Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2023-10-13
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   A2
Sección:   Cartas y Opinión
Centimetraje:   18x12
El Mercurio
“Restricciones a la movilidad”
Señor Director:
En su columna del martes, Marcial Echenique aboga por ciudades expandidas y con movilidad basada en el automóvil, argumentando que esto reduce el valor del suelo. Sugiere también que la densidad implica una peor calidad de vida, producto de menos acceso a jardines privados y de un supuesto aumento en la congestión.
Esto es incorrecto. Una ciudad expandida y poco densa, si bien podría mostrar menores valores del suelo, impone costos sociales y ambientales al dificultar la provisión de sistemas de transporte público eficientes y volver infactibles a la caminata, la bicicleta y la micromovilidad. La expansión urbana implica también mayores costos de infraestructura, que son generalmente cubiertos por el Estado.
Tampoco es cierto que una densidad alta genere peor calidad de vida. Hay muchas ciudades consideradas como excelentes lugares para vivir, con abundantes espacios públicos de altísima calidad, que existen justamente gracias a su densidad alta y equilibrada (no confundir con la hiperdensidad observada en algunos proyectos inmobiliarios locales). Es un error asumir que la calidad de vida urbana solo es alcanzable a través de patios privados, así como es un error confundir movilidad con distancia e ignorar la posibilidad de cambio hacia patrones de movilidad más eficientes y sostenibles facilitados por ciudades compactas y con alta accesibilidad.
Ciudades basadas en el automóvil, incluso eléctrico, implican mayor congestión, un uso ineficiente de energía y de suelo urbano (un auto en Santiago traslada en promedio a 1,5 personas por viaje) y más vulnerabilidad ante el cambio climático. Estudios científicos muestran que electrificar no será suficiente para reducir las emisiones a los niveles necesarios y que se requiere de cambios en los patrones de demanda. Tal vez por eso mismo ciudades como Nueva York, París y Londres han implementado agresivas medidas, orientadas no solo a facilitar la vida de quienes optan por moverse en modos de transporte sostenibles (que han crecido notoriamente), sino también a dificultar el uso de modos ineficientes y de alto costo social, como el automóvil cuando es utilizado excesivamente.
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RICARDO HURTUBIA; MARGARITA GREENE; LUIS FUENTES