Análisis a imágenes obtenidas por el satélite Copernicus, de la Unión Europea, permitieron calcular que el 4% de la superficie total de palmas chilenas (Jubaea chilensis) fue arrasado por el megaincendio que se prolongó entre el 2 y 6 de febrero en la Región de Valparaíso. En total, la fundación Terram estimó que alrededor de cinco mil ejemplares se vieron gravemente afectados, debido a que perdieron su follaje o este adquirió un tono entre amarillo y grisáceo.

Respecto de aquellos que presentan su cúspide impactada, el peor escenario sería que hayan quedado con daño irreversible en el meristemo apical, que es la parte que le permite a la planta reproducirse.

Las imágenes satelitales fueron contrastadas con el catastro de Usos de tierra y recursos vegetacionales de la Conaf y arrojó que en total fueron arrasadas 723 hectáreas con presencia de palmas junto a otras especies nativas y exóticas.

De esta superficie, 558 hectáreas corresponden a suelos con presencia predominante de Jubaea chilensis, especie endémica de la zona central.

En todo Chile hay 14.299 hectáreas con predominancia de este tipo forestal distribuidas en tres regiones. El impacto que tuvo este incendio se explica porque la Región de Valparaíso posee el 57% de esta superficie y las comunas de Viña del Mar, Quilpué y Valparaíso cobijan la tercera mayor concentración regional de palmas nativas.

El ingeniero agrícola Joaquín Gómez, coautor del estudio (junto al geógrafo Pablo Madrid), describe que los daños se focalizaron en dos de las cuatro quebradas que contienen el 54% del área del palmar El Salto, que tiene rango de Santuario de la Naturaleza.

'Esta declaratoria no asegura una inyección de recursos ni su vigilancia por guardaparques. Los únicos santuarios que funcionan son aquellos que involucran a la comunidad. Pero el dueño privado de los terrenos se ha negado a permitir que se desarrollen en ellos labores de preservación', dice, y asegura que urge declarar a la especie Monumento Natural.

El director regional de la Conaf, Leonardo Möder, destaca que la Ley de Bosque Nativo bonifica con 10 UTM por hectárea la restauración que un dueño acometa en su predio, pero que ello solo cubre el 20% de los costos. 'Apremia una restauración del suelo quemado que evite que se erosione con las lluvias', acota.