Pais: Chile
|
Región: Metropolitana de Santiago
|
Fecha: 2023-12-31
|
Tipo: Prensa Escrita
|
Página(s): D4-D5
|
Sección: Reportajes
|
Centimetraje: 53x54
|
12 temas y personajes del año, en la mirada de 12 columnistas
En un año nuevamente marcado por el debate constitucional, las crisis en diversas áreas —como la seguridad, la educación pública y el sistema de salud— concentraron buena parte de la pauta noticiosa, en que los casos de irregularidades también incidieron con fuerza.
Chile, entre terapia y volteretas
Gerardo Varela
El Presidente está en terapia y tiene buenas razones para estarlo. En lo personal, su debilidad por una vida licenciosa debe contenerse para cumplir con sus obligaciones; su amor de varios años llegó a su fin; sus amigos de aventura más cercanos eran incompetentes o corruptos; la que le queda, nunca da la cara cuando hay problemas y es más leal a su partido que a su Presidente; y finalmente está en un cargo para el cual no tiene las competencias, preparación ni experiencia y se ve obligado a tomar decisiones diariamente sobre cuestiones complejas de las que no sabe o no entiende, pero que tienen efectos reales sobre personas de carne y hueso. Es como si todos los días usted tuviera que decidir sobre tratamientos médicos de vida o muerte sin nunca haber pasado por una escuela de medicina: estaría apanicado y con terapia.
Nuestro país está igual. Quiere prosperidad, pero trabajando poco. Quiere trabajo, pero ahuyenta a las empresas. Quiere salud y educación de calidad, pero sin pagar por ellas. Quiere seguridad, pero se dedicó a atacar a Carabineros. Quiere buenas pensiones, pero aplaudía los retiros y se gastaba los ahorros para la vejez. Quiere solidaridad, pero con la plata de los demás. Y quería una nueva Constitución, pero la rechazó dos veces. Chile está adolescente: tiene ínfulas de deportista de élite, pero fuma y carretea como púber. Prefiere quedarse como eterna promesa más que pasar por el calvario del esfuerzo y el sacrificio que corona con el éxito. Jorge Quiroz, en su columna del domingo pasado, lo definió muy bien: padecemos de bovarismo (en honor a Madame Bovary), un delirio onírico que nos hace fantasear con un mundo perfecto frente al cual la realidad de nuestra existencia nos deprime.
Este año termina con un evidente fracaso político y económico. Pero sí es el año de las mujeres destacadas. Por el lado bueno, Beatriz Hevia, Verónica Undurraga, Evelyn Matthei y Rosana Costa. Y por el malo, Camila Polizzi, Catalina Pérez y Karina Oliva. Nuestro gobierno queda al debe y nuestra oposición también, porque sabe lo que no quiere, pero no es capaz de consensuar en un sueño de país para sus electores. En fin, después de destruir medio país, tratar de botar un gobierno democrático y gastar 320 millones de dólares, llegamos donde mismo. La verdad es que estamos como en Hollywood, donde alguien decía que todos tienen un terapeuta para que nadie piense que están locos. Los países tienen los presidentes que se merecen y Chile se ha transformado en el campeón de las volteretas y claramente requerimos terapia.
Boric y la novela de Chile
Carlos Peña
No hay nada que revele de manera más elocuente el carácter de una persona, o de un político, que su relación con el pasado. Hay quienes desvían la mirada de los días transcurridos como temiendo ver algo que preferirían olvidar; otros se detienen en él buscando lecciones acerca de lo que no hay que hacer; y hay quienes ven en el pasado una utopía escondida, una imagen que ilumina los días que le han tocado en suerte y que, por alguna razón, le parecen sombríos.
¿A cuál de esos tipos pertenece el Presidente Gabriel Boric si se atiende a la conmemoración de los cincuenta años del Golpe?
Para saberlo puede ser útil distinguir entre recuerdo e historia.
Mientras el contenido del recuerdo es algo que ocurrió durante la propia peripecia vital, el de la historia es algo ajeno o externo a la propia subjetividad inmediata. La diferencia es fundamental: el recuerdo nunca puede falsearse a sí mismo, puesto que, como observa Sartre, la conciencia (salvo que sea de mala fe) es un testigo insobornable de sí misma y quien altera sus recuerdos siempre se sabe, para sus adentros, falsario. La situación con la historia es distinta. Al ser ella externa, está tejida y coloreada de olvidos, impresiones y de anhelos que borran esto o agregan lo otro al compás de los desafíos del presente.
Como todos los de su generación, el Presidente no vivió el Golpe de hace cincuenta años. Los acontecimientos de entonces no son para él un recuerdo, sino que son historia.
¿Qué significa eso para el Presidente y la generación que lo acompaña?
Para un espíritu redentor como el suyo, anhelante de heroísmos y deseoso de desempeños notables, la historia cumple el papel que, según observa Marx, ella asume en momentos que quieren ser revolucionarios. Se transforma en un reservorio de ejemplos, consignas, trajes y envoltorios con los que se quiere iluminar a un presente que se antoja sombrío y al que se quiere colorear para que así, y de manera indirecta, la propia figura logre resplandecer. La historia es vista entonces como un muestrario de ejemplos notables a los que se quiere imitar, borrando de ellos todos los aspectos tristes y erróneos.
En ese sentido —y el caso de la conmemoración del Golpe es un ejemplo flagrante—, para las nuevas generaciones la historia se parece a lo que Freud describió como la novela familiar del neurótico. Freud llamó así al hecho de que los seres humanos, especialmente en las primeras etapas de la vida, suelen imaginar para sí padres encumbrados, carentes de defectos, limando de esa forma todos los aspectos ásperos e inaceptables que ellos poseían. En la novela familiar el pasado se transforma en hagiografía y cualquier reflexión crítica se antoja traición y abandono de los viejos ideales.
Y eso fue lo que ocurrió en la celebración de los cincuenta años.
El médico delantero
Isabel Plá
Manuel Monsalve es pausado e imperturbable. Nada, ni la crisis más encendida (y vaya que las ha enfrentado), lo saca de sus casillas.
Debutó en un papel estelar como subsecretario del Interior al séptimo día de gobierno, clavando la primera bandera que distinguiría luego al socialismo de toda la vida, del Frente Amplio y el PC.
A las 8 a.m. respondía en una radio que 'hay presos por causas penales que están tipificadas… No son presos políticos'. Quince minutos después, en otra radio, el entonces ministro Jackson se daba una enredada vuelta para sostener que las prisiones preventivas a imputados mapuches podrían entenderse 'muchas veces' como 'prisión política'.
Monsalve sabe que la izquierda tiene un déficit de credibilidad en la batalla contra la violencia y la delincuencia. Lidia desde el día uno con lo obvio: una impronta ideológica que históricamente ha visto represión en el orden público, desconfianza en las policías y desigualdad en el origen de la criminalidad.
Entiende, entonces, que cuando la inseguridad es la principal preocupación de los chilenos —doblando en las encuestas al siguiente problema, la economía—, la tarea no es solo una cuestión de leyes y gestión, sino eminentemente política.
Y que, en lo posible, debe adelantarse.
