Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2023-09-10
Tipo:   Suplemento
Página(s):   9
Sección:   suplemento
Centimetraje:   53x8

Pie de Imagen
Luego de conocido el triunfo del 'No', la ciudadanía se volcó a las calles a celebrar.
El Mercurio - Ediciones Especiales
El plebiscito que zanjó la entrega del poder
Con 54,7% de las preferencias ciudadanas, el 5 de octubre de 1988, el país rechazó la propuesta de que Augusto Pinochet asumiera la Presidencia por ocho años más.
Había sido la Constitución de 1980 la que estableció un período transitorio de ocho años, desde el 11 de marzo de 1981 hasta el 11 de marzo de 1989. Antes de cumplirse esta última fecha, los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y el general director de Carabineros debían proponer una persona para la Presidencia de la República, decisión que sería sometida a plebiscito ciudadano.

La primera mitad de los 80 surgieron otras ideas. Algunos, como el expresidente Eduardo Frei Montalva, abogaron por llamar a elecciones abiertas y formar una asamblea constituyente. Así también, en 1985, y por mediación del cardenal Juan Francisco Fresno, vio la luz el Acuerdo Nacional para la Transición a la Democracia Plena, suscrito por partidos de la oposición e incluso algunos sectores de derecha, que buscaba promover un diálogo con las autoridades para avanzar hacia la democracia. Otros, sin embargo, impulsaban la idea de derrocar a Pinochet por medio de las armas, como expresamente lo reivindicaba el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (ver recuadro).

Pero cumpliendo el itinerario, el 30 de agosto de 1988, los altos mandos designaron a Pinochet como candidato y comenzaron los preparativos del plebiscito donde habría dos opciones: 'Sí' y 'No'.

Si ganaba la opción 'Sí', se entendía aprobado el candidato propuesto (Augusto Pinochet), que asumiría la Presidencia el 11 de marzo de 1989 por un período de ocho años, fecha en que dejaban de estar vigentes las normas transitorias de la Constitución que otorgaban facultades extraordinarias al Ejecutivo. La excepción era la norma que estipulaba que la junta ejercería la función legislativa hasta que se instalara el Congreso. Para ello, en nueve meses debían celebrarse elecciones parlamentarias.

De vencer el 'No', se rechazaba al candidato propuesto; Pinochet y la Junta de Gobierno se mantendrían en funciones hasta el 11 de marzo de 1990 y en esa fecha comenzarían a regir las normas permanentes de la Constitución. Antes de ello se debía convocar a elecciones presidenciales y parlamentarias.

El plebiscito fue fijado para el 5 de octubre de 1988. Para ello se habían abierto los registros electorales, en los cuales se inscribieron 7.435.913 ciudadanos, el 97,53% de quienes estaban habilitados para hacerlo.

Entre quienes apoyaron la opción 'Sí' estaban la Alianza (UDI y RN), los partidos Nacional, Liberal Demócrata, Democracia Radical, Avanzada Nacional, Partido Democrático de Chile y el Partido del Sur.

La opción 'No' era impulsada por la Concertación de partidos por el No, con 17 tiendas fundantes, entre las que se encontraban la DC, facciones del MAPU, Partido Humanista, Izquierda Cristiana, distintos sectores del PS, Partido Liberal, Los Verdes, Partido Radical, Radical Socialdemócrata y el PPD.

Entre el 5 de septiembre y el 1 de octubre de 1988, la televisión emitió las campañas de oficialismo y oposición. El eslogan del 'Sí' fue 'Un país ganador', mientras que el 'No' se hizo conocido por el lema 'La alegría ya viene' y el respaldo de artistas y rostros públicos, incluso extranjeros.

Victoria del 'No'

Los resultados mostraron la victoria del 'No'. De un universo electoral total de 7.236.241 votos escrutados, el 'Sí' obtuvo 3.111.875 sufragios (equivalentes al 43%) y el 'No' consiguió 3.959.495 de votos, el 54,7%.

El historiador Alejandro San Francisco, con motivo de los treinta años del referéndum, escribió: 'El plebiscito de 1988 fue concebido como parte del proceso de transición y se transformó en un hito trascendental en el progresivo proceso de democratización que culminó con la llegada al gobierno de Patricio Aylwin el 11 de marzo de 1990, tras las elecciones presidenciales de 1989'.

Para los vencedores, se logró derrotar el régimen de Pinochet a través de las urnas, 'con un lápiz y un papel'. Los vencidos, por su parte, destacaron el cumplimiento del itinerario institucional establecido en la Carta Fundamental, culminando así con éxito el 'sentido de la transición', como lo explicó Jaime Guzmán.

La salida pacífica llevó a Chile a ser parte de lo que el historiador Samuel Huntington llamó la 'tercera ola de democratización', proceso a partir del cual casi toda América Latina culminaría el siglo XX con gobiernos elegidos popularmente.
Pie de pagina
Pedro Villarino-