Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2023-10-07
Tipo:   Suplemento
Página(s):   6
Sección:   Suplemento
Centimetraje:   25x21

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El nadador durante un entrenamiento el martes pasado. 'Yo le pido a la gente que grite como nunca', dice sobre la competencia que viene para él.
El Mercurio - Sábado
Vicente Almonacid
Abanderado de Chile en los Parapanamericanos 2023 “Mi techo todavía no ha llegado”
El campeón mundial de 100 metros pecho y triple medallista en Lima 2019 sufre una fibromatosis agresiva que le ha llevado a someterse a 22 operaciones y a perder su brazo izquierdo. Este joven nadador renquino no se amilana y habla sobre el orgullo que le provoca ser uno de los portaestandartes nacionales para los juegos que se disputarán en noviembre en Santiago y de sus sueños. 'Hay muchas cosas que me gustaría cumplir, pero siempre trato de estar con los pies en la tierra. No me quiero estresar sobre el futuro, porque para mí es muy incierto'.
La fotografía que Vicente Almonacid colgó en su cuenta de Instagram el 26 de agosto de 2021 lo muestra adentro de una piscina, afirmado con su mano derecha de la escalera, con unos lentes de agua subidos a la altura de la frente, el pelo mojado y la mirada perdida.
La imagen fue captada un día antes en Japón, donde se disputaban los Juegos Paralímpicos de Tokio, en los que el nadador terminó en el octavo lugar en la final de los 100 metros pecho varones clase SB8, un sistema de escala en que la categoría 1 está reservada para las personas con discapacidad más severa.
'Quizá no todos lo sepan, pero lo de ayer fue un golpe durísimo del que todavía no me levanto al 100, pagué el precio que casi nadie paga por unos juegos. Me enteré un mes antes de viajar que tengo un tumor de 6 x 5 cm en el mediastino (ubicado entre el esternón y la columna vertebral). Tenía que decidir si quería arriesgar mi vida para cumplir mi sueño. Fue una lucha interna gigante que solo unos pocos sabían que estaba pasando; y aunque yo no quería, me afectó. Hubo días en que no quería entrenar, tenía pena, rabia e incertidumbre. Me la jugué una vez más por mi sueño, pero no siempre tiene que salir bien', posteó esa vez.
El tumor que menciona estaba cerca del corazón, le presionaba la garganta y le impedía respirar bien, lo que afectó su desempeño. Vicente tenía entonces 20 años y llevaba cinco preparándose para sus primeros juegos paralímpicos, donde era una de las 19 cartas nacionales. Tras obtener triple medalla en los Parapanamericanos de Lima, aspiraba a algo más que un diploma en suelo nipón. Sin embargo, tal como le ha ocurrido 22 veces a lo largo de su vida, un tumor lo puso en peligro y debió volver a Chile raudo a operarse. Antes de entrar al quirófano, sin embargo, dijo: 'Nada ni nadie me arrebatará mis sueños y lucharé siempre hasta el final, porque yo vivo para ser feliz, y este último tiempo he sido más feliz que nunca'.
A dos años de esa operación, Vicente, actual campeón mundial de los 100 metros pecho en su categoría, refrenda la frase.
Vicente Almonacid tiene 22 años, es oriundo de Renca y nació con una fibromatosis agresiva, que es el término médico para referirse al padecimiento de un grupo de enfermedades tumorales de tejidos blandos.
—Nací con un tumor que se originó en el dedo índice de la mano izquierda, que me amputaron a los 5 años, pero de ahí fue subiendo —explica—. Después de muchas operaciones, me terminaron por cortar el brazo completo. Hoy no tengo el miembro superior izquierdo… no tengo ni la escápula ni la clavícula. He tenido 22 operaciones.
—¿Hay alguna que haya sido más complicada que otra?
—Las primeras, porque no sabía a lo que me enfrentaba, era algo desconocido. Ya la última operación que tuve tras los Paralímpicos de Tokio sabía exactamente lo que sentía, estaba preparado mentalmente para todo.
La biografía de Vicente indica que pese a su condición clínica nunca se privó de practicar deportes. Jugaba básquetbol, fútbol, handball, running, skate y longboard, los que combinaba con natación en los veranos. En 2015 lo vio el entrenador de la selección nacional de nado, Nicolás Mafio, a quien le llamó la atención su patada natural, que resultaba especial para el nado de pecho.
—Desde el principio lo sentía, yo siempre supe que tenía condiciones… aunque obviamente no las dimensionaba en ese entonces —dice.
—¿En qué lo notaste?
—En que competí en mi primer nacional tres semanas después de haber entrenado como preseleccionado.
Un año después, Vicente competiría por primera vez representando a Chile en el extranjero. Fue en Canadá, donde clasificó a los Juegos Juveniles Parapanamericanos de Sao Paulo 2017, en los que logró medalla de oro en los 100 metros pecho, batió el récord panamericano de la especialidad y sacó ticket para el Mundial de México, que disputaba en diciembre de ese año. Pocos meses antes fue operado nuevamente, y aunque quedó solo con la pared costal, clasificó para la final, remató séptimo y bajó sus tiempos.
—¿En ese minuto ya visualizabas una carrera?