Si la ministra Vallejo dice que es difícil enfrentar 'una sensación', deslizando que el temor sería un fenómeno de la imaginación colectiva, Monsalve asegura que 'un gobierno no puede permitir que sus ciudadanos vivan con miedo'. Mientras la vocera marca que lo de Castillo, el indultado, es un 'presunto secuestro' y que la querella vendrá solo si se confirma, el segundo del Interior ya le ha dicho a Chile una hora antes que 'sería un delito de secuestro' y ha interpuesto una querella.
Y cuando la ministra Tohá fustiga a la oposición por la ausencia de exautoridades del gobierno anterior en una reunión, su subsecretario lleva ya varias semanas trabajando en reserva una agenda con ellas.
Son estilos —y tal vez convicciones— distintos. No sabemos si el Gobierno lo aprecia en toda su magnitud, pero le viene bien que frente a las cámaras este médico PS les susurre al oído a millones de chilenos que entiende su miedo; que sabe quiénes son las víctimas y quiénes los malos y que contra ellos no se permitirá ni un ápice de piedad progresista.
No en vano Manuel Monsalve se disputa desde el principio los primeros lugares de aprobación.
Las fundaciones, los Jackson, los Montes…
Francisco Covarrubias
Si hay algo que ha marcado el año que se nos va es el caso Convenios. El asunto 'líos de plata'. El esquema de 'fundaciones callampas'.
En 2023, el país se enteró de la multiplicidad de organizaciones 'sin fines de lucro', pero cuyo lucro encubierto se hacía a costa de los más pobres. Muchas nacidas en el inicio del actual gobierno, casi todas sin experiencia, muchas sin giro para adjudicarse todo lo que se adjudicaron. Todas con muchas afinidades políticas con el Gobierno. Y que además formaron parte de campañas políticas por el Apruebo fuera del sistema permitido.
Amigos, parejas, exjefes, exempleados, sexo, lencería y conversatorios. Muchos conversatorios.
La confianza del Gobierno de que la punta del iceberg no era más que un pequeño pedazo de hielo flotante, lo llevó a enarbolar la tesis del 'descriterio político'. Pero la estrategia cayó por los aires rápidamente y sumió al Frente Amplio, al Gobierno y al propio Presidente en un desangre lento, que fue carcomiendo su patrimonio de superioridad moral del que hacían gala. Ello explica que, al portaestandarte de esa tesis, el exministro Giorgio Jackson, le significara la salida del gabinete.
Sin pruebas, sin antecedentes, pero con muchas cuentas por pagar, hizo que la permanencia de Jackson fuera simplemente insostenible…Pero la salida no fue suficiente. Y mientras más antecedentes se conocieron, menos claro fue todo. ¿Cuándo se supo?, ¿cuál fue el diseño?, ¿quiénes participaron? Son dudas que siguen vigentes.
Si hay una cosa clara es que el caso es equivalente a la suma del MOP-Gate que debió enfrentar Lagos y el caso Caval que debió enfrentar Bachelet. Tiene la corrupción de uno y los conflictos de interés del otro. Con el agregado de que todo el sistema defraudatorio corresponde a platas destinadas a los más pobres.
Mientras tanto, en el balance del Ministerio de la Vivienda subía y subía el ítem de asignaciones directas, sin que el ministro Montes se preguntara qué había detrás.
Las fundaciones de papel crecieron sin que se diera cuenta, habiendo él creado las condiciones para que ello ocurriera y permitiendo que los inescrupulosos pulularan. Y si bien no amerita probablemente una acusación constitucional, amerita que el propio Montes sea medido con la vara con la que acusó a diversos ministros de Piñera. Solo una fracción de eso sería razón más que suficiente para dar un paso al costado.
2023: Parados en el camino
Cecilia Cifuentes
Chile es clasificado como un país 'en vías de desarrollo'. Entonces habría que decir que durante el año 2023 estuvimos totalmente detenidos en ese camino. Si además lo miramos con algo de perspectiva, y aislamos el ciclo contractivo y luego fuertemente expansivo que trajo la pandemia, lo cierto es que cumplimos una década de estancamiento, con un crecimiento promedio del PIB de 1,9% por año, no tan distinto del crecimiento poblacional. Este estancamiento es liderado por la inversión, que solo creció 0,5% promedio anual, lo que explica que se creen menos de 60 mil empleos asalariados privados promedio por año. Por otra parte, el consumo de las familias, que crecía a una tasa de 5% anual en las dos décadas anteriores, entre 2013 y 2023 creció a la mitad. Lo único que se incrementó a un buen ritmo en ese período fue el consumo de gobierno, un 4% por año.
El Gobierno se ha mostrado relativamente satisfecho con el crecimiento de 0% estimado para 2023, porque se habría evitado la caída de 0,5% que se esperaba. Es interesante constatar que la proyección de crecimiento mundial también fue medio punto más de lo estimado hace un año, por lo que es probable que ese resultado un poco mejor se explique por el contexto mundial, y no por las políticas internas.
¿Y que esperar para 2024? La reducción de tasas de interés consistente con la menor inflación permitirá una recuperación, para lograr crecer al ritmo de tendencia de 1,9% o un poco más. En el intertanto, el Gobierno debería intentar revertir el daño que las políticas públicas promovidas por ellos mismos le han hecho a la economía. ¿Lo lograrán? Parece difícil, primero porque solo una parte del oficialismo, liderada por los ministros de Hacienda y Economía, se ha convencido de la importancia del crecimiento en el bienestar de la sociedad, e intentan implementar una agenda que destrabe algunos de los nudos que frenan a la economía, sin embargo, las fuerzas contrarias siguen con su agenda de hacer crecer un Estado ineficiente y capturado, en materias tan importantes como salud y pensiones.
En definitiva, mientras no logremos un acuerdo amplio sobre las causas de este estancamiento para luego poder enfrentarlas, seguiremos parados en el camino al desarrollo.
Caso audios, cuando la historia está escrita
John Müller
El sesgo de confirmación es la tendencia a dar mayor crédito a relatos que confirman nuestras creencias que a los que las contradicen. El caso Audios es un ejemplo. Una grabación donde el conspicuo abogado Luis Hermosilla y su colega Leonarda Villalobos hablan con crudeza con el empresario Daniel Sauer sobre actos de corrupción en empresas e instituciones y hasta admiten que podrían estar planeando delitos. El mayor problema no es que se establezca la verdad, sino que una gran mayoría cree de antemano que las cosas funcionan así . Chile es el tercer país de Iberoamérica con más desconfianza interpersonal, según un estudio de Ipsos de 2022, donde solo Brasil y Perú nos superaron. Otros, como el Estudio Longitudinal Social, también han detectado que la confianza está en crisis.
Del caso, los detalles fluyen con cuentagotas. La Fiscalía admitió que la cinta le llegó con anterioridad, pero aún no se ha aclarado qué les ayudó a identificar las voces. El escandaloso papel de Hermosilla ha pasado a un segundo plano. La preocupación por la validez de la grabación como prueba ha tenido, de momento, poco recorrido. Han aparecido testimonios que dan credibilidad a la hipótesis de que el audio es fruto de la ruptura de la sociedad empresarial entre Rodrigo Topelberg y los hermanos Daniel y Ariel Sauer.
