Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2023-09-07
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   B2
Sección:   Economía y Negocios
Centimetraje:   36x25
El Mercurio
Evolución de la medición de precios del INE, desde 1978 hasta la actualidad:
Los cambios de la canasta del IPC en las últimas décadas
Hoy se destina una parte relativa menor de los ingresos para la alimentación y mucho mayor para el ocio, en comparación con los años 70.
Turismo masificado y… las mascotas
Un estudio de la Subsecretaría de Turismo realizado en 2018 reveló que el 87,9% de los hogares en Chile realizan un viaje durante el año.
Hace cuatro o cinco décadas era otra, la realidad. Según la presidenta de la Federación de Turismo (Fedetur), Helen Kouyoumdjian, en la década del 70 los viajes eran una actividad que solo podían sostener las clases más acomodadas. Con el crecimiento económico, el aumento de la oferta y las reducciones de precios, el turismo se masificó. Según los datos del Banco Mundial, en 1978 el ingreso per cápita de los chilenos llegaba a US$ 1.435, mientras que el año pasado llegó a los US$ 15.355.
Los servicios de turismo ponderaban 0,14% en 1978 y actualmente llegan al 2%. La gerenta de Tour Operador Kuality de Cocha, Lorena González, sostiene que el aumento de la demanda no solo se ha dado por la aparición de ofertas de bajo costo, como en las aerolíneas, sino también por las nuevas modalidades de trabajo (telemáticos y freelance).
Hay otros cambios. Aracely Cretier fundó el Club de Perros y Gatos en 2017. Hoy tiene seis sucursales en la Región Metropolitana.
El boom de las mascotas se reflejó en los presupuestos familiares. En 1978 la canasta básica no incluía ningún apartado sobre animales domésticos. Recién en 1989 se incluyó el alimento para mascotas, con una ponderación de 0,15%.
En 1998, el INE le otorgó un peso de 0,33%, incluyendo el servicio veterinario. Actualmente, la canasta vigente pondera el gasto en mascotas en 1%, debido a la expansión de los servicios asociados a los animales: hoteles, peluquerías, furgones de transporte e higiene, mobiliario especializado, juguetes, ropa, snacks, paseadores y seguros. 'Muchas personas están dispuestas a sacar cosas del presupuesto mensual, pero no van a afectar la calidad de vida de sus mascotas, porque ahora no son ‘alarmas', sino que son parte de la familia y el diario vivir', dice Cretier.

Los alimentos y bebidas bajan su ponderación del 42% al 19%
La alimentación es una de las categorías que más cambios ha sufrido en los últimos casi 50 años, perdiendo casi 23 puntos porcentuales en la ponderación de la canasta con que se calcula el IPC: pasó de tener una relevancia relativa de 41,9% en la canasta de 1978 al 19,3% en la vigente desde 2018.
Hay dos factores que explican esta drástica caída. El primero es el mayor peso de las actividades ligadas a los servicios —ocio, viajes, telecomunicaciones— en la canasta calculada por el INE, debido al crecimiento económico que ha tenido el país en estos diez lustros.
El segundo es el cambio en las conductas alimentarias de los chilenos. Ana Villarroel, nutrióloga y diabetóloga de la Clínica Santa María, asegura que la calidad de la alimentación de los chilenos en general ha descendido, lo que se vincula con nuevas dinámicas laborales, sociales y familiares. 'Ahora la población se alimenta más mal que antes. Hace 40 años el problema era la desnutrición y ahora el problema es la epidemia de la obesidad', reflexiona la especialista. Según datos de la OCDE, el 74% de los chilenos sufre algún tipo de obesidad. 'Se ha dejado de comer comida real —casera— y se ha aumentado el consumo de productos ultraprocesados', agrega.
El crítico gastronómico de Wikén, Esteban Cabezas, refuerza esta idea, al plantear que la principal característica de la alimentación de los años 70 era que la gente almorzaba en sus casas, lo que los llevaba a tener dietas más balanceadas, situación que no ocurre ahora.
La percepción de Villarroel y Cabezas se comprueba en los datos. En la canasta de 1978, los tres productos que más ponderaban eran el pan, la posta y el pollo entero. Para 1998 las dos proteínas habían salido del podio: el menú (comida fuera del hogar) era lo que primaba, secundado por el pan y las bebidas gaseosas. Esto se mantiene relativamente parejo hasta hoy, salvo por la nueva irrupción de la carne de vacuno, aunque condicionada más por el precio que por el volumen de consumo.
Tanto la nutrióloga como el crítico gastronómico coinciden en una mirada pesimista para el futuro: los hábitos alimentarios no prometen mejorar. Ambos aseguran que factores como el tiempo y la comodidad están por encima del deseo de una dieta balanceada. Pero también el precio, ya que muchas veces los alimentos ultraprocesados —como los snacks, las bebidas, los nuggets, las pizzas, las hamburguesas, salchichas o galletas, por dar algunos ejemplos— son mucho más baratos que el mix de opciones naturales.

