A sólo 50 minutos en avión, las rutas del vino de la vecina Mendoza son una interesante alternativa para una arrancada de un par de días allende Los Andes. Se trata del corazón vitivinícola argentino, que acapara más del 70% de su producción, con un paisaje diferente al de la zona central de Chile. Allá las viñas están plantadas a más altura, y aparecen como manchones verdes en un paisaje semidesértico, de aire seco, con días mucho más cálidos y noches más frías. Si a este lado de Los Andes domina el cabernet sauvignon, allá lo hace el malbec, la cepa ícono argentina, el equivalente al carmenere chileno.

La región tiene una oferta enoturística rica y, dada la ventaja que abre el tipo de cambio, es un muy buen momento para visitarla. 'Este año Mendoza se posicionó como un destino turístico premium, en particular para los amantes del vino, gracias a su rica tradición vinícola y su paisaje andino. Hemos observado un aumento de 23% en las búsquedas de viajes', explica Pedro Escobedo, director de marketing de Viajes Falabella. En Cocha coinciden: 'Las ventas vienen en aumento desde enero de este año. Si comparamos el segundo trimestre con el primero, se observa un 25% de crecimiento', cuenta Daiana Mediña, gerenta de marketing de Cocha. Los panoramas son múltiples y si de vino se trata, existen 896 bodegas –así le llaman los argentinos a las viñas- gran parte de las cuales tienen la opción de recorridos turísticos.

'Mendoza es un destino apto para todo tipo de viajero. Tiene un clima agradable la mayor parte del año, una rica gastronomía, vida nocturna, y lugares increíbles para los amantes del turismo aventura, aunque sin duda uno de sus grandes atractivos es el vino. Se pueden visitar las principales bodegas, realizar catas y aprender un poco más sobre la producción vitivinícola y, además, adquirir algún vino. Posee paisajes que invitan a practicar actividades al aire libre, cuenta con circuitos para hacer senderismo y montañismo. Otro imperdible, que invita al relax, son las termas de Cacheta, donde también se puede disfrutar de un día de spa', agrega Mediña. Grosso modo, las principales regiones del vino en Mendoza son cuatro: Mendoza urbano, Maipú, Luján de Cuyo y Valle de Uco, cada una de las cuales se divide a su vez en distritos. Una de las primeras recomendaciones para viajar es escoger una de las zonas y definir una ruta y luego las bodegas a visitar, pero todo con antelación.

'Estamos teniendo mucha demanda para visitar las bodegas, por lo que la recomendación es reservar con al menos dos o tres semanas de anticipación. Hay bodegas históricas o de moda que tienen reservado todo hasta para dos o tres meses', explica Noe Abbruzzese, de la agencia de turismo argentina Tokio Viajes (@tokioviajes), da varios tips para no pasar malos ratos. 'El ideal es armar todo desde antes, y, si se puede, a través de una agencia, porque es un nicho que está de moda y con alta demanda, por lo que obtener acá la cosas por separado no es fácil; dos, escoger un plan de al menos tres días y en cada uno de definir qué bodegas se van a visitar, porque no se puede abarcar mucho; tres, tener claro el tema del chofer, ya que hay tolerancia cero al alcohol, así que se puede contratar uno o si alguien del grupo quiere manejar, se le hace un precio especial; cuatro, llevar dólares y tener cuidado donde cambiar. Las agencias pueden entregar ese servicio con un mensajero por un asunto de seguridad', explica. 'En cuanto a precios es muy variado, hay para todos los bolsillos', explica.

A qué vino poner ojo

El periodista de vinos Patricio Tapia, que está a punto de sacar la Guía Descorchados de Argentina, para la que probó 2.000 vinos de 250 bodegas, da algunas recomendaciones. 'Hay que tener en cuenta que el vino es muy rico, y la comida muy buena y barata (para nosotros). Hay que ir a las bodegas, que tienen buenos restaurantes, y es donde mejor se come.

Entre las mejores están Santa Julia, Zuccardi Valle de Uco, Norton, Catena y Escorihuela en la ciudad misma. Entonces se pueden matar dos pájaros de un tiro: comer y probar vinos', dice 'En cuanto a cepas, obviamente el malbec, que tiene muchas caras; los hay de precordillera, del Valle de Uco, que son deliciosos, y a mayor altura, un vino más fresco; hay otros más cerca de Mendoza, como los de Lujan de Cuyo, que están resurgiendo. Luego del malbec, probaría el torrontés, un blanco que viene del norte, de Salta, muy perfumado y al que no estamos acostumbrados', agrega.