Lo que va tomando consistencia es que el caso es un episodio más de una serie en que el problema es que las 'facturas ideológicamente falsas' se han generalizado. A la crisis de Factop, el factoring de los Sauer y Topelberg, se suman las irregularidades en Primus Capital. Y el golpe de gracia lo ha dado Hacienda con la revelación de un 'megafraude', con 55 detenidos que habrían causado un perjuicio de $250.000 millones al Fisco. El ministro Marcel afirmó que 3.300 empresas compraron facturas falsas.
Ahora lo que vemos es un duelo entre el sesgo de confirmación, a través de aquellos que creen que la historia está escrita y piden mano dura sin esperar a un fallo y solo aceptarían como válido un veredicto de culpabilidad, y el principio de Cui prodest, que invita a identificar a quién beneficia realmente tanto escándalo.
Aguilera, en medio del huracán
Sebastián Claro
No han sido fáciles estos 15 meses. La ministra Aguilera —reputada epidemióloga, con experiencia en el sector público y privado— aterrizó en Salud con dos objetivos primordiales: mejorar la atención del sistema público, rebajando las listas de espera, y liderar la reforma al sistema privado.
Los resultados están a la vista. Los indicadores de atención en el sistema público no solo no mejoran, sino que continúan deteriorándose. Se suma un problema de prioridades: para el Ejecutivo, la prioridad no está en mejorar el deficiente funcionamiento de los servicios públicos de salud, donde se atiende cerca del 85% de la población, sino en la reforma. Y en esto, el Gobierno —ilusionado con dejar una huella de su programa original— juega con fuego.
La llamada crisis de las isapres es un drama político y, de concretarse, un drama social. Mientras la Corte Suprema decide legislar sobre un asunto que es responsabilidad de otros poderes, el Gobierno —por conveniencia— simplemente calla, llevando el problema al límite. El Senado recoge el guante, y ante el evidente descalabro, llama a una comisión de expertos de diversas sensibilidades que, unánimemente, hace una propuesta, que es desatendida. La ministra, al reconocer en estas mismas páginas no haber leído en detalle las propuestas, lo dice todo, y deja en entredicho el llamado a los acuerdos en otras materias. Si en la reforma de las isapres existe un acuerdo transversal que el Gobierno desoye, ¿por qué habría de ser creíble su disposición en impuestos o pensiones?
El problema de las isapres no es solo de la industria aseguradora o de los prestadores, sino, ante todo, de la salud pública. Varios estudios dan cuenta del drama que significaría para muchos perder la continuidad de sus tratamientos y ponerse en la fila del sector público. Ese grito silencioso parece, hasta ahora, no remover ninguna consciencia en La Moneda.
Culpar a la ministra de todo es injusto. Aunque sea ella la responsable del área, el debate requiere de política al más alto nivel, lo que exige la concurrencia del liderazgo político y económico del Gobierno. Por ahora, su mayor responsabilidad deriva de estar poniendo el pecho a las balas en una disputa de la cual parece ser observadora.
Cultura: el incendio permanente
Elena Irarrázabal
Durante décadas, la cultura fue un espacio ligado, más bien, al mundo de la izquierda. Costaba encontrar, en think tanks de derecha, estudios u opiniones en temas culturales. Este desinterés e ignorancia —con excepciones, por cierto— ha sido un lastre para la derecha, miope para percibir la fuerza de la creatividad y las ideas, a diferencia de la izquierda.
De ahí que el gobierno del 'presidente lector' generara considerables expectativas por sus promesas y por el manejo cultural que, se supone, tenían sus equipos. Pero 2023 fue un annus particularmente horribilis para el Ministerio de las Culturas, que vivió paros, conflictos y una rotativa ministerial. Y si la presencia chilena en la Feria del Libro de Buenos Aires y en la próxima Bienal de Venecia encendió el debate, el incendio se desató con la renuncia a ser el país protagonista de la Feria de Frankfurt 2025.
Más tensiones trajeron el escándalo de las fundaciones —salió la subsecretaria de Cultura, Andrea Gutiérrez— y el intento de un 'relato' sobre los 50 años. La desesperación por la 'permisología' apuntó, además, a la anquilosada institucionalidad patrimonial: hoy el hallazgo de una botella de más de 50 años puede paralizar una obra. Voces transversales piden reactivar la tramitación de la nueva ley de Patrimonio, cuyo trámite suspendió el actual Gobierno.
Algunos asocian la crisis a la 'arquitectura' ministerial, con su burocracia, duplicidades y desigualdad entre las áreas creativas y patrimoniales. Pero también puede incidir cierto espíritu refundacional en el ministerio, donde en ocasiones se percibe una sobredosis de ideología y de iniciativas de nicho o ligadas a las minorías.
Un reimpulso en esta área requiere una eficiencia real y no solo verbal. Parece hora de salir del Olimpo de los 'escogidos', desterrar amiguismos y avanzar desde los 'territorios' fragmentados hacia una apertura que traiga aire fresco y vea a la cultura como real instancia de encuentro. Como decía Nicanor, 'Que el poeta no es un alquimista/ El poeta es un hombre como todos/ Un albañil que construye su muro:/ Un constructor de puertas y ventanas'.
Sucesos y lecciones del año educacional
José Joaquín Brunner
2023 fue pródigo en sucesos educacionales. Menciono algunos: crisis de los SLEP, violencia escolar, alteraciones socioemocionales entre estudiantes, resultados del último SIMCE que revelan los daños de la pandemia, PISA confirma que los aprendizajes están estancados desde hace una década, cambio de mando y equipos ministeriales buscando mejorar la conducción, reducida prioridad gubernamental a los problemas, un gremio que insiste en la interrupción de clases antes que en el aprendizaje de los alumnos y el desarrollo docente.
¿Qué lecciones de fondo deja este complicado año? Dos esenciales.
Primero, la necesidad de establecer acuerdos para el sector. El debate constitucional mostró que hay una base; un sistema de provisión pública mixta, con sólida garantía del derecho a la educación, autonomía de gestión de los colegios y pluralismo de opciones. También hemos aprendido que los cambios jurídico-administrativos no mejoran la calidad, equidad y efectividad. Debemos evitar discusiones ideológico-utópicas como aquella del 'cambio de paradigma' impulsada por un exministro. La complejidad del sistema no admite ese tipo de candorosos simplismos.
Segundo, se debe otorgar prioridad a medidas centradas en la pedagogía, el currículo, la evaluación, los profesores y la sala de clase. En el qué y el cómo. En las capacidades para desenvolverse, caracterizado por la pérdida de referentes fijos, la tecnologización y burocratización de la vida colectiva, el deterioro catastrófico del medio ambiente, desigualdades aberrantes, la explosión de expectativas y una infinita diversidad de opciones.
Como siempre, debemos aprender a conocer, ahora en medio de datos masivos, información abundante, conocimientos líquidos y escasa sabiduría. Es una tarea colosal. Pero es solo una parte de la educación requerida. Además, debemos enseñar y aprender a hacer, a convivir y a ser, según una ya clásica definición. Y a esto se agregan dos desafíos adicionales: aprender a ser digitales y aprender a trascender, que significa ir más allá de lo dado, pensar a contramano, críticamente, sin limitarse a lo fáctico, sin negar lo desconocido.