Los productos que ya no se incluyen: casetes, velas, rollos de fotos… y hasta carne de cordero
'Con cada actualización se busca representar el consumo de los hogares a partir de una canasta representativa de bienes y servicios', señala el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) para explicar cómo se compone la lista con que se mide el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Con el paso del tiempo, hay una serie de productos o servicios que han dejado de medirse. Razones hay de varios tipos, pero destacan dos: la obsolescencia tecnológica y los cambios en las modas o hábitos de consumo.
Entre ellos están, entre otros, el poncho, las velas, los telegramas, los tocadiscos, los casetes, los nichos de cementerio, las contribuciones (ya que el 77% de las propiedades residenciales están exentas por no llegar al avalúo mínimo), los rollos de fotos, las revistas, los fósforos, los trajes de hombre (ternos), la carne de cordero y los servicios de asesoramiento jurídico.
Un dato que se conoce poco es que no todas las canastas por décadas han incluido el mismo número de bienes y servicios. Hace casi un siglo, en 1928, cuando debutó la primera canasta, el INE solo medía los precios de 42 productos. El peak llegó en 1998, cuando se incluyeron 483.
'No es recomendable tener un índice de canasta fija con una desagregación tan alta de productos', reconoce hoy el INE, admitiendo que los lineamientos de construcción de la canasta desde 2009 en adelante, 'han buscado agrupar paulatinamente productos similares bajo una sola categoría, para evitar problemas con productos que desaparecen del mercado entre actualizaciones de canastas y problemas de estacionalidad en otros productos'.
Por ejemplo, en la canasta actual se entiende por 'juguetes' la consolidación de los distintos artículos que antes se medían por separado, como auto de juguete, figura de acción, juegos de salón, juegos didácticos, muñecas y rodados.
Los autores son estudiantes que integran el Laboratorio de Contenidos Periodísticos de la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes.

Del telegrama y la llamada pública al smartphone y los servicios de streaming
No hay otro sector que haya vivido una revolución más grande en las últimas cinco décadas como el de las telecomunicaciones. Mientras en 1978 pesaban apenas el 0,9%, hoy llegan al 6,2%.
Este crecimiento se ha dado por tres factores: sustitución de productos, mayor oferta de servicios y sofisticación de la industria.
En 1978 solo se medían tres productos: la llamada local, el costo del teléfono fijo y el telegrama. Una década más tarde se sumó la llamada desde teléfono público, algo que era muy usual hasta fines de la década del 90.
En 1998 debutaron el celular y la televisión por cable, llegando a pesar el 4% de la canasta. Si bien, según información entregada por la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel), las primeras concesiones de telefonía móvil fueron entregadas a fines de los años 80, no fue sino hasta los 90 cuando comenzaron a expandirse de forma masiva, lo que explica su incorporación.
En 2009 se agregaron el equipo de telefonía móvil y variados servicios de conexión a internet, música y películas digitales, además de la televisión pagada residencial. Y en 2018 entraron los servicios de streaming y los de cloud, llevando al sector telecomunicaciones a ponderar el 6,3% de la canasta.
Actualmente, en Chile hay 26,2 millones de dispositivos móviles, 4,4 millones de conexiones a internet fijo y 22,2 millones de conexiones a dispositivos móviles. Asimismo, según datos de la Subtel, la industria suma 58 millones de servicios, más que en ningún otro sector del país.
'En las últimas tres décadas se ha visto un explosivo crecimiento de las tecnologías ligadas a las telecomunicaciones, lo que ha cambiado nuestros hábitos y, en algunos casos, nuestros trabajos y la relación que tenemos con nuestro entorno', comentan desde la Subtel.


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CONSTANZA BRICEÑO Y RAPHAEL MÉNDEZ-