Una encuesta encargada a Criteria por Andess, gremio de las empresas de agua y saneamiento, reveló que tres de cada cuatro chilenos tira algún producto al desagüe, especialmente a través del inodoro. De ese universo, el 53% declara botar el papel higiénico al retrete, que este 19 de noviembre celebra su día internacional decretado por la ONU para resaltar la importancia del tratamiento de aguas.

A la luz de los resultados del sondeo, surge el debate: ¿se debe tirar el papel higiénico por la taza? Mauricio Hernández, ingeniero hidráulico de la Universidad Católica, dice que si en un domicilio las instalaciones sanitarias están bien diseñadas, los papeles que se degradan con el agua deberían escurrir sin problemas y, entonces, tirarlos al retrete 'no trae consecuencias'.

'Las construcciones más nuevas no deben tener problemas, no debería generar obstrucciones si hay una buena pendiente y si el tubo tiene una dimensión adecuada, que generalmente es así. El problema es cuando se hace un mal diseño de la tubería, como instalar codos, que permiten la obstrucción', comenta.

Cristián Vergara, técnico en mantención del hogar con especialidad en gasfitería, dice que en el día a día abundan los servicios para destapar desagües obstruidos con papel higiénico.

'Hay condiciones que ayudan a producir un tapón con el papel. Hay cañerías antiguas que por los residuos (óxidos, sales) se estrechan en su diámetro y el papel se puede estancar y causar los problemas. Otro tema son las raíces de árboles que traspasan los tubos y atascan el papel. Para evitar eso, yo creo que es mejor no tirarlo a la taza', observa.

Gabriel Zamorano, jefe de la división de fiscalización de la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), dice que el papel higiénico está diseñado para ser compatible con el sistema de desagüe y no generar obstrucciones.

'Si el sistema de alcantarillado cumple la reglamentación, el papel debe escurrir. Incluso los inodoros deben cumplir una norma para que realicen una buena descarga del papel higiénico', añade.

Sin embargo, puede haber situaciones especiales, como instalaciones muy antiguas, que permiten la formación de tapones con el papel.

'Por eso, lo de tirar o no el papel higiénico al inodoro es una decisión más bien personal y, especialmente, si la familia ha tenido problemas con su instalación. Pero, insisto, si se arroja a un sistema que cumple con la norma no debería tener ningún problema', refuerza.

El gerente de estudios de Andess, Patricio Herrada, coincide con que el papel higiénico está diseñado para disolverse, pero el problema es que al tirarlo al retrete se abre una puerta para que los desagües se usen como basurero. La gente arroja toallas húmedas e higiénicas.

'Eso es un problema para el domicilio y es más nocivo para el tratamiento de aguas', comenta.

De hecho, la encuesta Criteria dice que lo segundo que más bota la gente por el desagüe es el aceite (40% de los encuestados lo hace, principalmente por el lavaplatos) y en tercer lugar, los medicamentos (10%). Otros elementos que la gente bota son condones (5%), toallas higiénicas (5%), tampones (3%) y pañales (2%).

Zamorano, de la SISS, asegura que el verter el aceite al desagüe es más nocivo que echar papel higiénico al WC.

'El aceite contamina el agua, por una parte, y genera problemas de funcionamiento en los alcantarillados cuando ese aceite se convierte en grasa', explica.

Jorge Dreyse, médico internista de la Clínica Las Condes, agrega que desechar los papeles en los inodoros de baños públicos es muy importante para mantener la higiene, pero que en el caso de los hogares, donde el manejo de los residuos es más controlado, se puede lograr una buena higiene si se usa un basurero con una bolsa.