La voz de la Iglesia
Francisca Alessandri
Pese a ocurrir el día antes del plebiscito, la toma de posesión de Fernando Chomali como arzobispo de Santiago no pasó inadvertida. Una Catedral repleta participó en la misa en cuya homilía, con su estilo directo habitual, no esquivó temas, prefiriendo improvisar para no parecer 'acartonado'. Resulta contradictorio que este gran comunicador pudo haber sido rechazado en el seminario por su grave tartamudez, episodio que suele destacar como lección de vida.
Hoy no hay signos de esa dificultad. Por el contrario, su fluidez argumentativa y capacidad de comunicar sin estereotipos anticipan que recurrirá a esos y otros medios en su nueva misión.
En sus 12 años en la arquidiócesis de Concepción demostró sus prioridades: los más vulnerables porque, como ha dicho, 'el talante de una sociedad se mide en su capacidad de hacerse cargo de los más débiles', los jóvenes y niños, así como las mujeres, a las que incorporó en diversas instancias.
El arzobispo llega en tiempos marcados por la acción violenta de grupos que han tenido y tienen entre sus objetivos la destrucción de templos, cuyas huellas aún se observan en fachadas vandalizadas, y donde la desconfianza hacia las instituciones ha golpeado con fuerza a la Iglesia Católica, afectada por las heridas provocadas por los abusos sexuales. Por ello resulta complejo recuperar la voz que tradicionalmente ha tenido la Iglesia en el debate, resistiendo a la creciente presión por reducir la práctica religiosa al ámbito privado.
Si bien la sociedad chilena sigue siendo mayoritariamente católica, la desafección campea entre los jóvenes, que prefieren 'creer sin pertenecer', lo que se manifiesta en una marcada disminución en la asistencia a misa y a los sacramentos en general, manteniéndose sin embargo la creencia en Dios y un fervor popular expresado, principalmente, en las festividades marianas. Ello da cuenta de un anhelo de espiritualidad de una sociedad cada vez más golpeada por la violencia, la tristeza y la soledad.
Esta época sinodal de la Iglesia presenta la oportunidad para abrir las puertas a los laicos, reconocer los errores del pasado, convocar y reforzar el mensaje esperanzador propio del mundo cristiano, misión que el nuevo arzobispo ha asumido con entusiasmo.
Hacia un nuevo ciclo virtuoso
Eugenio Tironi
Tras la derrota del A Favor, en la derecha han surgido voces, aún tímidas, llamando a una autocrítica. Habría varios temas que abordar. El primero es la narrativa que guio la campaña frente al plebiscito. Se abocó a presentarnos el estallido como una conspiración que destruyó el 'oasis' de seguridad y progreso en el que vivíamos hasta ese fatídico 18 de octubre. Nos quiso convencer de que todo fue un complot de los 'octubristas', en lugar de buscar entender cómo fue que desde nuestras entrañas nació ese monstruo que estuvo a punto de quebrar nuestra convivencia democrática.
Esta actitud me recuerda la negación de los partidarios de Allende tras el Golpe. Reclamábamos que la vida era un fiesta, que el 11 había sido el fruto de una conjura orquestada por la CIA y la derecha, que nuestra responsabilidad fue no haberlo advertido y resistido. Lo mismo ahora: todo andaba bien, hasta que un pequeño grupo desató la violencia y la oposición la avaló. Sobre quienes entonces ocupaban La Moneda, ni una palabra.
Esta reacción es propia de toda herida narcisista. Superarla es duro, pero gran parte de la izquierda lo hizo y esto permitió la transición. Ahora es el turno de la derecha. Sin un genuino esfuerzo por asumir esa erupción volcánica de 2019, será difícil que nuestra vida democrática recupere un curso virtuoso.
La narrativa auto-exculpatoria es la expresión más profunda de la hegemonía cultural de Kast y los republicanos. Si no se sacude de ella, la derecha tradicional corre el riesgo de seguir la suerte del Partido Republicano de los EE.UU., secuestrado por Trump.
¿Cómo hacerlo? Tomando distancia de la obsesión de los republicanos por aniquilar la plataforma de centroizquierda que está naciendo bajo el liderazgo de Gabriel Boric. No queda entonces más que prepararse para convivir y dar inicio a un nuevo ciclo virtuoso como el inaugurado en 1990, en base a un régimen de alternancia. Esto implica que las grandes corrientes políticas concuerden con claridad cuáles son los campos y períodos de competencia y confrontación, y cuales los de convergencia y cooperación. Esto último es lo que se hizo con bastante éxito en seguridad. ¿Por qué no replicarlo en crecimiento económico, salud, vivienda, pensiones y una reforma exprés al sistema político?
Los cuatro mosqueteros de los Panamericanos
Pablo Dittborn
2023 fue un año que tuvo un inicio particularmente político. El 6 de marzo se constituyó la Comisión Experta y el 7 de mayo se realizaría la elección de Consejeros. Parecía que esa iba a ser la tónica durante todo el año, puesto que recién en diciembre se resolvería sobre el texto constitucional.
Felizmente había uno fuera del ámbito de la política, que, aun partiendo con muchos problemas administrativos, de conducción y de infraestructura, lograría superar a todos en atención, preocupación y entusiasmo. Eran los 19º Juegos Panamericanos, que por primera vez tenían a Santiago como sede.
Los que tuvimos la oportunidad de asistir a algunos de los eventos, y entiendo que fuimos muchísimas personas, pudimos constatar que el nivel de organización y participación fue extraordinariamente bueno. El comportamiento del público, ojalá se repitiera en los eventos deportivos locales, ya que no hubo ningún incidente desagradable ni que lamentar. Al parecer nos preocupa cuando nos miran desde fuera. Ojo, que siempre nos está mirando.
El nombramiento de Neven Ilic como presidente de Panam Sport, la participación destacable de Miguel Ángel Mujica en su rol de presidente del Comité Olímpico Nacional y lo digo sin pudor, la excelente y sacrificada labor de Harold Mayne-Nicholls, quien se embarcó en esta misión cuando la situación era extremadamente frágil y difícil de remontar, fue encomiable. Sin duda que jugó un rol preponderante también el ministro Jaime Pizarro, a quien el Gobierno le encomendó sacar adelante este maravilloso espectáculo y lo logró de gran forma. Al parecer, una vez más en nuestro país se confirma la idea de que en lo relativo a organización de eventos deportivos de clase mundial, los tres mosqueteros son cuatro. Felicitaciones y agradecimientos a todos y cada uno de los atletas participantes, tanto nacionales como extranjeros y a los voluntarios.
Que no se nos vayan los humos a la cabeza producto del entusiasmo y estemos con la idea de encarar eventos que exceden nuestras posibilidades. Un Mundial de Atletismo podría estar de acuerdo con nuestras posibilidades.
Las externalidades positivas posteriores a estos eventos deportivos son inmensas. Gracias por haberlo realizado acá.