—No, mi consolidación como deportista fue en Lima 2019.
En Perú, Vicente consiguió medallas de oro, plata y bronce; más tarde sufrió el resurgimiento del tumor en la víspera de Tokio y diez meses después de esta vigésima segunda operación se consagró como campeón mundial en el campeonato disputado en Portugal en junio de 2022. Ese año, además, el Círculo de Periodistas Deportivos lo premió como 'El Mejor de los Mejores' de la temporada.
El nadador dice que gracias a lo avanzado y al apoyo de siete marcas que lo auspician —Nike, McDonald's, Bupa, Antofagasta Minerals, Corona, Sportlife y OHB Medicina Hiperbárica—, hoy puede vivir y dedicarse exclusivamente al deporte.
—Llevas ocho años y estás en lo más alto de tu especialidad, ¿te imaginaste cuando partiste que este iba a ser tu techo?
—Yo siento que mi techo todavía no ha llegado, que queda mucha tela por cortar, hay muchos desafíos que quiero cumplir, muchos sueños que quiero realizar. Pero dentro de esa misma idea nunca me imaginé que iba a estar en el lugar en que estoy ahora.
El 27 de septiembre, en una ceremonia en que participaron el ministro del Deporte, Jaime Pizarro, y el director ejecutivo de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos, Harold Mayne-Nicholls, se anunció que la tenimesista Tamara Leonelli y el nadador Vicente Almonacid serían los abanderados chilenos de los Parapanamericanos de Santiago 2023. Ambos llevarán el pabellón nacional en la ceremonia del 17 de noviembre.
—Estaba en Sao Paulo entrenando cuando recibí un llamado de Sebastián Villavicencio, presidente del Comité Paralímpico de Chile, para contarme que me habían elegido —comenta—. Para mí es un honor tremendo. Más que llevar el estandarte en sí, es que te sientes como el líder de la delegación.
—Ya estuviste en unos Parapanamericanos, en Lima 2019. ¿Cómo le explicas a la gente lo que significa ser local?
—Recuerdo que cuando entraba un peruano todos gritaban, era un ruido ensordecedor, y eso mismo espero que pase en Chile. El recinto acuático, por los menos para los dos días en que yo tengo competencia, tiene las entradas agotadas. Yo le pido a la gente que grite como nunca.
Este año congeló la carrera de Ingeniería Comercial en la Universidad Autónoma de Chile para prepararse adecuadamente. A ello ha sumado sus controles habituales cada tres y seis meses, y asegura que por ahora no hay rastros de una nueva masa en su cuerpo. Eso sí, aclara, deben pasar cinco años desde la última vez que lo operaron para ser dado de alta.
—Tú eres un competidor, ¿cómo es convivir con este tipo de situaciones?
—Es algo rutinario en mi vida, ya estoy acostumbrado. Después de 22 operaciones, casi una por año, uno aprende a vivir con eso, no es algo que me achaque. Que el tumor vuelva, ciertamente que preocupa, pero no me quita el sueño ni las ganas de seguir haciendo las cosas todos los días. El deporte entrega muchas virtudes que sirven para el futuro. Lo veo como algo lindo, más con mi historia de vida, que me ha enseñado a rendir en lo deportivo y en lo personal. Son experiencias que nutren. Uno podría pensar: '¡qué injusto que te toque algo así!'. Ya, sí, pero yo lo tomo como una oportunidad de crecer, una oportunidad de poder alcanzar la mejor versión de Vicente Almonacid alguna vez.
—¿Y cuáles son tus sueños?
—Mi sueño siento que lo estoy cumpliendo cada día. Por más que la gente piense que son cosas muy negativas las que me han pasado, hago lo que amo, puedo vivir de esto, represento a mi país. Mis metas en general son de corto plazo: sacar nuevas medallas, cantar el himno aquí en la piscina, ya estoy clasificado a los Juegos Paralímpicos de París, que espero sea una revancha de lo que pasó en Tokio… hay muchas cosas que me gustaría cumplir, pero siempre trato de estar con los pies en la tierra y viviendo el día a día, paso a paso y bien tranquilo, porque no me quiero estresar sobre el futuro, porque para mí es muy incierto.
—¿Y hasta cuándo te ves nadando competitivamente?
—Hasta que me quede bencina. No tengo una meta, puede ser hasta los 40 años, en dos años… yo hago esto porque me gusta, porque lo amo, porque lo disfruto, entonces no me pongo fecha límite, lo voy a hacer mientras me haga feliz.
—Después de la natación, ¿qué te ves haciendo?
—Cuidando mi legado, porque siento que estoy formando algo muy bonito, mi historia es muy linda y me gustaría poder compartirla con todos en un futuro, entregar el testimonio vivo de la resiliencia, de que las cosas se pueden hacer. Me gustaría también tener una familia y una casa en la playa. Ojalá las pueda lograr, todo depende de la salud.

Recuadro
>>'Uno podría pensar: ‘¡qué injusto que te toque algo así!'. Ya, sí, pero yo lo tomo como una oportunidad de crecer, una oportunidad de poder alcanzar la mejor versión de Vicente Almonacid alguna vez'.
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POR LEO RIQUELME FOTO MACARENA PÉREZ-