Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2023-10-30
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): C3
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Sección: Nacional
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Centimetraje: 34x26
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Pie de Imagen
Jorge Sharp , alcalde de Valparaíso. Jonathan Mancilla
Jorge Sharp, alcalde de Valparaíso:
“La prioridad del plebiscito tiene que estar puesta en las causas del malestar ciudadano”
El jefe comunal además criticó a la derecha por no redactar un texto “que una” y afirma que desde su sector “hay que dejar de ser viudos del proceso anterior”.
El alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, partidario del Apruebo frente al texto de la Convención y líder del movimiento “Trasformar Chile”, parte de lo que él llama “extraoficialismo”, habla sobre el proceso constitucional en curso y sostiene que hay que interpelar a la derecha por la promesa de “una que nos una”.
—¿Cómo evalúa usted lo que ha sido el gobierno de Gabriel Boric hasta el momento?
—Me parece que es imposible hacer una evaluación del Gobierno actual sin hacer una evaluación del sistema político en su conjunto. Creo que en los últimos años la crisis de representación en Chile se ha profundizado, y el mejor ejemplo de ello es ver cómo se ha desarrollado en los últimos meses la discusión del proceso en curso, que ha estado profundamente alejada del interés y de la posibilidad de participación de la ciudadanía.
— ¿Ciertas propuestas del texto, como la del umbral del 5% para obtener representación parlamentaria, son válidas para solucionar el problema de fragmentación?
—A mí parecer, el proceso constitucional en curso tenemos que interrogarlo con la promesa que se hizo al rechazar la propuesta de la Convención: ¿La Constitución que se va a someter a votación el 17 de diciembre es una que nos une o no? Este proceso inició con la promesa de que esta Constitución iba a representar a todos los chilenos, y hasta ahora no hay ni una encuesta que muestre que esta Constitución está uniendo al país, sino que más bien todo lo contrario.
—¿Cree que se debe mantener abierto el proceso constituyente o que hay que cerrarlo?
Me parece que el tema constituyente tiene que tener un cierre en algún momento, yo comparto esa idea. El tema es que el agobio constitucional, a mi juicio, está derivado de lo siguiente: la sociedad ya disoció la posibilidad de transformaciones y cambios a este proceso constituyente. A eso se le suma que desde octubre de 2019 no se ha resuelto de manera profunda ninguna de las causas del malestar social y ciudadano, eso termina generando el cuadro que hoy día tenemos. El agobio constitucional está más bien puesto en que la gente está cansada de los problemas que hoy día tiene el país, que vienen desde hace muchos años.
—¿Estima que este proceso tiene que retomarse con características distintas?
— La prioridad del 17 de diciembre tiene que estar puesta en las causas del malestar ciudadano, las causas que llevaron a un millón de personas el 25 de noviembre a movilizarse y que tiene que ver con la profunda desigualdad, los abusos, la falta de oportunidades.
—¿Qué le parece que el oficialismo haya querido esperar hasta el último día para definir una postura oficial respecto al texto del Consejo?
—A mi parecer, es una posición prudente de no incurrir en las mismas prácticas que hizo que la derecha el día uno de la Convención Constitucional ya tuviera una posición contraria al texto, que a la larga se terminó de rechazar. Hay que decir las cosas por su nombre: la derecha en Chile nunca ha querido cambiar la Constitución. Se opusieron en los años 90, hicieron todo lo posible para que el texto de la Convención se rechazara. Hoy día lo están haciendo suficientemente mal para que la promesa que los llevó a liderar el segundo proceso constituyente no esté cumpliéndose. Me pregunto si alguien en Chile cree que la Constitución que se va a votar el 17 de diciembre cumple con la promesa de redactar “una que nos una”.
—Usted defendió el voto por el Apruebo, ¿cree que ese texto constitucional era mejor que esta propuesta?
—La sociedad chilena rechazó ese texto y si eso fue así, me parece que hay que dar vuelta la página. Hay que dejar de ser viudos del proceso anterior y creo que tenemos que tener una posición distinta de cara al futuro y eso tiene que ver con lo que va a pasar de aquí al 17 de diciembre en Chile.
—En una entrevista, Lautaro Carmona afirmó que la Constitución actual “ya no es la del 80”. ¿Qué le parecen esas palabras?
