cada vez más espacios a quienes quieren ejercer su derecho a estudiar. Llegamos tarde, tanto para víctimas como para victimarios. Arrebatan el espacio en la calle y la paz en la casa, someten con armas, pero también destruyen familias involucrando a niños y jóvenes en sus ilícitos, son escudo de narcos y criminales, olvidados al abandono escolar, rompen con sus familias, habitan en espacios que ocupan para entrenar armas, cuando sólo ayer era el lugar para jugar, en la escuela que hoy asaltan.

Estamos llegando tarde. Cuando los niños recostados en el piso tienen que normalizar la violencia para poder sobrevivir, cuando no existe capacidad para detectar vulneraciones a tiempo en espacios que debieran ser protectores, cuando no contamos con herramientas en los colegios para la retención escolar y el reingreso educativo. Llegamos tarde cuando no hay especialistas para resolver las eternas listas de espera de Mejor Niñez, ni camas en hospitales para la salud mental de una vida que no ve más salida que la violencia y la autodestrucción. Llegamos tarde cuando los padres y cuidadores impotentes, sin apoyo, hacen lo imposible por proteger a sus hijos, por alejarlos de la droga, cuando circula en cada esquina del barrio, en la puerta de la escuela, cuando el crimen se disfraza de oportunidades, de trabajo, de un sueño que no es más que la antesala de una vida más que se pierde. Cuando una querella se transforma en muletilla para esconder el fracaso de una prevención del delito que no llega.
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MARCELO SÁNCHEZ Gerente general de Fundación San Carlos de Maipo-