Nex Prensa Escrita
12 temas y personajes del año, en la mirada de 12 columnistas
En un año nuevamente marcado por el debate constitucional, las crisis en diversas áreas —como la seguridad, la educación pública y el sistema de salud— concentraron buena parte de la pauta noticiosa, en que los casos de irregularidades también incidieron con fuerza.
Chile, entre terapia y volteretas
Gerardo Varela
El Presidente está en terapia y tiene buenas razones para estarlo. En lo personal, su debilidad por una vida licenciosa debe contenerse para cumplir con sus obligaciones; su amor de varios años llegó a su fin; sus amigos de aventura más cercanos eran incompetentes o corruptos; la que le queda, nunca da la cara cuando hay problemas y es más leal a su partido que a su Presidente; y finalmente está en un cargo para el cual no tiene las competencias, preparación ni experiencia y se ve obligado a tomar decisiones diariamente sobre cuestiones complejas de las que no sabe o no entiende, pero que tienen efectos reales sobre personas de carne y hueso. Es como si todos los días usted tuviera que decidir sobre tratamientos médicos de vida o muerte sin nunca haber pasado por una escuela de medicina: estaría apanicado y con terapia.
Nuestro país está igual. Quiere prosperidad, pero trabajando poco. Quiere trabajo, pero ahuyenta a las empresas. Quiere salud y educación de calidad, pero sin pagar por ellas. Quiere seguridad, pero se dedicó a atacar a Carabineros. Quiere buenas pensiones, pero aplaudía los retiros y se gastaba los ahorros para la vejez. Quiere solidaridad, pero con la plata de los demás. Y quería una nueva Constitución, pero la rechazó dos veces. Chile está adolescente: tiene ínfulas de deportista de élite, pero fuma y carretea como púber. Prefiere quedarse como eterna promesa más que pasar por el calvario del esfuerzo y el sacrificio que corona con el éxito. Jorge Quiroz, en su columna del domingo pasado, lo definió muy bien: padecemos de bovarismo (en honor a Madame Bovary), un delirio onírico que nos hace fantasear con un mundo perfecto frente al cual la realidad de nuestra existencia nos deprime.
Este año termina con un evidente fracaso político y económico. Pero sí es el año de las mujeres destacadas. Por el lado bueno, Beatriz Hevia, Verónica Undurraga, Evelyn Matthei y Rosana Costa. Y por el malo, Camila Polizzi, Catalina Pérez y Karina Oliva. Nuestro gobierno queda al debe y nuestra oposición también, porque sabe lo que no quiere, pero no es capaz de consensuar en un sueño de país para sus electores. En fin, después de destruir medio país, tratar de botar un gobierno democrático y gastar 320 millones de dólares, llegamos donde mismo. La verdad es que estamos como en Hollywood, donde alguien decía que todos tienen un terapeuta para que nadie piense que están locos. Los países tienen los presidentes que se merecen y Chile se ha transformado en el campeón de las volteretas y claramente requerimos terapia.
Boric y la novela de Chile
Carlos Peña
No hay nada que revele de manera más elocuente el carácter de una persona, o de un político, que su relación con el pasado. Hay quienes desvían la mirada de los días transcurridos como temiendo ver algo que preferirían olvidar; otros se detienen en él buscando lecciones acerca de lo que no hay que hacer; y hay quienes ven en el pasado una utopía escondida, una imagen que ilumina los días que le han tocado en suerte y que, por alguna razón, le parecen sombríos.
¿A cuál de esos tipos pertenece el Presidente Gabriel Boric si se atiende a la conmemoración de los cincuenta años del Golpe?
Para saberlo puede ser útil distinguir entre recuerdo e historia.
Mientras el contenido del recuerdo es algo que ocurrió durante la propia peripecia vital, el de la historia es algo ajeno o externo a la propia subjetividad inmediata. La diferencia es fundamental: el recuerdo nunca puede falsearse a sí mismo, puesto que, como observa Sartre, la conciencia (salvo que sea de mala fe) es un testigo insobornable de sí misma y quien altera sus recuerdos siempre se sabe, para sus adentros, falsario. La situación con la historia es distinta. Al ser ella externa, está tejida y coloreada de olvidos, impresiones y de anhelos que borran esto o agregan lo otro al compás de los desafíos del presente.
Como todos los de su generación, el Presidente no vivió el Golpe de hace cincuenta años. Los acontecimientos de entonces no son para él un recuerdo, sino que son historia.
¿Qué significa eso para el Presidente y la generación que lo acompaña?
Para un espíritu redentor como el suyo, anhelante de heroísmos y deseoso de desempeños notables, la historia cumple el papel que, según observa Marx, ella asume en momentos que quieren ser revolucionarios. Se transforma en un reservorio de ejemplos, consignas, trajes y envoltorios con los que se quiere iluminar a un presente que se antoja sombrío y al que se quiere colorear para que así, y de manera indirecta, la propia figura logre resplandecer. La historia es vista entonces como un muestrario de ejemplos notables a los que se quiere imitar, borrando de ellos todos los aspectos tristes y erróneos.
En ese sentido —y el caso de la conmemoración del Golpe es un ejemplo flagrante—, para las nuevas generaciones la historia se parece a lo que Freud describió como la novela familiar del neurótico. Freud llamó así al hecho de que los seres humanos, especialmente en las primeras etapas de la vida, suelen imaginar para sí padres encumbrados, carentes de defectos, limando de esa forma todos los aspectos ásperos e inaceptables que ellos poseían. En la novela familiar el pasado se transforma en hagiografía y cualquier reflexión crítica se antoja traición y abandono de los viejos ideales.
Y eso fue lo que ocurrió en la celebración de los cincuenta años.
El médico delantero
Isabel Plá
Manuel Monsalve es pausado e imperturbable. Nada, ni la crisis más encendida (y vaya que las ha enfrentado), lo saca de sus casillas.
Debutó en un papel estelar como subsecretario del Interior al séptimo día de gobierno, clavando la primera bandera que distinguiría luego al socialismo de toda la vida, del Frente Amplio y el PC.
A las 8 a.m. respondía en una radio que 'hay presos por causas penales que están tipificadas… No son presos políticos'. Quince minutos después, en otra radio, el entonces ministro Jackson se daba una enredada vuelta para sostener que las prisiones preventivas a imputados mapuches podrían entenderse 'muchas veces' como 'prisión política'.
Monsalve sabe que la izquierda tiene un déficit de credibilidad en la batalla contra la violencia y la delincuencia. Lidia desde el día uno con lo obvio: una impronta ideológica que históricamente ha visto represión en el orden público, desconfianza en las policías y desigualdad en el origen de la criminalidad.
Entiende, entonces, que cuando la inseguridad es la principal preocupación de los chilenos —doblando en las encuestas al siguiente problema, la economía—, la tarea no es solo una cuestión de leyes y gestión, sino eminentemente política.
Y que, en lo posible, debe adelantarse.