—A mí no me parece adecuado estar acomodando los argumentos en función de las posiciones. Creo que la Constitución de 1980 es la Constitución de Pinochet, independiente de que haya sido reformada y que se quiera relativizar.
La campaña
—¿Se le dificulta a la izquierda el tener que hacer campaña defendiendo que se mantenga la Constitución de Pinochet?
—Pienso que hay que hacer campaña haciéndole una pregunta a la sociedad chilena: ¿Vamos a estar mejor o peor con esta Constitución que vamos a votar el 17 de diciembre? Si esa es la pregunta fundamental de las semanas que siguen, me parece que la dificultad no está en lo que usted comenta, no sería tal.
—Hay quienes señalan que las posiciones de los independientes de izquierda conspiraron contra el proceso anterior.
—No hay un balance comparado sobre por qué perdió el Apruebo el 4 de septiembre. Me parece que en algún momento debe haber tiempo para aquello. Lo cierto es que me parece que el proceso constitucional anterior, si uno lo ve fríamente, fue dominado de principio a fin por los partidos políticos. Fue muy difícil para los independientes liderar o proponer caminos en dicho proceso.
—¿Siente que, como se ha dicho, se cargaron las tintas contra los independientes y la gente de su sector?
—Claramente se le ha cargado la mata, y de forma excesiva, al grupo independiente por el resultado del 4 de septiembre. Esa actitud se ha convertido hacia el mundo independiente en un castigo en la medida que el sistema político está más cerrado y con menos participación independiente.
—Ustedes han defendido el considerar a sectores populares, organizaciones sociales. ¿Cree que el Gobierno ha logrado conectar con ellos?
—Pienso que ha habido un intento del Gobierno de hacerlo, sería injusto de mi parte no reconocerlo. Sin embargo, creo que aún falta mucho. Resulta que el campo popular chileno aún está muy desarticulado, se ha dejado la iniciativa política hacia ese mundo a la derecha, y no solo ahora, porque en los 90 fue hacia la UDI popular, hoy día es republicanos. El problema de la vinculación del campo popular guarda relación con hacerlos protagonistas de la lucha política o del debate público.
—¿Cuál es su visión de cómo la derecha ha logrado penetrar en sectores populares y la izquierda no ha logrado tener una actitud más proactiva hacia esos sectores?
—Cuando tienes a una fuerza política como republicanos intentando dar una explicación de por qué pasan las cosas al mundo popular, y no hay otra fuerza que lo haga, entonces eso inmediatamente tiene una traducibilidad electoral. La verdad es que si estuviéramos hablando de las causas de la crisis política, social y económica de nuestro país, fuerzas como republicanos no existirían o serían un grupo de 25 señoras pinochetistas gritando todos los 11 de septiembre afuera de la Escuela Militar. Pero, en cambio, tenemos hoy día a republicanos como un factor dominante del sistema político.
—Hay una tesis de que aquí se incluyeron 12 bases constitucionales, en las cuales habían demandas de la izquierda.
—Sobre el texto mismo, voy a esperar hasta el 7 de noviembre para revisarlo en detalle y formarme una convicción. Este proceso desaprovechó una oportunidad que era interesante, que era discutir sobre el modelo de desarrollo de la sociedad, esta discusión estuvo ausente. Más bien fue hasta sobreideologizada, sobre todo por el Partido Republicano, que hace de Evelyn Matthei a llamar a aprobar de forma incómoda. Yo me pregunto por qué Evelyn Matthei llama a aprobar si no está de acuerdo con el texto, ella lo dijo. A mi juicio, hay una incomodidad incluso con un sector de la derecha sobre el texto y el tema es que el plebiscito está presidencializado. A la derecha, a pesar de que hay un sector que está incómodo con el texto, no le quedó otra que llamar a aprobar.
Recuadro
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>>Me pregunto si alguien en Chile cree que la Constitución que se va a votar el 17 de diciembre cumple con la promesa de redactar ‘una que nos una'”.
El proceso constitucional anterior, si uno lo ve fríamente, fue dominado de principio a fin por los partidos políticos. Fue muy difícil para los independientes liderar o proponer caminos en dicho proceso”.
Si estuviéramos hablando de las causas de la crisis de nuestro país, fuerzas como republicanos no existirían o serían un grupo de 25 señoras pinochetistas gritando todos los 11 de septiembre”.
