Javier Gras asumió la presidencia de Empresas Socovesa en 2016, tras reemplazar en el cargo a Cristián Hartwig.
El pasado lunes comenzaron las desvinculaciones en Empresas Socovesa, inmobiliaria ligada a la familia Gras. Esto en medio del proceso de reestructuración organizacional que la compañía anunció que implementaría en el segundo trimestre, decisión que fue adelantada por “El Mercurio” la semana pasada.
Los despidos ocurren luego de que Socovesa registrara pérdidas por cerca de $25.300 millones en 2023, en un contexto de ingresos por debajo de los esperados, demoras en obtención de recepciones municipales, fuertes aumentos en desistimientos y en sus stocks de viviendas terminadas, un salto en la deuda y gastos financieros. Se trata de la primera vez en su historia que exhibe un resultado negativo.
Según fuentes conocedoras de la reestructuración, el recorte en la dotación involucraría a más de 50 personas, sin embargo, la cifra no pudo ser confirmada con la empresa. Hasta ahora, la cantidad de trabajadores desvinculados sería bastante menor a dicha cantidad, aunque se trata de un proceso que aún no concluye.
“Lo peor ya pasó”
El presidente de Socovesa, Javier Gras, se refirió a los complicados momentos que ha enfrentado la compañía en el último año, en una carta a los accionistas contenida en la Memoria 2023 de la firma, que se subió a la Comisión para el Mercado Financiero.
Junto con recordar las medidas de ajustes que adoptó la firma en 2023 para enfrentar la crisis del sector de la construcción, Gras también dio su visión sobre el futuro de la actividad en la que participa Socovesa. “Las proyecciones económicas de mediano plazo que tenemos para la industria y la empresa apuntan en dirección a un período de recuperación más bien gradual. Mientras no se recupere la economía real de las personas, su capacidad de ahorro y, por ende, la capacidad de acceso a la vivienda por parte de la gran clase media del país, el negocio inmobiliario no va a despegar con decisión. El problema de fondo que atraviesa la industria inmobiliaria no tiene un origen político, como muchos piensan, sino más bien económico”.
Javier Gras comentó en su carta que “felizmente, el consenso del mercado indica que enfrentamos un mejor escenario macroeconómico que años anteriores. Incluso, si no ocurre ningún imprevisto grande —como fueron el estallido, la pandemia y las subidas de tasas—, es razonable pensar que lo peor ya pasó”.
El empresario comentó que “se tomaron diferentes medidas para enfrentar el año. Se frenaron las inversiones, buscando bajar el nivel de actividad, controlar la deuda y cuidar la caja. La compra de tierra se limitó a lo que ya estaba comprometido en períodos anteriores, se disminuyeron drásticamente los lanzamientos e incluso decidimos paralizar algunas obras”.
Agregó que “también se revisaron diversos procesos buscando hacer más eficiente la operación. Por ejemplo, se cerró el edificio corporativo de Padre Mariano (Providencia) donde históricamente operó Almagro. Hoy, la gran mayoría de nuestra gente trabaja bajo el mismo techo, en el edificio de Eliodoro Yáñez”.
DOTACIÓN
Al cierre del ejercicio 2023, la compañía contaba con 4.322 colaboradores.