La torre de control del aeropuerto internacional Arturo Merino Benítez de Santiago sufrió ayer un corte de energía eléctrica que mantuvo sus equipos en un “black out” durante 32 minutos, entre las 17:20 y las 17:52 horas.
Mientras el Colegio de Controladores de Tránsito Aéreo —que realiza una escalada de movilizaciones por lo que considera precarias condiciones de trabajo— denunció una “caída generalizada” de los sistemas, la Dirección General de Aeronáutica Civil informó que la interrupción del suministro se produjo “de forma imprevista” mientras se realizaban trabajos de mantenimiento programado, que investiga el hecho y que el problema “fue resuelto con la máxima prioridad”.
El incidente sucedió el mismo día en que el colegio anunció públicamente una nueva manifestación. Ello implica una ralentización de los servicios de los controladores, lo que se traduce en demoras para aerolíneas y pasajeros. Al igual que la del 6 de octubre, la protesta de este jueves 26 ocurrirá en la víspera de un feriado largo, pero a diferencia de la primera se prolongará por ocho horas en vez de cuatro. La de hace 18 días afectó a cuatro mil pasajeros.
“¡Qué cosa más extraña que esto ocurra justo en el día en que anunciamos la movilización! Es como que alguien superior quisiera resaltar que lo que estamos diciendo es verdad”, aseguró Jorge Caro, presidente de los controladores. Ejemplificó que “no les podíamos prender las luces de la pista a las aeronaves” y que los funcionarios siguieron los descensos con largavistas.
La DGAC, en tanto, dijo haber aplicado “todos los procedimientos internos necesarios para asegurar las coordinaciones del trabajo aéreo”.