Nex Prensa Escrita
Jorge Sharp, alcalde de Valparaíso:
“La prioridad del plebiscito tiene que estar puesta en las causas del malestar ciudadano”
El jefe comunal además criticó a la derecha por no redactar un texto “que una” y afirma que desde su sector “hay que dejar de ser viudos del proceso anterior”.
El alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, partidario del Apruebo frente al texto de la Convención y líder del movimiento “Trasformar Chile”, parte de lo que él llama “extraoficialismo”, habla sobre el proceso constitucional en curso y sostiene que hay que interpelar a la derecha por la promesa de “una que nos una”.
—¿Cómo evalúa usted lo que ha sido el gobierno de Gabriel Boric hasta el momento?
—Me parece que es imposible hacer una evaluación del Gobierno actual sin hacer una evaluación del sistema político en su conjunto. Creo que en los últimos años la crisis de representación en Chile se ha profundizado, y el mejor ejemplo de ello es ver cómo se ha desarrollado en los últimos meses la discusión del proceso en curso, que ha estado profundamente alejada del interés y de la posibilidad de participación de la ciudadanía.
— ¿Ciertas propuestas del texto, como la del umbral del 5% para obtener representación parlamentaria, son válidas para solucionar el problema de fragmentación?
—A mí parecer, el proceso constitucional en curso tenemos que interrogarlo con la promesa que se hizo al rechazar la propuesta de la Convención: ¿La Constitución que se va a someter a votación el 17 de diciembre es una que nos une o no? Este proceso inició con la promesa de que esta Constitución iba a representar a todos los chilenos, y hasta ahora no hay ni una encuesta que muestre que esta Constitución está uniendo al país, sino que más bien todo lo contrario.
—¿Cree que se debe mantener abierto el proceso constituyente o que hay que cerrarlo?
Me parece que el tema constituyente tiene que tener un cierre en algún momento, yo comparto esa idea. El tema es que el agobio constitucional, a mi juicio, está derivado de lo siguiente: la sociedad ya disoció la posibilidad de transformaciones y cambios a este proceso constituyente. A eso se le suma que desde octubre de 2019 no se ha resuelto de manera profunda ninguna de las causas del malestar social y ciudadano, eso termina generando el cuadro que hoy día tenemos. El agobio constitucional está más bien puesto en que la gente está cansada de los problemas que hoy día tiene el país, que vienen desde hace muchos años.
—¿Estima que este proceso tiene que retomarse con características distintas?
— La prioridad del 17 de diciembre tiene que estar puesta en las causas del malestar ciudadano, las causas que llevaron a un millón de personas el 25 de noviembre a movilizarse y que tiene que ver con la profunda desigualdad, los abusos, la falta de oportunidades.
—¿Qué le parece que el oficialismo haya querido esperar hasta el último día para definir una postura oficial respecto al texto del Consejo?
—A mi parecer, es una posición prudente de no incurrir en las mismas prácticas que hizo que la derecha el día uno de la Convención Constitucional ya tuviera una posición contraria al texto, que a la larga se terminó de rechazar. Hay que decir las cosas por su nombre: la derecha en Chile nunca ha querido cambiar la Constitución. Se opusieron en los años 90, hicieron todo lo posible para que el texto de la Convención se rechazara. Hoy día lo están haciendo suficientemente mal para que la promesa que los llevó a liderar el segundo proceso constituyente no esté cumpliéndose. Me pregunto si alguien en Chile cree que la Constitución que se va a votar el 17 de diciembre cumple con la promesa de redactar “una que nos una”.
—Usted defendió el voto por el Apruebo, ¿cree que ese texto constitucional era mejor que esta propuesta?
—La sociedad chilena rechazó ese texto y si eso fue así, me parece que hay que dar vuelta la página. Hay que dejar de ser viudos del proceso anterior y creo que tenemos que tener una posición distinta de cara al futuro y eso tiene que ver con lo que va a pasar de aquí al 17 de diciembre en Chile.
—En una entrevista, Lautaro Carmona afirmó que la Constitución actual “ya no es la del 80”. ¿Qué le parecen esas palabras?
—A mí no me parece adecuado estar acomodando los argumentos en función de las posiciones. Creo que la Constitución de 1980 es la Constitución de Pinochet, independiente de que haya sido reformada y que se quiera relativizar.
