Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2024-02-13
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): C4
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Sección: Nacional
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Centimetraje: 25x28
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Pie de Imagen
Impacto Las imágenes del satélite Landsat detallan la zona el día 20 de diciembre pasado y el 5 de febrero, mostrando la “cicatriz de fuego”.
Técnica Las imágenes de la zona tras el incendio tomadas por el satélite Copernicus fueron superpuestas a catastros de tipo de suelo realizados por la Conaf. PUCV
Megaincendio dañó, además, el 90% del santuario natural palmar El Salto:
Satélite revela que fuego en Viña del Mar y Quilpué quemó 4.300 hectáreas de bosque nativo
Fundación Terram obtuvo cifras cruzando bases de datos de Conaf con imágenes de la zona de la catástrofe captadas desde el espacio.
Las imágenes del satélite Copernicus superpuestas a mapas vegetacionales de Conaf arrojan que 4.286 hectáreas de bosque nativo fueron consumidas en los incendios registrados a partir del viernes 2 de febrero en la Reserva Nacional Lago Peñuelas, provincia de Valparaíso, y en el sector de Lo Moscoso, Marga-Marga. Ello incluye el 90% de la superficie del palmar El Salto, declarado Santuario Natural.
Las cifras las obtuvo la fundación Terram al superponer imágenes de la zona de la catástrofe captadas desde el espacio por el citado Observatorio de la Tierra Copernicus, de la Unión Europea, con el Catastro de Usos de la Tierra y Recursos Vegetacionales que la Corporación Nacional Forestal obtuvo en 2019. El estudio arrojó que el total de la superficie arrasada alcanzó las 9.514 ha, de las que el 45% es bosque nativo.
El 55% de la restante superficie quemada se desglosa en 2.568 ha de praderas y matorrales (26%), 1.904 ha de plantaciones forestales (20%) y 202 ha de bosque mixto (2,1%), mientras que un último 7% corresponde a otros usos de suelo que consideró no relevantes en su análisis.
El estudio también arrojó que se quemaron 330 hectáreas de relictos de bosque (es decir, de remanentes) y vegetación nativa que habían sido incorporados al interior de las ciudades de Quilpué y Viña del Mar, o estaban a menos de 500 metros de los límites de su expansión urbana. Ello corresponde al 18,2% de las 1.808 ha que suman esos parches de vegetación nativa urbana o periurbana.
Estas diversas formaciones vegetacionales nativas quemadas se encontraban relegadas a quebradas húmedas y a ciertas laderas aún no urbanizadas, a raíz del crecimiento desregulado e informal de la ciudad, que de forma paulatina empuja esos frágiles reductos de vegetación nativa remanente a quebradas difíciles de habitar o edificar.
La directora de Terram, Flavia Liberona, lamentó el impacto del fuego y comentó que “cada fragmento de vegetación nativa que se conserve dentro de las ciudades, y que ha resistido las presiones humanas, es extremadamente valioso. Estos parches están adaptados a las condiciones climáticas, los tipos de suelo, y otros factores ambientales y son parte de la identidad de las personas en la Región de Valparaíso. Basta con mencionar la denominación de barrios y localidades, como vía Las Palmas, o El Quisco, entre muchas”, expresó.
Mediante el proyecto Tayú, la fundación monitoreaba diversos conflictos ambientales a raíz de proyectos viales, inmobiliarios y de viviendas sociales que afectaban a estos remanentes. El coordinador del proyecto e ingeniero agrónomo Joaquín Gómez describió que tanto en esas 300 hectáreas de parches urbanos como en las casi 4.300 hectáreas de bosque nativo que fueron quemadas había especies valiosas, como tayú del norte, en extinción, o bellotos del norte, declarados Monumento Natural.
“Entre Viña del Mar y Quilpué, en las inmediaciones del palmar El Salto, Jardín Botánico y sector Las Cucharas, se afectaron la asociación de puya o chagual calipso, quisco y palma chilena. También unos árboles pantanosos llamados temus, muy raros en ambientes urbanos”, describió.
Siniestro “eruptivo”
Recurriendo también a imágenes satelitales, de la NASA y la Unión Europea, el Instituto de Geografía de la U. Católica de Valparaíso detalló los patrones catastróficos que adquirió el incendio ocurrido entre el 2 y 6 de febrero. El académico Luis Álvarez afirmó que la diferencia de altura entre la reserva nacional Lago Peñuelas (352 msnm) y Viña y Quilpué (El Salto está a 12 msnm) y una atmósfera extraordinariamente seca debido a las olas de calor ocasionaron un incendio “eruptivo”.
El fuego partió como un incendio forestal normal, pero avanzó por 15 kilómetros alimentándose de pinos insignes y eucaliptos, aumentando drásticamente su agresividad al descender por las quebradas.
