Los cuidados sostienen nuestras vidas, sociedades y economías. Son actividades que ayudan diaria y generacionalmente al bienestar físico y emocional, incluyendo tareas domésticas, cuidado en salud, apoyo educacional, mantenimiento de relaciones sociales y autocuidado.

En la actualidad, este trabajo es realizado principalmente al interior de los hogares, de manera no remunerada y mayoritariamente por mujeres.

Cuando decimos que los cuidados sostienen la economía, nos referimos a que mujeres y hombres pueden ir a trabajar a diario porque otras personas se encargan de los cuidados. Invertir en cuidados supone reducir el tiempo de cuidados no remunerado, esto significa ampliar la fuerza de trabajo remunerada, incrementando la recaudación para el Estado y permitiendo a miles de mujeres acceder a empleos formales, mejorando los ingresos en los hogares e impactando en su capacidad de consumo, en consecuencia, dinamizando la economía.

Dada la creciente crisis de los cuidados que enfrentamos en todo el mundo, a causa del envejecimiento poblacional, los efectos nocivos del cambio climático, la limitada oferta pública destinada a los cuidados, entre otros factores, la demanda de cuidados es cada vez mayor, por lo que éste es un sector primordial en el que invertir. En Chile, al 2020, el trabajo doméstico y de cuidados no remunerados ya representaba el 25,6% del PIB.

Los cuidados suponen un desafío global, por lo que es imprescindible avanzar conjuntamente en esta agenda. El Consejo Económico y Social de Naciones Unidas adoptó recientemente un proyecto de resolución para instar a los Estados a promover sistemas de cuidado y a aplicar las medidas necesarias para garantizar el bienestar y los derechos de las personas cuidadas y cuidadoras, reconociendo y redistribuyendo el trabajo de cuidados entre hombres y mujeres, familias, comunidades, sector privado y Estados, y contribuyendo así a la consecución de la igualdad de género. Igualmente, en la última Cumbre UECELAC se avanzó hacia un 'Pacto Birregional por los Cuidados' para promover la cooperación en materia de políticas públicas y sistemas integrales de cuidados entre ambas regiones.

Chile, consciente de estos desafíos, está avanzando en el desarrollo de un Sistema Nacional e Integral de Cuidados en base a las necesidades y expectativas identificadas por la propia ciudadanía, como resultado de los diálogos sociales llevados a cabo en 2023 por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia con apoyo de ONU Mujeres.

En definitiva, invertir en cuidados es una tarea urgente y requieren de estrategias que hagan, no solo viable, si no también sostenible en el tiempo su financiación. Afortunadamente, existe evidencia de que invertir en cuidados genera importantes beneficios socioeconómicos.