En diciembre del año pasado, la sala del Senado aprobó en general el proyecto de transición energética, que busca posicionar a la transmisión eléctrica como un sector habilitante para la carbono neutralidad y que actualmente se encuentra en su primer trámite constitucional. Como parte de la discusión, se definió la creación de una mesa técnica orientada a alcanzar los consensos que permitan el pronto despacho de la iniciativa, asegura Diego Pardow, ministro de Energía, detallando que entre las indicaciones se encuentran

'cambios a los mecanismos de licitación de almacenamiento, mayores certezas respecto del mecanismo de reasignación de ingresos tarifarios extraordinarios y se avanza en una serie de medidas transitorias para facilitar el desarrollo eficiente de obras urgentes de ampliación de transmisión eléctrica'.

Para Antonio Rubilar, director de Derecho Público y de Mercados Regulados de Albagli Zaliasnik, si bien todo dependerá del tenor de las indicaciones que se aprueben, el primer impacto a nivel de inversión lo tendrá el fuerte foco de la ley en materia de transmisión y, además, al regular el almacenamiento de energía, 'permitirá dar cuerpo normativo a lo que hoy es una realidad en materia de energías renovables, las baterías como estabilizador de ingresos para el sector'.

Una visión compartida por Rodrigo Baeza, gerente general de INERSA, quien plantea que el proyecto 'impactaría en desarrollar de forma eficiente las obras de transmisión para evitar los vertimientos por falta de infraestructura, además de promover la competencia y fomentar el almacenamiento, elemento esencial para viabilizar la carbono neutralidad'.

Lo que falta

Mónica Gazmuri, gerente general de la Asociación Nacional de ESCOs (Eficiencia Energética y Autoconsumo), Anesco Chile, asegura que como gremio lamentaron desde el momento de la presentación del proyecto que no se incorporara de forma explícita a la eficiencia energética (EE) como parte transversal de la solución. 'Lograr la carbono neutralidad tiene que ver casi en un 50% con reducir las emisiones por la energía mal utilizada o sin eficiencia y cambiar a energías más limpias; por lo tanto también requiere de culturizar a los usuarios, de todo tamaño, con prácticas de EE, autoconsumo limpio y mucha gestión', señala, agregando que el impacto de hacer EE en un año podría lograr ahorros en el gasto anual por energía no consumida de unos US$ 3.000 millones. 'Esto es equivalente a un par de líneas de Metro, seis hospitales de alta complejidad o 15 proyectos como Cerro Dominador', ejemplifica.