Poco alentador es el escenario que entrega la Encuesta Bicentenario UC, cuyos resultados demuestran expectativas estancadas, alta conflictividad, escasa confianza institucional, frágil cohesión social y una extendida sensación de inseguridad, evidenciando una frustración transversal no atendida.
El vasto acopio de datos que este estudio ha acumulado en sus 18 años de aplicación, permite establecer ciertas tendencias sociales y ahondar en los anhelos y preocupaciones de una ciudadanía crecientemente pesimista y aún muy golpeada por los acontecimientos que la han afectado desde los hechos violentos de 2019, como la pandemia, el estancamiento económico y los dos ciclos constitucionales frustrados. Lejos del optimismo expresado en los años de la celebración del bicentenario de la república, la encuesta evidencia una sociedad tensionada, que no vislumbra grandes posibilidades de desarrollo a corto plazo y que percibe que sus aspiraciones básicas, como la casa propia, son metas inalcanzables.
Se suma una desconfianza institucional que, en el caso de las instituciones políticas, es una de las más agudas de América Latina, afectando también a los tribunales de justicia. Sí se observa una recuperación de la confianza en las Fuerzas Armadas y Carabineros, pero en un escenario de alta preocupación por la violencia imperante, que se percibe como grave amenaza para el orden institucional. Se hace patente, además, una baja tolerancia hacia posiciones diferentes y escasa disposición al diálogo social, aspectos esenciales en una sociedad democrática.
Inquietante es la percepción de una alta conflictividad en la relación entre el Estado y el pueblo mapuche, así como, en el ámbito político, entre Gobierno y oposición, y derecha e izquierda, alcanzando niveles históricos para este estudio y dando cuenta de la polarización imperante.
Respecto de la inmigración, que en Chile se produjo de manera acelerada, sin gradualidades, el estudio muestra actitudes contradictorias. Si bien no se expresan malas experiencias en el contacto diario con personas extranjeras y se les reconoce su derecho a acceder a beneficios básicos a aquellos en situación legalmente regularizada, el 86 por ciento dice que la cantidad de inmigrantes es excesiva; se los vincula con el aumento de la delincuencia, y el 78 por ciento cree que existe un gran conflicto entre ellos y los chilenos.
El estudio entrega también relevantes datos que indican un estancamiento en materia de cohesión social, con índices comparativamente altos de quienes expresan soledad, declaran no tener amigos ni relaciones con sus vecinos, y una baja disposición a la asociatividad.
Las percepciones que este y otros estudios entregan constituyen un relevante aporte al debate político, el cual, en el actual escenario electoral, debiera ser atendido para reorientar agendas que respondan a las prioridades y expectativas ciudadanas. Es el gran desafío que enfrenta el sistema político en su conjunto.