La 'penalización' de la maternidad

Nuestro sueño es que las mujeres no tengan que optar por la familia o el trabajo.

FRANCISCA VALDÉS Y CAROLINA ETÉROVIC
DIRECTORAS DE MUJERES EMPRESARIAS

Qué cosas se hacen virales hoy? Lo que sorprende, lo que espanta, lo que sensibiliza o indigna.

Reacciones de esta línea tuvo el artículo 'How motherhood hurts careers', sobre la penalización de la maternidad, de The Economist en febrero de este año. La investigación de Claudia Goldin, economista y Premio Nobel, da una mirada profunda al complejo nudo entre maternidad y participación laboral de las mujeres a nivel mundial.

Uno de los puntos críticos que señala el estudio es este: en promedio, el 24% de las mujeres abandonan la fuerza laboral durante el primer año después del nacimiento de su primer hijo. Después de cinco años, el 17% aún no ha regresado al trabajo. Después de 10 años, el 15% sigue ausente de la fuerza laboral. En América Latina, el abandono laboral después de la maternidad es mayor aún: 38%. Aunque probablemente una de las alegrías más grandes de la vida es ser madres, es triste observar que muchas mujeres deben abandonar o reducir su participación en el mundo del trabajo cuando tienen hijos.

Esto no solo tiene implicancias económicas individuales, también genera grandes brechas en el ámbito laboral.

Nos atrevemos a decir que es un problema multifactorial, ya que incluso en países con leyes de cuidado infantil implementadas, las cifras de abandono laboral después de la maternidad siguen siendo altas.

En Chile llevamos 27 años discutiendo diferentes propuestas sobre sala cuna universal y nos preocupa no ver el sentido de urgencia real que tiene este tema, para que las madres puedan salir a trabajar en igualdad de condiciones que los padres. Nuestro sueño es que las mujeres no tengan que optar por la familia o el trabajo y puedan desarrollarse y contribuir en ambos mundos.


Más corresponsabilidad, ahora ya

No basta con que los hombres estén más dispuestos a asumir labores de cuidado si las empresas no tienen al centro de sus medidas de conciliación.

MARÍA ANA MATTHIAS
PRESIDENTA DE LA RED DE MUJERES EN ALTA DIRECCIÓN (REDMAD)

Mujeres y hombres valoran por igual su desarrollo profesional, de eso no hay dudas: un reciente estudio de REDMAD y Criteria indicó que ambos géneros lo califican como bastante o muy importante, y coinciden en la relevancia que le dan al compararlo con otros ámbitos de la vida. ¿Por qué, entonces, las tasas de participación laboral femenina se mantienen porfiadamente bajas?

La literatura muestra que es la llegada del primer hijo el hito que marca la diferencia. Y, aun en el caso de quienes se mantienen en el mercado, nuestra investigación arroja que hay una significativa brecha entre mujeres y hombres al momento de tomar desafíos laborales, lo que está en directa relación con las tareas de cuidado.

Los datos evidencian que hay una clara necesidad de apuntalar la corresponsabilidad no solo a nivel individual, sino también organizacional y de política pública. No basta con que los hombres estén más dispuestos a asumir labores de cuidado si las empresas no los tienen al centro de sus medidas de conciliación. Igualmente, son urgentes políticas públicas que tengan perspectiva de corresponsabilidad, como la sala cuna universal. Solo así podremos beneficiarnos del talento, creatividad y capacidad innovadora que las mujeres traen consigo, y que hoy estamos desaprovechando, con graves consecuencias tanto para la sustentabilidad de las organizaciones como para el progreso del país.


Reforma a la Sala Cuna: ¿la última oportunidad?

Este proyecto podría ser el gran legado de la política para el desarrollo del país.

POR ALEJANDRA SEPÚLVEDA
PRESIDENTA EJECUTIVA DE COMUNIDADMUJER

El lunes 6 de mayo, el Ejecutivo envió al Congreso la indicación sustitutiva del proyecto de reforma a la Sala Cuna, hoy en discusión. Es necesario priorizar esta tramitación, cuyos beneficios ya están estudiados: aumento del empleo femenino formal, reducción de la brecha salarial, superación de la pobreza, igualación de las oportunidades de niños/as, a través de su mayor desarrollo temprano y, por cierto, el crecimiento económico.

¿Por qué pensar que después de más de 25 intentos, ahora es posible lograr la reforma? Porque por primera vez el proyecto busca compatibilizar dos derechos que parecían irreconciliables: el de las mujeres a trabajar y el de sus hijos/as a acceder a salas cunas de calidad. En ese sentido la propuesta suma.

Primero, elimina la obligación de las empresas con más de 20 mujeres a proveer sala cuna y hace extensivo el derecho a todas las personas trabajadoras. Esto puede contribuir a resolver el fenómeno de la 'multa por hijo': la tasa de empleabilidad desciende en un 37% después de ser madre. Segundo, y muy relevante, permite que padres y madres resuelvan de mutuo acuerdo, quién accederá a la sala cuna para sus hijos menores de dos años. Tercero, permite la participación de los establecimientos públicos y privados, con un estándar de calidad comprobado por el 'reconocimiento oficial'.

Cuarto, incluye estudios actuariales para evaluar oferta y demanda y la sustentabilidad del fondo para financiamiento, que se crearía con el 0,2% de cotización pagada por los empleadores, independiente del tamaño de la empresa, y el complemento de aportes fiscales.

Una reforma de esta índole requiere de solidaridad. Por eso, habrá que discutir la fórmula de financiamiento con altura de miras y otros aspectos, sin olvidar que se implementará con gradualidad y que podría ser el gran legado de la política para el desarrollo del país.