Pais:   Chile
Región:   Bío Bío
Fecha:   2023-09-24
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   3
Sección:   Opinión
Centimetraje:   16x14

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El Sur Concepcion
El día mundial sin auto
Sebastián Astroza, Investigador CEDEUS y Académico de la Universidad de Concepción, Karen Rauch, Directora de Fundación Camiseteados,

El 22 de septiembre se celebró el "Día Mundial sin Automóvil". Si bien en nuestro país tiene simplemente un carácter anecdótico, en otras ciudades del mundo se prohíbe, por el día, usar el automóvil particular. Esto obliga a los usuarios cautivos del automóvil a utilizar otro medio de transporte, como la bicicleta o el transporte público. La experiencia funciona, aunque sea de manera simbólica, al dar cuenta que alternativas más sustentables son posibles y, en muchos casos, incluso más convenientes. Sin embargo, la alegoría no es tan potente como para revelarnos una verdad aún mayor: todos estaríamos (y estaremos) mejor si ponemos nuestros recursos públicos en los modos de transporte que no son el automóvil privado.

Invertir mayoritariamente en infraestructura vial para el automóvil, esperando con eso solucionar la congestión, es el equivalente a comprarse pantalones más grandes cuando se está engordando. Ha sido demostrado teórica y empíricamente: el tráfico se comporta como un gas que a la larga ocupará todo el espacio disponible y, al aumentar su capacidad, los tiempos de viaje están lejos de disminuir (es más, aumentan). Y no sólo tiene que ver con demoras y tacos. El automóvil es el modo de transporte menos eficiente en términos de espacio y emisiones. Lo que debemos hacer, más aún en crisis climática, es apostar por otros modos de transporte más "verdes" como la bicicleta o el transporte público.

Es importante recalcar que no sirve dejar de invertir en la infraestructura para automóviles si no somos capaces de ofrecer una alternativa atractiva. Cuando pensamos en la bicicleta a veces nos contentamos con la cantidad considerable de kilómetros de ciclovías construidos en el Gran Concepción. Sin embargo, estas no siempre cumplen el estándar mínimo y tienen la gran deficiencia que no conforman una red de vías conectadas. La evidencia internacional muestra que existirán y aumentarán los usuarios de bicicleta, incluso en ciudades con clima lluvioso como la nuestra, si existe la infraestructura adecuada.

Por otro lado, el transporte público de nuestra ciudad tiene grandes fortalezas (como cobertura y frecuencia), pero también falencias. No podemos contentarnos con una licitación de transporte público que data del año 2001 y una flota que, si bien es más moderna que el promedio nacional, no cumple con el estándar de una ciudad desarrollada. Es evidente que nuestro sistema de transporte público aún puede mejorar mucho en cuanto a tecnología, administración, calidad (satisfacción del usuario), condiciones laborales, etc.

De ninguna manera quiero decir que todos debamos andar en bicicleta o micro. A su vez, no creo que el futuro de la planificación de transporte sea enfocado netamente en viajar. Me imagino que convergeremos a ciudades donde se viaje menos frecuentemente y distancias más cortas. Sin embargo, cualquier ciudad que quiera desarrollarse debe fomentar medios de transporte sustentables que sean alternativas competitivas al auto. La única manera de hacer eso es invirtiendo más en esos modos sustentables y menos en la infraestructura para automóviles. Es una meta que ya dejó de ser simbólica. Es una urgencia ante la crisis climática que vivimos y una obligación en una ciudad desigual como la nuestra.


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