La campaña
—¿Se le dificulta a la izquierda el tener que hacer campaña defendiendo que se mantenga la Constitución de Pinochet?
—Pienso que hay que hacer campaña haciéndole una pregunta a la sociedad chilena: ¿Vamos a estar mejor o peor con esta Constitución que vamos a votar el 17 de diciembre? Si esa es la pregunta fundamental de las semanas que siguen, me parece que la dificultad no está en lo que usted comenta, no sería tal.
—Hay quienes señalan que las posiciones de los independientes de izquierda conspiraron contra el proceso anterior.
—No hay un balance comparado sobre por qué perdió el Apruebo el 4 de septiembre. Me parece que en algún momento debe haber tiempo para aquello. Lo cierto es que me parece que el proceso constitucional anterior, si uno lo ve fríamente, fue dominado de principio a fin por los partidos políticos. Fue muy difícil para los independientes liderar o proponer caminos en dicho proceso.
—¿Siente que, como se ha dicho, se cargaron las tintas contra los independientes y la gente de su sector?
—Claramente se le ha cargado la mata, y de forma excesiva, al grupo independiente por el resultado del 4 de septiembre. Esa actitud se ha convertido hacia el mundo independiente en un castigo en la medida que el sistema político está más cerrado y con menos participación independiente.
—Ustedes han defendido el considerar a sectores populares, organizaciones sociales. ¿Cree que el Gobierno ha logrado conectar con ellos?
—Pienso que ha habido un intento del Gobierno de hacerlo, sería injusto de mi parte no reconocerlo. Sin embargo, creo que aún falta mucho. Resulta que el campo popular chileno aún está muy desarticulado, se ha dejado la iniciativa política hacia ese mundo a la derecha, y no solo ahora, porque en los 90 fue hacia la UDI popular, hoy día es republicanos. El problema de la vinculación del campo popular guarda relación con hacerlos protagonistas de la lucha política o del debate público.
—¿Cuál es su visión de cómo la derecha ha logrado penetrar en sectores populares y la izquierda no ha logrado tener una actitud más proactiva hacia esos sectores?
—Cuando tienes a una fuerza política como republicanos intentando dar una explicación de por qué pasan las cosas al mundo popular, y no hay otra fuerza que lo haga, entonces eso inmediatamente tiene una traducibilidad electoral. La verdad es que si estuviéramos hablando de las causas de la crisis política, social y económica de nuestro país, fuerzas como republicanos no existirían o serían un grupo de 25 señoras pinochetistas gritando todos los 11 de septiembre afuera de la Escuela Militar. Pero, en cambio, tenemos hoy día a republicanos como un factor dominante del sistema político.
—Hay una tesis de que aquí se incluyeron 12 bases constitucionales, en las cuales habían demandas de la izquierda.
—Sobre el texto mismo, voy a esperar hasta el 7 de noviembre para revisarlo en detalle y formarme una convicción. Este proceso desaprovechó una oportunidad que era interesante, que era discutir sobre el modelo de desarrollo de la sociedad, esta discusión estuvo ausente. Más bien fue hasta sobreideologizada, sobre todo por el Partido Republicano, que hace de Evelyn Matthei a llamar a aprobar de forma incómoda. Yo me pregunto por qué Evelyn Matthei llama a aprobar si no está de acuerdo con el texto, ella lo dijo. A mi juicio, hay una incomodidad incluso con un sector de la derecha sobre el texto y el tema es que el plebiscito está presidencializado. A la derecha, a pesar de que hay un sector que está incómodo con el texto, no le quedó otra que llamar a aprobar.
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>>Me pregunto si alguien en Chile cree que la Constitución que se va a votar el 17 de diciembre cumple con la promesa de redactar ‘una que nos una'”.
El proceso constitucional anterior, si uno lo ve fríamente, fue dominado de principio a fin por los partidos políticos. Fue muy difícil para los independientes liderar o proponer caminos en dicho proceso”.
Si estuviéramos hablando de las causas de la crisis de nuestro país, fuerzas como republicanos no existirían o serían un grupo de 25 señoras pinochetistas gritando todos los 11 de septiembre”.
Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2023-10-30
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Tipo: Prensa Escrita
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Sección: Nacional
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