Si la ministra Vallejo dice que es difícil enfrentar 'una sensación', deslizando que el temor sería un fenómeno de la imaginación colectiva, Monsalve asegura que 'un gobierno no puede permitir que sus ciudadanos vivan con miedo'. Mientras la vocera marca que lo de Castillo, el indultado, es un 'presunto secuestro' y que la querella vendrá solo si se confirma, el segundo del Interior ya le ha dicho a Chile una hora antes que 'sería un delito de secuestro' y ha interpuesto una querella.
Y cuando la ministra Tohá fustiga a la oposición por la ausencia de exautoridades del gobierno anterior en una reunión, su subsecretario lleva ya varias semanas trabajando en reserva una agenda con ellas.
Son estilos —y tal vez convicciones— distintos. No sabemos si el Gobierno lo aprecia en toda su magnitud, pero le viene bien que frente a las cámaras este médico PS les susurre al oído a millones de chilenos que entiende su miedo; que sabe quiénes son las víctimas y quiénes los malos y que contra ellos no se permitirá ni un ápice de piedad progresista.
No en vano Manuel Monsalve se disputa desde el principio los primeros lugares de aprobación.
Las fundaciones, los Jackson, los Montes…
Francisco Covarrubias
Si hay algo que ha marcado el año que se nos va es el caso Convenios. El asunto 'líos de plata'. El esquema de 'fundaciones callampas'.
En 2023, el país se enteró de la multiplicidad de organizaciones 'sin fines de lucro', pero cuyo lucro encubierto se hacía a costa de los más pobres. Muchas nacidas en el inicio del actual gobierno, casi todas sin experiencia, muchas sin giro para adjudicarse todo lo que se adjudicaron. Todas con muchas afinidades políticas con el Gobierno. Y que además formaron parte de campañas políticas por el Apruebo fuera del sistema permitido.
Amigos, parejas, exjefes, exempleados, sexo, lencería y conversatorios. Muchos conversatorios.
La confianza del Gobierno de que la punta del iceberg no era más que un pequeño pedazo de hielo flotante, lo llevó a enarbolar la tesis del 'descriterio político'. Pero la estrategia cayó por los aires rápidamente y sumió al Frente Amplio, al Gobierno y al propio Presidente en un desangre lento, que fue carcomiendo su patrimonio de superioridad moral del que hacían gala. Ello explica que, al portaestandarte de esa tesis, el exministro Giorgio Jackson, le significara la salida del gabinete.
Sin pruebas, sin antecedentes, pero con muchas cuentas por pagar, hizo que la permanencia de Jackson fuera simplemente insostenible…Pero la salida no fue suficiente. Y mientras más antecedentes se conocieron, menos claro fue todo. ¿Cuándo se supo?, ¿cuál fue el diseño?, ¿quiénes participaron? Son dudas que siguen vigentes.
Si hay una cosa clara es que el caso es equivalente a la suma del MOP-Gate que debió enfrentar Lagos y el caso Caval que debió enfrentar Bachelet. Tiene la corrupción de uno y los conflictos de interés del otro. Con el agregado de que todo el sistema defraudatorio corresponde a platas destinadas a los más pobres.
Mientras tanto, en el balance del Ministerio de la Vivienda subía y subía el ítem de asignaciones directas, sin que el ministro Montes se preguntara qué había detrás.
Las fundaciones de papel crecieron sin que se diera cuenta, habiendo él creado las condiciones para que ello ocurriera y permitiendo que los inescrupulosos pulularan. Y si bien no amerita probablemente una acusación constitucional, amerita que el propio Montes sea medido con la vara con la que acusó a diversos ministros de Piñera. Solo una fracción de eso sería razón más que suficiente para dar un paso al costado.
2023: Parados en el camino
Cecilia Cifuentes
Chile es clasificado como un país 'en vías de desarrollo'. Entonces habría que decir que durante el año 2023 estuvimos totalmente detenidos en ese camino. Si además lo miramos con algo de perspectiva, y aislamos el ciclo contractivo y luego fuertemente expansivo que trajo la pandemia, lo cierto es que cumplimos una década de estancamiento, con un crecimiento promedio del PIB de 1,9% por año, no tan distinto del crecimiento poblacional. Este estancamiento es liderado por la inversión, que solo creció 0,5% promedio anual, lo que explica que se creen menos de 60 mil empleos asalariados privados promedio por año. Por otra parte, el consumo de las familias, que crecía a una tasa de 5% anual en las dos décadas anteriores, entre 2013 y 2023 creció a la mitad. Lo único que se incrementó a un buen ritmo en ese período fue el consumo de gobierno, un 4% por año.
El Gobierno se ha mostrado relativamente satisfecho con el crecimiento de 0% estimado para 2023, porque se habría evitado la caída de 0,5% que se esperaba. Es interesante constatar que la proyección de crecimiento mundial también fue medio punto más de lo estimado hace un año, por lo que es probable que ese resultado un poco mejor se explique por el contexto mundial, y no por las políticas internas.
¿Y que esperar para 2024? La reducción de tasas de interés consistente con la menor inflación permitirá una recuperación, para lograr crecer al ritmo de tendencia de 1,9% o un poco más. En el intertanto, el Gobierno debería intentar revertir el daño que las políticas públicas promovidas por ellos mismos le han hecho a la economía. ¿Lo lograrán? Parece difícil, primero porque solo una parte del oficialismo, liderada por los ministros de Hacienda y Economía, se ha convencido de la importancia del crecimiento en el bienestar de la sociedad, e intentan implementar una agenda que destrabe algunos de los nudos que frenan a la economía, sin embargo, las fuerzas contrarias siguen con su agenda de hacer crecer un Estado ineficiente y capturado, en materias tan importantes como salud y pensiones.
En definitiva, mientras no logremos un acuerdo amplio sobre las causas de este estancamiento para luego poder enfrentarlas, seguiremos parados en el camino al desarrollo.
Caso audios, cuando la historia está escrita
John Müller
El sesgo de confirmación es la tendencia a dar mayor crédito a relatos que confirman nuestras creencias que a los que las contradicen. El caso Audios es un ejemplo. Una grabación donde el conspicuo abogado Luis Hermosilla y su colega Leonarda Villalobos hablan con crudeza con el empresario Daniel Sauer sobre actos de corrupción en empresas e instituciones y hasta admiten que podrían estar planeando delitos. El mayor problema no es que se establezca la verdad, sino que una gran mayoría cree de antemano que las cosas funcionan así . Chile es el tercer país de Iberoamérica con más desconfianza interpersonal, según un estudio de Ipsos de 2022, donde solo Brasil y Perú nos superaron. Otros, como el Estudio Longitudinal Social, también han detectado que la confianza está en crisis.
Del caso, los detalles fluyen con cuentagotas. La Fiscalía admitió que la cinta le llegó con anterioridad, pero aún no se ha aclarado qué les ayudó a identificar las voces. El escandaloso papel de Hermosilla ha pasado a un segundo plano. La preocupación por la validez de la grabación como prueba ha tenido, de momento, poco recorrido. Han aparecido testimonios que dan credibilidad a la hipótesis de que el audio es fruto de la ruptura de la sociedad empresarial entre Rodrigo Topelberg y los hermanos Daniel y Ariel Sauer.
