Las intolerancias alimentarias son un dolor de cabeza para buena parte de la población, en especial la intolerancia a la lactosa, que se estima que afecta hasta un 50% de la población en Chile.
Esto tiene consecuencias importantes en términos nutricionales. Según un estudio realizado por el Consejo Lechero, un 48% de las mujeres encuestadas y un 36% de los hombres reconoció que dejó de ingerir lácteos debido a esta condición.
'La leche es uno de los alimentos más ricos en términos de nutrientes y que tiene una gran cantidad de beneficios en relación con bajo costo del producto. O sea, es un alimento de un precio relativamente accesible, pero que tiene una calidad nutricional muy alta. El problema de esta situación es que la gente está dejando de consumir un alimento muy valioso debido a una percepción, muchas veces no diagnosticada médicamente', dice el doctor Andrés Bustamante, académico del Departamento de Nutrición de la Universidad de Chile.
Bendita lactasa
Para hacer frente a este tema la industria se ha puesto las pilas y hoy existe una gran cantidad de productos sin lactosa o bajos en lactosa. Además, han surgido innovaciones prácticas, como las tabletas o gotas que contienen lactasa, que es la enzima que descompone la lactosa. Disponibles en diferentes marcas, al consumirlas antes o durante las comidas se evita sentir las molestias propias de los intolerantes durante un período de tiempo.
Otra de las innovaciones que se están probando y que tendría un efecto más largo es Prolac+, una bebida probiótica desarrollada en Chile y que se puede consumir antes de beber o comer alimentos lácteos. Su composición está basada en el kéfir, más conocido como 'yogurt de pajaritos', y que es un conjunto microbiológico de bacterias y levaduras, dentro de los cuales hay organismos capaces de metabolizar la lactosa.
De todas formas, el doctor Bustamante advierte que antes de tomar cualquier medida es clave una buena detección del problema. 'En la comunidad científica vemos que hay mucho autodiagnóstico de los consumidores, que ante cualquier malestar digestivo lo asocian a una intolerancia a la lactosa, pero podría haber una infinidad de otras causas',afirma.