“Es como si el fuego se proyectara por la atmósfera, no avanzara casa a casa. Eso explica que se quemaran filas de autos, publicidad y tendido eléctrico”, dijo.
Nex Prensa Escrita
Megaincendio dañó, además, el 90% del santuario natural palmar El Salto:
Satélite revela que fuego en Viña del Mar y Quilpué quemó 4.300 hectáreas de bosque nativo
Fundación Terram obtuvo cifras cruzando bases de datos de Conaf con imágenes de la zona de la catástrofe captadas desde el espacio.
Las imágenes del satélite Copernicus superpuestas a mapas vegetacionales de Conaf arrojan que 4.286 hectáreas de bosque nativo fueron consumidas en los incendios registrados a partir del viernes 2 de febrero en la Reserva Nacional Lago Peñuelas, provincia de Valparaíso, y en el sector de Lo Moscoso, Marga-Marga. Ello incluye el 90% de la superficie del palmar El Salto, declarado Santuario Natural.
Las cifras las obtuvo la fundación Terram al superponer imágenes de la zona de la catástrofe captadas desde el espacio por el citado Observatorio de la Tierra Copernicus, de la Unión Europea, con el Catastro de Usos de la Tierra y Recursos Vegetacionales que la Corporación Nacional Forestal obtuvo en 2019. El estudio arrojó que el total de la superficie arrasada alcanzó las 9.514 ha, de las que el 45% es bosque nativo.
El 55% de la restante superficie quemada se desglosa en 2.568 ha de praderas y matorrales (26%), 1.904 ha de plantaciones forestales (20%) y 202 ha de bosque mixto (2,1%), mientras que un último 7% corresponde a otros usos de suelo que consideró no relevantes en su análisis.
El estudio también arrojó que se quemaron 330 hectáreas de relictos de bosque (es decir, de remanentes) y vegetación nativa que habían sido incorporados al interior de las ciudades de Quilpué y Viña del Mar, o estaban a menos de 500 metros de los límites de su expansión urbana. Ello corresponde al 18,2% de las 1.808 ha que suman esos parches de vegetación nativa urbana o periurbana.
Estas diversas formaciones vegetacionales nativas quemadas se encontraban relegadas a quebradas húmedas y a ciertas laderas aún no urbanizadas, a raíz del crecimiento desregulado e informal de la ciudad, que de forma paulatina empuja esos frágiles reductos de vegetación nativa remanente a quebradas difíciles de habitar o edificar.
La directora de Terram, Flavia Liberona, lamentó el impacto del fuego y comentó que “cada fragmento de vegetación nativa que se conserve dentro de las ciudades, y que ha resistido las presiones humanas, es extremadamente valioso. Estos parches están adaptados a las condiciones climáticas, los tipos de suelo, y otros factores ambientales y son parte de la identidad de las personas en la Región de Valparaíso. Basta con mencionar la denominación de barrios y localidades, como vía Las Palmas, o El Quisco, entre muchas”, expresó.
Mediante el proyecto Tayú, la fundación monitoreaba diversos conflictos ambientales a raíz de proyectos viales, inmobiliarios y de viviendas sociales que afectaban a estos remanentes. El coordinador del proyecto e ingeniero agrónomo Joaquín Gómez describió que tanto en esas 300 hectáreas de parches urbanos como en las casi 4.300 hectáreas de bosque nativo que fueron quemadas había especies valiosas, como tayú del norte, en extinción, o bellotos del norte, declarados Monumento Natural.
“Entre Viña del Mar y Quilpué, en las inmediaciones del palmar El Salto, Jardín Botánico y sector Las Cucharas, se afectaron la asociación de puya o chagual calipso, quisco y palma chilena. También unos árboles pantanosos llamados temus, muy raros en ambientes urbanos”, describió.
Siniestro “eruptivo”
Recurriendo también a imágenes satelitales, de la NASA y la Unión Europea, el Instituto de Geografía de la U. Católica de Valparaíso detalló los patrones catastróficos que adquirió el incendio ocurrido entre el 2 y 6 de febrero. El académico Luis Álvarez afirmó que la diferencia de altura entre la reserva nacional Lago Peñuelas (352 msnm) y Viña y Quilpué (El Salto está a 12 msnm) y una atmósfera extraordinariamente seca debido a las olas de calor ocasionaron un incendio “eruptivo”.
El fuego partió como un incendio forestal normal, pero avanzó por 15 kilómetros alimentándose de pinos insignes y eucaliptos, aumentando drásticamente su agresividad al descender por las quebradas.
“Es como si el fuego se proyectara por la atmósfera, no avanzara casa a casa. Eso explica que se quemaran filas de autos, publicidad y tendido eléctrico”, dijo.
Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2024-02-13
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): C4
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Sección: Nacional
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Centimetraje: 25x28
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