Lo que va tomando consistencia es que el caso es un episodio más de una serie en que el problema es que las 'facturas ideológicamente falsas' se han generalizado. A la crisis de Factop, el factoring de los Sauer y Topelberg, se suman las irregularidades en Primus Capital. Y el golpe de gracia lo ha dado Hacienda con la revelación de un 'megafraude', con 55 detenidos que habrían causado un perjuicio de $250.000 millones al Fisco. El ministro Marcel afirmó que 3.300 empresas compraron facturas falsas.
Ahora lo que vemos es un duelo entre el sesgo de confirmación, a través de aquellos que creen que la historia está escrita y piden mano dura sin esperar a un fallo y solo aceptarían como válido un veredicto de culpabilidad, y el principio de Cui prodest, que invita a identificar a quién beneficia realmente tanto escándalo.
Aguilera, en medio del huracán
Sebastián Claro
No han sido fáciles estos 15 meses. La ministra Aguilera —reputada epidemióloga, con experiencia en el sector público y privado— aterrizó en Salud con dos objetivos primordiales: mejorar la atención del sistema público, rebajando las listas de espera, y liderar la reforma al sistema privado.
Los resultados están a la vista. Los indicadores de atención en el sistema público no solo no mejoran, sino que continúan deteriorándose. Se suma un problema de prioridades: para el Ejecutivo, la prioridad no está en mejorar el deficiente funcionamiento de los servicios públicos de salud, donde se atiende cerca del 85% de la población, sino en la reforma. Y en esto, el Gobierno —ilusionado con dejar una huella de su programa original— juega con fuego.
La llamada crisis de las isapres es un drama político y, de concretarse, un drama social. Mientras la Corte Suprema decide legislar sobre un asunto que es responsabilidad de otros poderes, el Gobierno —por conveniencia— simplemente calla, llevando el problema al límite. El Senado recoge el guante, y ante el evidente descalabro, llama a una comisión de expertos de diversas sensibilidades que, unánimemente, hace una propuesta, que es desatendida. La ministra, al reconocer en estas mismas páginas no haber leído en detalle las propuestas, lo dice todo, y deja en entredicho el llamado a los acuerdos en otras materias. Si en la reforma de las isapres existe un acuerdo transversal que el Gobierno desoye, ¿por qué habría de ser creíble su disposición en impuestos o pensiones?
El problema de las isapres no es solo de la industria aseguradora o de los prestadores, sino, ante todo, de la salud pública. Varios estudios dan cuenta del drama que significaría para muchos perder la continuidad de sus tratamientos y ponerse en la fila del sector público. Ese grito silencioso parece, hasta ahora, no remover ninguna consciencia en La Moneda.
Culpar a la ministra de todo es injusto. Aunque sea ella la responsable del área, el debate requiere de política al más alto nivel, lo que exige la concurrencia del liderazgo político y económico del Gobierno. Por ahora, su mayor responsabilidad deriva de estar poniendo el pecho a las balas en una disputa de la cual parece ser observadora.
Cultura: el incendio permanente
Elena Irarrázabal
Durante décadas, la cultura fue un espacio ligado, más bien, al mundo de la izquierda. Costaba encontrar, en think tanks de derecha, estudios u opiniones en temas culturales. Este desinterés e ignorancia —con excepciones, por cierto— ha sido un lastre para la derecha, miope para percibir la fuerza de la creatividad y las ideas, a diferencia de la izquierda.
De ahí que el gobierno del 'presidente lector' generara considerables expectativas por sus promesas y por el manejo cultural que, se supone, tenían sus equipos. Pero 2023 fue un annus particularmente horribilis para el Ministerio de las Culturas, que vivió paros, conflictos y una rotativa ministerial. Y si la presencia chilena en la Feria del Libro de Buenos Aires y en la próxima Bienal de Venecia encendió el debate, el incendio se desató con la renuncia a ser el país protagonista de la Feria de Frankfurt 2025.
Más tensiones trajeron el escándalo de las fundaciones —salió la subsecretaria de Cultura, Andrea Gutiérrez— y el intento de un 'relato' sobre los 50 años. La desesperación por la 'permisología' apuntó, además, a la anquilosada institucionalidad patrimonial: hoy el hallazgo de una botella de más de 50 años puede paralizar una obra. Voces transversales piden reactivar la tramitación de la nueva ley de Patrimonio, cuyo trámite suspendió el actual Gobierno.
Algunos asocian la crisis a la 'arquitectura' ministerial, con su burocracia, duplicidades y desigualdad entre las áreas creativas y patrimoniales. Pero también puede incidir cierto espíritu refundacional en el ministerio, donde en ocasiones se percibe una sobredosis de ideología y de iniciativas de nicho o ligadas a las minorías.
Un reimpulso en esta área requiere una eficiencia real y no solo verbal. Parece hora de salir del Olimpo de los 'escogidos', desterrar amiguismos y avanzar desde los 'territorios' fragmentados hacia una apertura que traiga aire fresco y vea a la cultura como real instancia de encuentro. Como decía Nicanor, 'Que el poeta no es un alquimista/ El poeta es un hombre como todos/ Un albañil que construye su muro:/ Un constructor de puertas y ventanas'.
Sucesos y lecciones del año educacional
José Joaquín Brunner
2023 fue pródigo en sucesos educacionales. Menciono algunos: crisis de los SLEP, violencia escolar, alteraciones socioemocionales entre estudiantes, resultados del último SIMCE que revelan los daños de la pandemia, PISA confirma que los aprendizajes están estancados desde hace una década, cambio de mando y equipos ministeriales buscando mejorar la conducción, reducida prioridad gubernamental a los problemas, un gremio que insiste en la interrupción de clases antes que en el aprendizaje de los alumnos y el desarrollo docente.
¿Qué lecciones de fondo deja este complicado año? Dos esenciales.
Primero, la necesidad de establecer acuerdos para el sector. El debate constitucional mostró que hay una base; un sistema de provisión pública mixta, con sólida garantía del derecho a la educación, autonomía de gestión de los colegios y pluralismo de opciones. También hemos aprendido que los cambios jurídico-administrativos no mejoran la calidad, equidad y efectividad. Debemos evitar discusiones ideológico-utópicas como aquella del 'cambio de paradigma' impulsada por un exministro. La complejidad del sistema no admite ese tipo de candorosos simplismos.
Segundo, se debe otorgar prioridad a medidas centradas en la pedagogía, el currículo, la evaluación, los profesores y la sala de clase. En el qué y el cómo. En las capacidades para desenvolverse, caracterizado por la pérdida de referentes fijos, la tecnologización y burocratización de la vida colectiva, el deterioro catastrófico del medio ambiente, desigualdades aberrantes, la explosión de expectativas y una infinita diversidad de opciones.
Como siempre, debemos aprender a conocer, ahora en medio de datos masivos, información abundante, conocimientos líquidos y escasa sabiduría. Es una tarea colosal. Pero es solo una parte de la educación requerida. Además, debemos enseñar y aprender a hacer, a convivir y a ser, según una ya clásica definición. Y a esto se agregan dos desafíos adicionales: aprender a ser digitales y aprender a trascender, que significa ir más allá de lo dado, pensar a contramano, críticamente, sin limitarse a lo fáctico, sin negar lo desconocido.
La voz de la Iglesia
Francisca Alessandri
Pese a ocurrir el día antes del plebiscito, la toma de posesión de Fernando Chomali como arzobispo de Santiago no pasó inadvertida. Una Catedral repleta participó en la misa en cuya homilía, con su estilo directo habitual, no esquivó temas, prefiriendo improvisar para no parecer 'acartonado'. Resulta contradictorio que este gran comunicador pudo haber sido rechazado en el seminario por su grave tartamudez, episodio que suele destacar como lección de vida.
Hoy no hay signos de esa dificultad. Por el contrario, su fluidez argumentativa y capacidad de comunicar sin estereotipos anticipan que recurrirá a esos y otros medios en su nueva misión.
En sus 12 años en la arquidiócesis de Concepción demostró sus prioridades: los más vulnerables porque, como ha dicho, 'el talante de una sociedad se mide en su capacidad de hacerse cargo de los más débiles', los jóvenes y niños, así como las mujeres, a las que incorporó en diversas instancias.
El arzobispo llega en tiempos marcados por la acción violenta de grupos que han tenido y tienen entre sus objetivos la destrucción de templos, cuyas huellas aún se observan en fachadas vandalizadas, y donde la desconfianza hacia las instituciones ha golpeado con fuerza a la Iglesia Católica, afectada por las heridas provocadas por los abusos sexuales. Por ello resulta complejo recuperar la voz que tradicionalmente ha tenido la Iglesia en el debate, resistiendo a la creciente presión por reducir la práctica religiosa al ámbito privado.
Si bien la sociedad chilena sigue siendo mayoritariamente católica, la desafección campea entre los jóvenes, que prefieren 'creer sin pertenecer', lo que se manifiesta en una marcada disminución en la asistencia a misa y a los sacramentos en general, manteniéndose sin embargo la creencia en Dios y un fervor popular expresado, principalmente, en las festividades marianas. Ello da cuenta de un anhelo de espiritualidad de una sociedad cada vez más golpeada por la violencia, la tristeza y la soledad.
Esta época sinodal de la Iglesia presenta la oportunidad para abrir las puertas a los laicos, reconocer los errores del pasado, convocar y reforzar el mensaje esperanzador propio del mundo cristiano, misión que el nuevo arzobispo ha asumido con entusiasmo.
Hacia un nuevo ciclo virtuoso
Eugenio Tironi
Tras la derrota del A Favor, en la derecha han surgido voces, aún tímidas, llamando a una autocrítica. Habría varios temas que abordar. El primero es la narrativa que guio la campaña frente al plebiscito. Se abocó a presentarnos el estallido como una conspiración que destruyó el 'oasis' de seguridad y progreso en el que vivíamos hasta ese fatídico 18 de octubre. Nos quiso convencer de que todo fue un complot de los 'octubristas', en lugar de buscar entender cómo fue que desde nuestras entrañas nació ese monstruo que estuvo a punto de quebrar nuestra convivencia democrática.
Esta actitud me recuerda la negación de los partidarios de Allende tras el Golpe. Reclamábamos que la vida era un fiesta, que el 11 había sido el fruto de una conjura orquestada por la CIA y la derecha, que nuestra responsabilidad fue no haberlo advertido y resistido. Lo mismo ahora: todo andaba bien, hasta que un pequeño grupo desató la violencia y la oposición la avaló. Sobre quienes entonces ocupaban La Moneda, ni una palabra.
Esta reacción es propia de toda herida narcisista. Superarla es duro, pero gran parte de la izquierda lo hizo y esto permitió la transición. Ahora es el turno de la derecha. Sin un genuino esfuerzo por asumir esa erupción volcánica de 2019, será difícil que nuestra vida democrática recupere un curso virtuoso.
La narrativa auto-exculpatoria es la expresión más profunda de la hegemonía cultural de Kast y los republicanos. Si no se sacude de ella, la derecha tradicional corre el riesgo de seguir la suerte del Partido Republicano de los EE.UU., secuestrado por Trump.
¿Cómo hacerlo? Tomando distancia de la obsesión de los republicanos por aniquilar la plataforma de centroizquierda que está naciendo bajo el liderazgo de Gabriel Boric. No queda entonces más que prepararse para convivir y dar inicio a un nuevo ciclo virtuoso como el inaugurado en 1990, en base a un régimen de alternancia. Esto implica que las grandes corrientes políticas concuerden con claridad cuáles son los campos y períodos de competencia y confrontación, y cuales los de convergencia y cooperación. Esto último es lo que se hizo con bastante éxito en seguridad. ¿Por qué no replicarlo en crecimiento económico, salud, vivienda, pensiones y una reforma exprés al sistema político?
Los cuatro mosqueteros de los Panamericanos
Pablo Dittborn
2023 fue un año que tuvo un inicio particularmente político. El 6 de marzo se constituyó la Comisión Experta y el 7 de mayo se realizaría la elección de Consejeros. Parecía que esa iba a ser la tónica durante todo el año, puesto que recién en diciembre se resolvería sobre el texto constitucional.
Felizmente había uno fuera del ámbito de la política, que, aun partiendo con muchos problemas administrativos, de conducción y de infraestructura, lograría superar a todos en atención, preocupación y entusiasmo. Eran los 19º Juegos Panamericanos, que por primera vez tenían a Santiago como sede.
Los que tuvimos la oportunidad de asistir a algunos de los eventos, y entiendo que fuimos muchísimas personas, pudimos constatar que el nivel de organización y participación fue extraordinariamente bueno. El comportamiento del público, ojalá se repitiera en los eventos deportivos locales, ya que no hubo ningún incidente desagradable ni que lamentar. Al parecer nos preocupa cuando nos miran desde fuera. Ojo, que siempre nos está mirando.
El nombramiento de Neven Ilic como presidente de Panam Sport, la participación destacable de Miguel Ángel Mujica en su rol de presidente del Comité Olímpico Nacional y lo digo sin pudor, la excelente y sacrificada labor de Harold Mayne-Nicholls, quien se embarcó en esta misión cuando la situación era extremadamente frágil y difícil de remontar, fue encomiable. Sin duda que jugó un rol preponderante también el ministro Jaime Pizarro, a quien el Gobierno le encomendó sacar adelante este maravilloso espectáculo y lo logró de gran forma. Al parecer, una vez más en nuestro país se confirma la idea de que en lo relativo a organización de eventos deportivos de clase mundial, los tres mosqueteros son cuatro. Felicitaciones y agradecimientos a todos y cada uno de los atletas participantes, tanto nacionales como extranjeros y a los voluntarios.
Que no se nos vayan los humos a la cabeza producto del entusiasmo y estemos con la idea de encarar eventos que exceden nuestras posibilidades. Un Mundial de Atletismo podría estar de acuerdo con nuestras posibilidades.
Las externalidades positivas posteriores a estos eventos deportivos son inmensas. Gracias por haberlo realizado acá.
Pais: Chile
|
Región: Metropolitana de Santiago
|
Fecha: 2023-12-31
|
Tipo: Prensa Escrita
|
Página(s): D4-D5
|
Sección: Reportajes
|
Centimetraje: 53x54
|